''Si se concibe al Estado como un botín no es correcto quejarse luego por la fragilidad del empleo. Esta vez —y mal que pese— el futuro gobierno tiene la razón de su lado''.

''Si, como producto del entusiasmo, se cree verdadero y fidedigno todo lo que en la campaña Jara o Kast prometieron, entonces, fuere quien fuere que gane, la frustración (que siempre acaba alimentando el desorden) aparecerá muy pronto''.

''Hay que tener cuidado en juridificar el problema de la toma de San Antonio. Por supuesto que hay allí problemas jurídicos de envergadura, pero por sobre todo hay el hecho consumado de la pobreza''.

''Es muy raro en política, especialmente por estos días en que todo parece cálculo o póker, encontrar a alguien que simplemente haga lo que estima correcto de hacer''.

''Si alguien creyó que lo ocurrido en octubre del año 2019 revelaba que la sociedad chilena rechazaba el proyecto modernizador, esos millones que votaron por Parisi muestran que el asunto parece ser al revés''.

Las transformaciones estructurales, la muerte del neoliberalismo, los arrestos poéticos de hace cuatro años dieron paso ayer a un discurso a ras de piso, tan a ras de piso que para tener esperanzas para la segunda vuelta ha hecho el prodigio de encontrar virtudes gubernamentales en las propuestas de Artés, de Mayne-Nicholls y de Parisi.

''Las sociedades democráticas y abiertas están expuestas a múltiples vicisitudes y a variados problemas, y es inevitable que así sea. Pero solo podrán sobrellevarlos y mantener vivas las libertades si son capaces (¿lo sabrán las candidaturas presidenciales hoy en competencia?) de salvaguardar la salud y el prestigio de esas tres instituciones donde se expresa, a fin de cuentas, el ascetismo de la razón, la capacidad del pensar para someter los impulsos y las pasiones''.

''Hoy día, en Chile la gente prefiere la democracia (el gobierno de la mayoría), pero, a la vez, una parte importante está dispuesta a sacrificar las instituciones liberales (es decir, los límites a la voluntad de las mayorías)''.

''La prohibición de divulgar encuestas se parece bastante a una tontería. En vez de evitar que la gente se deje influenciar con bulos estadísticos, lo favorece''.

''¿Qué explica este desaguisado? En la época en que el caso se inició, el dinero y el lucro —se decía— eran la causa de todos los males. Y los fiscales se vieron a sí mismos como quienes luchaban —y de paso construían su personalidad pública— como adalides contra la impunidad del dinero y del poder…''.