Luego que el bitcoin se transara en más de US$ 40 mil la semana pasada —y su valor se quintuplicara durante el último año— surge la pregunta para los inversionistas: ¿entrar o quedarse fuera?
Hay innumerables razones para tener cautela. El valor de la moneda virtual se ha disparado y se ha hundido repetidas veces desde su introducción en 2009. Tuvo una caída del 52% desde el 13 de febrero hasta el 11 de marzo del año pasado.
Y aunque se menciona el bictoin como una moneda digital, no cumple al menos con un criterio importante de una moneda: no tiene un uso amplio como medio de intercambio en transacciones comerciales legítimas. En noviembre, los procesadores de pagos digitales manejaron solo US$ 269,7 millones de ventas comerciales en todo el mundo en bitcoin, de acuerdo a la firma de investigación Chainalysis. En comparación, las ventas minoristas totales en EE.UU. registraron US$ 546.500 millones en noviembre.
Diversos profesionales creen que los inversionistas individuales deberían evitar la moneda por completo. Pero otros sugieren que los inversionistas harían bien en considerar agregar el bitcoin a su cartera; pero en general solo como un pequeño porcentaje de sus activos totales.
“Dejar que el bitcoin sea una parte significativa de su cartera aumentaría su riesgo considerablemente”, observa Eswar Prasad, profesor de política comercial en la Universidad Cornell y quien está escribiendo un libro sobre monedas digitales. “Pero una cantidad marginal parece bien en vista de la reciente dinámica”.
Algunos de los mejores argumentos a favor y en contra de invertir en bitcoin:
LAS VENTAJAS
Lo que el bitcoin realmente representa es una reserva de valor. Como tal, se puede utilizar para protegerse de la inflación y de los descensos en otros activos financieros, como acciones, bonos y el dólar, dicen algunos profesionales de la industria. El bitcoin se ha apreciado mientras que el dólar ha bajado desde marzo pasado.
El rol de “reserva de valor” para el bitcoin es similar al del oro. “Lo pongo en la misma canasta”, indica John Rekenthaler, vicepresidente de investigación de la firma de estudio de inversiones Morningstar.
Algunos defensores apoyan invertir en bitcoin —aunque su volatilidad significa que el momento oportuno todavía puede ser un problema— y sostienen que con el tiempo se va a estabilizar y entonces se va a utilizar más para el comercio legítimo.
PayPal informó que planea permitir que el bitcoin se utilice como un método de pago a partir de principios de año. Un competidor, Square, también ha mostrado interés en el comercio en bitcoin, y anunció en octubre que compró US$ 50 millones del activo.
Algunos analistas también ven un lado positivo en su volatilidad. Su transacción errática mantiene baja su correlación con acciones y bonos, creando una diversificación. “La volatilidad es mala si la está introduciendo en la parte principal de su cartera”, precisa Rekenthaler. “Pero si está como algo extra, eso es bueno. Eso ayudó al oro a convertirse en un diversificador”. Y agrega: “Nosotros como titulares de fondos mutuos deberíamos empezar a pensar en el bitcoin. Pero no estoy diciendo que el inversionista promedio debería tenerlo”.
Debido a que el bitcoin es tan volátil, los inversionistas no necesitan una gran cantidad de este para diversificar una cartera, indica. Rekenthaler considera que una asignación del 5% en bitcoin diversificará una cartera equilibrada en forma tan eficaz como una posición del 25% en el fondo mutuo “alternativo” más grande, JPMorgan Hedged Equity (JHEQX).
Aunque Karim Ahamed, estratega de inversiones de Cerity Partners en Chicago, no aboga por una inversión en bitcoin en este punto, su compañía ha empezado a estudiar si invierte. Ahamed dice que tener una pequeña inversión en bitcoin podría funcionar en forma muy similar a una asignación de capital de riesgo. “En el capital de riesgo”, señala, “una de cada 10 inversiones es un ‘jonrón', dos a tres pierden dinero y los otros más o menos cubren los gastos. El jonrón compensa por una serie de tiros errados”.
Bill Miller IV, administrador de cartera en Miller Value Partners e hijo del legendario inversionista Bill Miller, tiene alrededor del 20% de su cartera personal en bitcoin. “Es un error que las personas no tengan bitcoin”, dice Miller hijo.
Un atractivo importante de esta moneda virtual para Miller es su escasez, asegura. Hay alrededor de US$ 650 mil millones de bitcoin en circulación, en comparación con la estimación que él hace de US$ 80 billones aproximadamente para las monedas estándar.
“La demanda está superando la oferta”, indica Miller, quien interpreta que eso significa que el bitcoin debería seguir subiendo y el comercio debería seguir siendo volátil.
LAS DESVENTAJAS
No hay una forma obvia de determinar el valor razonable del bitcoin. Permanece como una reserva de valor solo porque algunos inversionistas creen que es una. “El bitcoin depende de la fe de los inversionistas y nada más”, comenta el profesor Prasad. “Podría perfectamente bien llegar a cero mañana si el 10% de los inversionistas vendiera”.
Otros tipos de inversión dependen de una fe implícita similar. Pero cuando se trata de acciones y bonos, por ejemplo, hay modelos matemáticos legítimos para determinar su valor. Las acciones producen ganancias y los bonos producen ingresos, por ejemplo, lo cual ayuda a determinar sus valores.
Diversos analistas también ponen en duda el valor del bitcoin como una protección. Este año, ha subido en gran medida en conjunto con acciones y bonos en un momento en que la inflación está inmóvil. Además, no ha habido ningún estallido inflacionario de envergadura desde que el bitcoin apareció en escena hace 12 años, por lo tanto es difícil saber si protege verdaderamente contra los aumentos de precios. “Se necesita esa prueba empírica”, señala Ahamed.
Mientras tanto, algunos críticos cuestionan que su escasez sea un atractivo comercial. Esa escasez también significa una transacción volátil e ilíquida, como lo ha dejado de manifiesto su situación inestable durante sus 12 años de existencia.
Los escépticos también desafían el punto de vista de que su volatilidad se puede considerar como beneficiosa para una cartera con el propósito de una diversificación. “Si la volatilidad proviene de la especulación, no estoy seguro de quererlo como un activo no correlacionado”, dice Ahamed. (Traducido del inglés por El Mercurio)