"Si ese discurso es la descripción de lo que el Presidente Boric ve, habría que decir que su mirada es emotiva pero simplista. Si como él mismo recordó, el adjetivo cuando no da vida, mata, debería saber que cuando la descripción exagera, engaña".

"La demanda de reconocimiento de lo indígena es, sin ninguna duda, correcta; pero no lo es atribuir a los pueblos originarios una cultura jurídica, religiosa, política y económica, que podría sustituir sin perjuicio a la institucionalidad moderna".

"La elevación de los intereses y la unidad de un pueblo al nivel de un valor supremo ante el cual cualquier otro interés, desde luego los intereses individuales, debieran ceder, sea para homenajear la memoria, el destino histórico o lo que fuera, es una semilla cuyos frutos son siempre amargos".

"Es valioso el llamado a la moderación y la escucha que ha efectuado este viernes un grupo de personas que se definen como amarillas; pero el amarillo empalidecerá hasta parecerse a la estupefacción si no está acompañado de ideas rivales a las que, con razón, critica".

"Si se deja de lado la mezquindad que en estos días abunda, lo que se ve es un político haciendo fintas, retrocediendo dos pasos y avanzando uno y contribuyendo objetivamente a la recuperación de la democracia (la firma del Acuerdo Nacional es análoga a la firma del Acuerdo luego del 18 de octubre de Boric)".

"La cultura tiene fuerza normativa, y esa es una razón en favor del pluralismo jurídico; pero ello no permite sostener que los derechos humanos o los principios de la democracia deban interpretarse a la luz de las culturas. El pluralismo jurídico, en suma, no es lo mismo que relativismo cultural".

"En muchos de los convencionistas y en muchas de las iniciativas que se han presentado hay tonterías o ideas mal fundamentadas y casi siempre una confusión conceptual que en un estudiante universitario resultaría inaceptable."

"En el debate constitucional se esgrimen a veces términos ampulosos y sugerentes —“cuerpo visible” para aludir a la presidencia, “solidaridad” en vez de cooperación, “naciones” en lugar de etnias o pueblos— cuyas consecuencias pueden ser más dañinas que reglas mal diseñadas".

"No corresponde a los jueces interpretar el derecho vigente como si él los invitara a discernir quién debe tener qué(...)".

"El Presidente electo, a pesar de sus treinta y cinco años, se presenta como un joven descuidado de sí mismo, aficionado a la mayonesa y familiarizado con los gestos de las barras futbolísticas, pero al mismo tiempo preocupado de todos los demás. ¿Cómo evaluar esa conducta?".

"Si los jueces se involucran en política o descienden a la arena pública, como lo acaba de hacer la Corte Suprema, ¿qué razón habría para —como es indispensable— garantizar su inamovilidad, hacerlos irresponsables civilmente por sus decisiones o evitar que sean elegidos por la mayoría?".