Si usted está pensando en darle un destino rentable al dinero que planea retirar de las AFP, déjeme darle una idea: olvide el mercado financiero y apueste por la energía solar. El retorno que generan estas instalaciones supera por mucho a lo que puede generar un portafolio sofisticado de su empresa financiera, a un riesgo mucho menor.
Esto se debe a que la tecnología necesaria para generar electricidad fotovoltaica en casa ha tenido un veloz descenso en sus precios en los últimos años. En 2012, un sistema solar residencial que podía generar 1,6 kilo watts de energía en su momento peak (kWp), tenía un valor de US$ 6,4 por cada watt. Este año ese mismo sistema está en US$ 1,6/W. Se trata de una reducción de 74%. Las baterías de litio no han estado ajenas a este fenómeno, con una reducción de 85% de los costos nivelados de energía entre 2010-2018, y se espera que a la vuelta de la esquina sean parte de la oferta a gran y pequeña escala.
Un estudio de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) estima que un hogar consume en promedio 8.083 kWh de energía. De ello, un 31,4% viene de la electricidad. Es decir, 2.538,2 kWh.
Calculando un valor de $115/kwh los ahorros pueden ser relevantes. Si tu perfil de consumo es fuerte en lo diurno (debido al uso de aire acondicionado o sistemas de calefacción) genera un ahorro de $115 por cada kwh generado. Si no lo consume y, en cambio, se inyecta al sistema, recibes 60% del precio por parte de la firma eléctrica.
Vamos a los números: por su ubicación y exposición solar, un sistema solar fotovoltaico en Santiago genera en torno a 1.600 kwh/kwp/año. Un sistema de 4 paneles de 395 W (por un total de 1.580 W) genera en torno a 2.528 kWh por año. Dependiendo del perfil de consumo, esto generarían ahorros entre $255.000 a $290.000 por año. Un sistema de esa naturaleza cuesta en torno a 2 millones de pesos IVA incluido, lo que se recuperaría en un período entre siete u ocho años. De esta manera, invertir en un proyecto de energía solar genera una tasa interna de retorno (TIR) de entre 12% y 13%. Un sistema más grande (4kW) lograría un TIR mayor todavía, por economía de escala. Para empresas, descontando IVA el TIR es de 16% a 20 años. La rentabilidad puede ser mayor en regiones, donde muchas veces el precio del kwh puede ser mayor.
Si se replica lo mismo para un sistema solar con baterías eléctricas (4kW), estos están en torno US$ 5,7/W, incluyendo el IVA. Un sistema de 4,32 kW con 4 kWh de batería de litio cuesta en torno a 7,3 millones de pesos (IVA incluido). Ahorran 800.000 pesos por año. El payback simple de un sistema así es nueve años. El TIR a 20 años es de 8%. Para empresas es 11%, al descontar IVA. Esto sin considerar beneficios de resiliencia en suministro energético (ingresos perdidos por corte de energía).
Los sistemas con respaldo de baterías eléctricas son menos rentables pero seguirán bajando de costo. Por el momento, un sistema simple para autoabastecer el consumo eléctrico pareciera ser el camino.
El ahorro generado en las cuentas de la luz por una instalación de este tipo supera por mucho la rentabilidad mostrada por los portafolios en el mercado financiero al que tienen acceso a la mayoría de los chilenos. Un ejemplo: en promedio, el sistema de AFP ha venido rentando entre 4,85% y 6% al año, desde la creación de los multifondos en 2002. Mejor ni hablar de los últimos 12 meses.
En cambio, ese 10% de su AFP le puede rentar 13% en forma tan predecible como que mañana va a salir el sol. Y lo puede lograr reduciendo una tonelada de CO2 al año, con lo que es también una protección para el futuro de nuestros hijos.
Si una persona decide invertir energía solar en techos para un consumo medio de Chile, para la RM, podrá lograrlo con 2 millones, logrando 5,8 millones de ahorro en 20 años. Pregunte a su gestor de inversiones si puede igualar eso.