George Serafeim quiere revolucionar la forma en que las empresas calculan sus logros. Las pérdidas y ganancias no son suficientes, dice el profesor de la Escuela de Negocios de Harvard. Su objetivo es hacer lo que nadie ha hecho antes: poner un valor en dólares al impacto de los productos y operaciones en las personas y el planeta, luego sumarlo o restarlo de los resultados de las empresas.
Intel Corp. proporciona un ejemplo de ambos. Serafeim y su equipo de cinco personas acreditaron US$ 6.900 millones a favor del fabricante de semiconductores en 2018 por pagar bien a sus empleados y por impulsar las economías locales donde tiene oficinas. Pero le descontaron US$ 3.100 millones por lo que dijeron que era la escasez de mujeres empleadas, la dificultad de avanzar en la carrera y la falta de atención prestada a la salud de los trabajadores.
Alrededor de 60 empresas a nivel mundial, incluido el banco holandés ABN Amro Bank NV, la firma de telecomunicaciones de Kenia Safaricom Plc y el Grupo Volvo de Suecia, ya han cuantificado algunos de sus impactos, según Serafeim
"Sin monetizar los impactos, nos quedamos con la ilusión de que las empresas no tienen ninguno", dice Serafeim. Las empresas que muestran grandes ganancias pueden tener enormes efectos negativos en la sociedad, dijo. “Simplemente están haciendo trampa porque operan en un contexto que no valora todos esos impactos”.
La investigación de Serafeim contradice el manual que señala que el desempeño empresarial se mide principalmente por el valor que genera en los accionistas y que fue popularizado el siglo pasado por el economista ganador del Premio Nobel Milton Friedman. Además de proveer un antídoto contra los "lavados de imagen" sin efecto ni seguimiento, el trabajo de Serafeim surge a medida que las empresas buscan cada vez más formas de ayudar a impulsar una sociedad que, a pesar de su riqueza, sufre problemas que incluyen el racismo, un abismo cada vez mayor entre ricos y pobres, y un mayor daño a la naturaleza. La pandemia de coronavirus ha hecho que esa búsqueda sea más urgente.
INVERSIÓN ESG
Serafeim, de 38 años, planea que su trabajo culmine en un conjunto de cuentas financieras ponderadas por impacto. Las métricas pueden ayudar en la toma de decisiones de inversión, ayudar a diseñar incentivos fiscales, ser un factor en las calificaciones crediticias o incluso ayudar a las empresas a recaudar dinero.
"No todas las ganancias son iguales", dijo Peter Harrison, director ejecutivo de la gestora de activos Schroders Plc, en la Cumbre de Negocios Sostenibles de Bloomberg el lunes.
Serafeim es muy conocido en el mundo de la inversión ambiental, social y de gobierno corporativo; en sus palabras, estaba "haciendo ESG antes de que fuera genial". Crecer en Grecia y observar los problemas en su gobierno despertó su fascinación por medir ese desempeño.
Su análisis va más allá del trabajo establecido sobre la medición de gases de efecto invernadero o la fijación de precios del carbono. Siguiendo el adagio, "lo que se mide, se gestiona", el objetivo de Serafeim es valorar los factores intangibles y no financieros. Al aprovechar la tecnología de aprendizaje automático, Serafeim y su equipo evalúan los productos y servicios en función de factores que incluyen cuán accesibles y asequibles son, su salud y seguridad, y la capacidad de reciclarlos.
Esto significa cobrar a las compañías de tarjetas de crédito por los costos médicos de la depresión relacionada con el endeudamiento, asignar a las aerolíneas el costo humano de las cancelaciones de vuelos y hacer que los productores de alimentos sean responsables de los problemas de salud relacionados con la obesidad. Sus cálculos también dan crédito a los fabricantes de automóviles por la seguridad de sus vehículos y a las empresas que contratan en áreas de alta cesantía.
En cuanto al empleo, el equipo evalúa cuestiones como la calidad de los salarios pagados, la cantidad de mujeres negras en puestos con salarios altos y el impacto del acoso sexual.
“El desafío es asegurarse de que los datos reportados sean representaciones precisas; de lo contrario, esto se convierte en una carrera hacia el fondo con respecto al marketing manipulador de la política corporativa”, dice Dean Karlan, profesor de economía y finanzas en la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois.
CASOS MÁS FUERTES
“Ayudará a los gerentes a desarrollar casos de negocios más sólidos”, dice Susanne Stormer, asesora en jefe de sostenibilidad de la compañía farmacéutica danesa Novo Nordisk AS. "En lugar de decir: 'Esto es lo correcto o tenemos que evitarlo', tendrán datos más sólidos, mejor información, de lo que falta en este momento".
Alrededor de 60 empresas a nivel mundial, incluido el banco holandés ABN Amro Bank NV, la firma de telecomunicaciones de Kenia Safaricom Plc y el Grupo Volvo de Suecia, ya han cuantificado algunos de sus impactos, según Serafeim. El productor de alimentos francés Danone ha introducido una métrica llamada ganancias por acción “ajustadas al carbono”, y la firma de capital privado TPG ha trabajado para estimar el valor financiero del bien social y ambiental de las inversiones.
La inversión de impacto, tan recientemente vista como marginal, ha crecido a US$ 715.000 millones en activos a fines de 2019 desde los US$ 8.000 millones de 2012, según Global Impact Investing Network. Muchas grandes empresas están adoptando sus principios.
BlackRock Inc., el administrador de activos más grande del mundo, dijo este año que haría de la sustentabilidad una de las principales razones de inversión. Microsoft Corp. planea invertir mil millones de dólares para apoyar el trabajo en tecnologías de reducción de carbono y Citigroup Inc. prometió gastar la misma cantidad en esfuerzos para ayudar a cerrar la brecha de riqueza racial.
Mantener contentos a los accionistas ha sido durante mucho tiempo el objetivo principal y el enfoque de la toma de decisiones de las empresas, y queda por ver si el trabajo de Serafeim puede ser parte de la modificación de eso.
"DOCTRINA SUBERSIVA"
Friedman, el economista ganador del Premio Nobel, declaró que una corporación que elige la responsabilidad social sobre la maximización de las ganancias practica el socialismo, una "doctrina fundamentalmente subversiva", la llamó en 1970.
En una sociedad libre, dijo Friedman, "hay una y sólo una responsabilidad social de las empresas: utilizar sus recursos y participar en actividades diseñadas para aumentar sus ganancias siempre que se mantenga dentro de las reglas del juego; es decir, se involucre en una competencia abierta y libre, sin engaños ni fraudes ".
Se están mostrando grietas en la adherencia a esa filosofía. El año pasado, Business Roundtable, un grupo de las corporaciones estadounidenses más grandes, sorprendió a muchos líderes empresariales cuando los miembros se comprometieron a ampliar los beneficiarios del trabajo de sus empresas desde solo accionistas para incluir a clientes, empleados, proveedores y comunidades.
El trabajo de Serafeim en Harvard podría facilitar esos cambios poniéndoles valores numéricos.
"Lo que estamos haciendo es empoderar al capitalismo para que realmente tenga mercados libres y justos", dijo Serafeim. "De lo contrario, es solo una mala versión de sí mismo".