Hay un dicho en Brasil que se remonta a muchas décadas atrás, que dice que Dios es brasileño. Crecí escuchando esto y creyendo que era verdad. Al día de hoy, todavía no estoy seguro del origen de este dicho popular. ¿Fue por el crecimiento que vimos durante el régimen militar de los años 70’ y 80’? Quizás ganó tracción debido al triunfo mundial del fútbol brasileño. ¿O simplemente se popularizó una vez que el Papa Juan Pablo II visitó Brasil a finales de los 90’?
Honestamente .... no me importa. Si Dios fuera brasileño, estoy seguro de que le avergonzaría cómo los políticos están haciendo un mal uso de los fondos públicos mientras ven colapsar el sistema de salud del país.
Dios está en todas partes y es omnipresente. Sin embargo, últimamente no puedo evitar pensar que debe estar pasando un poco más de tiempo en Chile.
Mientras escribo esta columna, Chile ha vacunado completamente al 18,7% de su población contra el COVID-19, y el 35,1% de la población ya ha recibido la primera dosis.
¿Puedes llamar a esto un país del tercer mundo?
Otras cosas que parecen ir bien para Chile:
1. Rally en el precio del cobre (que, según se informa, ha ayudado a subsidiar los últimos paquetes de estímulos gubernamentales).
2. Temporada de ganancias fuerte: no todas las empresas tuvieron una fuerte recuperación, pero en conjunto las utilidades reportadas subieron 22% en pesos y 29% en dólares, comparado al mismo período del año pasado. El 40% de las empresas sorprendió con resultados positivos (en términos de EBTIDA).
3. Los rescates de las AFP y varios paquetes de estímulo económico del gobierno tuvieron un impacto directo en impulsar el consumo.
4. El estallido social ha dado paso a un proceso pacífico antes de las elecciones locales y presidenciales. Los chilenos parecen estar inclinándose al centro y no hay líderes o movimientos radicales dominando el escenario político.
5. Factores exógenos: el exceso de liquidez a nivel mundial y el apetito por el riesgo para los mercados emergentes parecen haber reavivado el interés por los activos chilenos.
Aunque detesto estar en cuarentena, quizás Chile merezca el beneficio de la duda.
En otras palabras, ¿podría el país lograr la inmunidad colectiva en los próximos meses?
Es posible.
Sin embargo, el problema será monitorear a todos los países vecinos y reabrir las fronteras.
¿Es el crecimiento del PIB sostenible, en un escenario en el que nuestros socios comerciales todavía luchan contra el Coronavirus?
Chile lo ha hecho bien ... otros países deberían seguir el ejemplo para que, una vez erradicado el virus, podamos hablar de cualquier cosa sin miedo y sin la mención del virus a cada dos palabras. Así nuestra tesis de inversión estaría libre del impacto de futuros lockdowns.
Si Dios es chileno, que vengan la Convención Constitucional, las elecciones para presidente, los rescates de AFP’s y los próximos virus.
No hay que temer. Venceremos…de mi lado sigo bullish!