"Lo que está en debate esta semana no es el quorum, sino los últimos treinta años: ¿ellos fueron la continuación de la dictadura (motivo por el cual la Convención no debería respeto a la reforma convenida en el Congreso) o el principio de la democracia (en cuyo caso la Convención tendría el deber de respetar esa enmienda)?".

"Lo que parece haber detrás de la escaramuza entre Sichel y Boric es la creencia de que la competencia política es entre personalidades (un padre meritorio de un lado, un joven carente de experiencia vital del otro), como si el electorado no debiera calibrar ideas o programas sino trayectorias personales".

"Lo público nos considera en aquello que compartimos, la condición de miembros de la misma comunidad; en tanto lo privado nos considera en aquello que nos diferencia, nuestras particularidades. Y ambas son dimensiones valiosas de la existencia".

"En Vitacura se acaban de poner de manifiesto los peligros de la endogamia y confirmar que la virtud y el vicio nada tienen que ver con la clase social a la que se pertenece ni con los ingresos de los que se presume".

"Al excluir la libertad de enseñanza, un grupo de convencionistas razona como si en materia de derechos no se tratara de compatibilizar bienes múltiples, sino de decir cuál prima y cuál se apaga".

"Hasta ahora, la Lista del Pueblo es solo una sumatoria, un agregado de malestares y demandas, sin ideas. Y por eso es tan atractiva para ingenuos y pícaros, como mostró esta semana su fraudulenta candidatura presidencial".

"El mundo debiera mirar con respeto lo que ocurre en Afganistán, porque, después de todo, los talibanes solo buscan el reconocimiento a una forma de vida que tiene raíces ancestrales. Negarles ese reconocimiento sería una forma de etnocentrismo o colonialismo liberal, ¿o no es así?".

"La condición de víctima no debe operar como una ventaja epistémica en el debate (puesto que entonces el solo hecho de ser víctima haría tener la razón) ni como un principio de exclusión de quienes son opositores políticos (y no victimarios)".

"Las palabras de la machi Linconao y las de la presidenta Loncón no deben tomarse a la ligera, puesto que expresan una profunda demanda de la vida social: la demanda de reconocimiento".

"Está cundiendo en la sociedad chilena la idea de que si se es tratado injustamente —si se es víctima—, se adquiere un nuevo estatus que exonera de los deberes y justifica cualquier conducta".

"El cambio de nombre de una golosina parece un avance en el respeto entre los seres humanos; pero subyace en él la semilla de algo dañino: la idea de que hay cosas que no se pueden decir y que, por lo mismo, se dan por sentadas y no se pueden discutir".