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Adrian Newey

Sus autos han sido campeones del mundo en 13 ocasiones, desde Nigel Mansell en 1992 pasando por Alain Prost, Damon Hill, Jacques Villenueve y Mika Häkkinen hasta la más reciente seguidilla con Sebastian Vettel y Max Verstappen.
Foto: Aston Martin
Alejandro Schmauk10 de octubre, 2024
La confirmación de Adrian Newey en Aston Martin ha sido sin duda la noticia más destacada de este lapso sin Fórmula Uno, que retoma la acción la próxima semana en el Circuito de las Americas, en Austin (EE.UU.).

La saga de dónde recalaría el codiciado ingeniero británico fue larga. Se le dio en Ferrari, un retorno a Williams, conversaciones con McLaren, pero finalmente fue la oferta del billonario Lawrence Stroll, dueño del equipo Aston Martin, la que determinó su nueva oficina.

¿Por qué tanto interés y especulaciones, además de ofertas salariales superiores a la de los propios pilotos?

La respuesta está en su historia. Sus autos han sido campeones del mundo en 13 ocasiones, desde Nigel Mansell en 1992 pasando por Alain Prost, Damon Hill, Jacques Villenueve y Mika Häkkinen hasta la más reciente seguidilla con Sebastian Vettel y Max Verstappen. Digamos, de paso, que no todo han sido alegrías. Newey estuvo en el medio de uno de los momentos más tristes de la historia de la F-1: Ayrton Senna se mató con uno de sus autos cuando trataba de compensar con su talento un vehículo que había salido “flojito”.

Desde siempre Newey ha sido un ingeniero por sobre la media. Solo recordemos que recién salido de la facultad y tras un breve paso como adjunto en el equipo Fittipaldi de F-1, anécdota que el propio Emerson cuenta con orgullo por haber sido el primero que le dio trabajo, se trasladó a EE.UU. a cargo de los chasís March de la Formula Indy y adivinen, sus autos dominaron las temporadas 84,85 y 86 incluidas las famosas Indy 500.

Su fortaleza principal está en su dominio y especial percepción de la aerodinámica, una disciplina que aplicada a automóviles todavía tiene más de intuición que de ciencia. Una clara demostración de esto fue hace un par de años, cuando la F-1 volvió a permitir los pisos curvos y por ende el efecto suelo. Mientras la mayoría daba literalmente botes, el Red Bull de Newey se transformó en un dominador como nunca se había visto.

Mientras las estructuras de Mercedes o Ferrari tienen cientos de ingenieros y super computadores, Newey todavía tiene en su despacho un tablero de dibujo donde hace bosquejos que entrega a sus colaboradores y es tradicional verlo pasear por los pits con un cuaderno en el que toma apuntes.

¿Y porque va a Aston Martin? Si revisamos su trayectoria, siempre trabajó en equipos con propietarios presentes, nada de comités ni directores. Frank Williams en Williams, Ron Dennis en McLaren y Dieter Mateschitz en Red Bull le permitían un trato directo. Probablemente el fallecimiento de este último el año pasado cambió el organigrama en Red Bull y Newey dejó de sentirse cómodo. Y vaya casualidad, actualmente el único equipo de F-1 con dueño presente es Aston Martin, de allí que, y sumado a un contrato estimado en U$S 100 millones por cinco temporadas, la decisión estaba clara.

¿Tendrá más comodines en la manga? El cambio reglamentario para 2026 se presenta como una gran oportunidad para comprobar si el genio sigue encendido.
Alejandro Schmauk

es ingeniero civil, consultor en movilidad, ex piloto de fórmula 4, 3 y 2 y campeón chileno de rally (1983 y 1991). Ha sido comentarista especializado en automovilismo en TVN, Chilevisión, El Mercurio y radio Biobío.