"El cambio de nombre de una golosina parece un avance en el respeto entre los seres humanos; pero subyace en él la semilla de algo dañino: la idea de que hay cosas que no se pueden decir y que, por lo mismo, se dan por sentadas y no se pueden discutir".

"Hasta ahora la Convención está en deuda: ha sustituido la ciudadanía por la identidad; adopta desplantes propios de un poder del Estado; adormece a aquellos de sus integrantes que se suponía más lúcidos; y entretenida en diseñar comisiones de la más variada índole, posterga la deliberación para la que fue electa".

"La conducta de Gil -una leña más en la hoguera del malestar- revela la idea de que la riqueza, o la habilidad gatuna para obtenerla, que ya confieren suficientes ventajas a la hora de comprar y vender, además otorga privilegios que exoneran de la corrección y de los deberes que en cambio pesan sobre los ciudadanos de a pie".

"Por el hecho de asistir hoy a la ceremonia, los convencionales asumen un deber del que la ciudadanía es acreedora: reconstituir mediante el diálogo los vínculos que hacen posible la cooperación entre personas que persiguen distintas formas de vida".

"Este viernes se confirmó que un malentendido ronda la futura Convención Constitucional: algunos de sus integrantes parecen creer que por el hecho de que contribuirán a redactar la regla suprema, su voluntad es suprema también y que cada uno de ellos es una autoridad por sobre cualquier otra".

"¿Cómo será la primera sesión de la Convención Constitucional que el Presidente deberá poner en marcha esta semana?, ¿qué autoridad presidirá su instalación?, ¿alguna o ninguna?, ¿se jurará o prometerá? La respuesta a esas preguntas oculta la conducta posterior que adoptarán quienes la integran".

"El problema que plantea la declaración de la Vocería de los Pueblos va más allá de desconocer las reglas. Al esgrimir la voluntad como fundamento final de todo revela poca disposición a deliberar y a reconstruir reflexivamente el vínculo que constituye a la comunidad política".

"Oculta en la iniciativa de matrimonio igualitario, está la idea de que cada vida humana debe ser agente de sí misma, y que ello es la fuente de deberes recíprocos entre los ciudadanos. Todo un programa para el debate constitucional".

"Al político le es inevitable estar alguna vez de salida; lo que es evitable es que mientras camina hacia la puerta, abandone la razón para así apoyar al coro de quienes lo abuchean".

"La izquierda y la derecha están presas del simplismo: la primera, porque cree que ser una 'fuerza transformadora' es intrínsecamente bueno; la segunda, porque piensa que, luego del desastre, debe abrazar con más fuerza la simple facticidad de la modernización".

"La campaña de esta elección ha sido una tienda donde se vendían puras simplezas y baratijas. Es de esperar, ahora que acaba, que los elegidos se pongan a pensar en serio".