Aunque en algunos casos pueden llegar a pagar solo un poco más que la inflación, los fondos mutuos de renta fija local se han vuelto atractivos para una gran masa de aportantes en lo que va de enero.
Hasta el día 20 del primer mes del año, los fondos mutuos de deuda corto y largo plazo nacional registraban la mayor cantidad de aportes netos diarios promedio en ocho meses, llegando a $25.096 millones. Esta cifra se compara, por ejemplo, con los $4.833 millones diarios que se registraron durante todo el mes de diciembre.
“Hemos notado entradas de flujo significativas al mercado de renta fija local en enero del presente año”, dice Luis Flores, gerente general de STF Capital. “Diciembre cerró con aportes netos de 3.352 miles de UF, mientras que enero se ha destacado por ser un mes optimista, liderando los últimos ocho meses en cuanto a entradas de capital. En el neto, llevamos aportes por 15.793 miles de UF”, señala. Asegura que las expectativas de mayor IPC, con los forward de inflación apuntando a un alza de 0,5% en enero, han sido claves. Cabe recordar que la mayor parte de los instrumentos de renta fija local están en UF, por cuanto un aumento en la inflación genera retornos a sus tenedores.
No es, sin embargo, el único motivo por el que ha crecido el apetito por la deuda nacional. En el mercado citan un conjunto de factores, incluido un traspaso de fondos desde las AFP a los fondos mutuos, así como un amplio vencimiento de títulos de la categoría (lo que dejó liquidez disponible), para explicar el movimiento.
Al mismo tiempo, “hay un renovado apetito por los activos locales en general, tanto acciones como renta fija”, dice Gonzalo Reyes, socio de Abaqus. “Detrás de esto hay factores externos como la subida del precio del cobre y un escenario más auspicioso para el comercio internacional y factores internos, como un proceso de vacunación más rápido de lo que los inversionistas esperaban y una descompresión del escenario político”.
Junto con mayores expectativas de IPC, en tanto, Luis Flores dice que “debemos considerar las salidas de flujos que han tenido las AFP, donde es posible que se esté dando un escenario de traspaso de fondos hacia los FFMM por exceso de liquidez. Esto se explicaría especialmente por el segundo retiro, que estuvo sesgado hacia cotizantes con ingresos más altos y que no iban a consumir los recursos y preferían ahorrarlos”, sostiene.
Reyes coincide con esta percepción. “Es razonable suponer que así sea”, señala. “Una parte no menor del retiro ha tomado otras formas, siendo la renta fija una de estas”, asegura.
Durante enero, los fondos de renta fija de largo plazo (un año o más) han recibido la mayor parte de la inversión neta: $474.544 millones, muy por encima de los $184.498 millones de todo diciembre. En deuda de corto plazo la cifra llega a $27.376 millones, lo que se compara con la desinversión neta de -$34.678 millones en el último mes del año.
En este marco, Ignacio Vega, analista de renta fija e ingeniero comercial de la U. de Chile, recuerda además que “hubo algunos vencimientos que dejaron con caja algunas carteras, cerca de 30 millones de UF”. A su juicio, eso se juntó con el IPC de diciembre (0,3%), lo que “generó rentabilidades positivas sobre todo en papeles en UF y una alta liquidez en la la economía, lo que debería seguir presionando precios”.
Flores, de STF Capital, concuerda. “En general debiésemos seguir viendo aportes por ahora, ya que los fondos siguen con rentabilidades positivas y los forwards de inflación siguen proyectando un escenario inflacionario”. Con todo, advierte que “existe el riesgo hacia delante de que la inflación no termine tan alta por la apreciación del peso y la lenta recuperación de la economía, afectada por la pandemia”.