El 31 de octubre del año pasado, Melipilla era una fiesta. Los “Potros” vencieron por penales a Deportes Concepción y ganaban el título de Segunda División y el consiguiente ascenso a Primera B, de la mano de jugadores como Darío Melo, Matías Rodríguez, Cristián Magaña y Josué Ovalle, entre otros que lucieron en la categoría.

Y aunque la amenaza de un reclamo penquista siempre estuvo presente en el ambiente, la decisión de la primera sala del Tribunal de Disciplina de restarle tres puntos al club por no pagar las cotizaciones de su plantel en la temporada 2025 calmó las aguas e inició el camino para jugar en el Ascenso, del que cayó en 2022.

El castillo se derrumbó el 23 de enero, cuando la Segunda Sala revocó la decisión y determinó que las unidades debían restársele del campeonato pasado, que el paso a la B quedaba anulado y que el “León de Collao” debía ser el nuevo habitante de la “división de plata”. Melipilla, de vuelta a Segunda.

Y hoy, el panorama es aún más desolador: luego de un inicio dubitativo, los “Potros” empezaron a recuperar terreno y suman 13 puntos en 11 fechas, cifra que los deja 10° entre 14, a la espera, eso sí, de ceder otros nueve puntos por nuevos atrasos en el pago de las cotizaciones y volver al fondo de la tabla. La caída al amateurismo es una pesadilla que recorre la ciudad...

“Es indudable que todo lo que pasó nos golpeó fuerte. Cuando hicimos la planificación de la temporada, consideramos los dineros de la televisión, pero cuando nos sancionaron, nos quedamos sin el mismo flujo. En esta categoría no hay apoyo, casi no hay auspiciadores, pero la medida también nos afectó psicológicamente y eso explica lo que estamos pasando”, asume José Castillo, presidente del club.

Y aunque algunos jugadores decidieron quedarse, como Magaña, Matías Rodríguez o Hernán Albano Becica, otros lideraron una hégira a diferentes clubes de Primera o de la B, buscando mejores destinos, más allá de que los plazos para emigrar se estrechaban, pues la decisión se tomó cuando la Copa Chile estaba a la vuelta de la esquina. De hecho, la partida de Darío Melo a Universidad Católica dejó sin portero a los melipillanos, que hicieron debutar al juvenil Tomás Chacón, hasta que en la segunda fecha arribó Luis Santelices para cubrir el puesto.

“Quedamos shockeados con el fallo, muy tristes. En cuando salió me reuní con el plantel y algunos decidieron irse, y era lógico, pero otros se quisieron quedar por cariño a la institución o a mi persona. Con ellos armamos un equipo que no era el que teníamos planificado para la temporada”, reconoce Castillo.

“Mi autocrítica no fue haber tenido más plata para poner más y poder pagar las cotizaciones. No fuimos lo suficientemente audaces y efectivos para haber conseguido más dinero y haber solucionado el tema tres días antes, pero qué más podíamos hacer... No podíamos salir a robar plata para pagar las imposiciones de los jugadores”.

Melipilla ya fue denunciado este año por la Unidad de Control Financiero de la ANFP y seguramente perderá nueve puntos que lo dejarán colistas en la tabla y arriesgando el descenso al amateurismo. No solo eso, porque la directiva ya reconoció que costará mantener a flote el proyecto en el resto de la temporada, lo que motivó a un grupo de seguidores, autodenominados “Potros por el Potro”, a iniciar una campaña para recaudar fondos para financiar la institución.

“Somos un grupo de hinchas que, viendo la situación por la que pasa el club, decidimos ayudar. Al principio, aportábamos lo que podíamos, pero después empezamos a organizar rifas y ayudas. Costó, porque usted sabe que los empresarios son medio orgullosos, pero al final estamos aportando”, cuenta Miguel Pino, vocero de la organización.

“Estamos en situación delicada, hemos pagado con harto sacrificio y esfuerzo y hoy estamos al día. Los hinchas se han portado muy bien, están ayudándonos con transporte y otros temas, porque quienes conocen el club saben que no genera nada, que hay muy pocos auspiciadores, que cuesta mantener y por eso estamos muy agradecidos del apoyo de ‘Potros por el potro’”, admite Castillo.

Al comienzo, el grupo colaboró para financiar hoteles u otros gastos generales, pero ya acordaron hacerse cargo de los traslados del equipo a sus partidos como visitante, además de cooperar en gestiones del club, como la “Lucatón” o bingos.

“Es muy doloroso como hincha. En los 26 años que sigo a Melipilla, he vivido muchos ascensos y descensos, pero esto es muy diferente. En octubre estábamos celebrando el ascenso, que después fue revertido y dolió bastante. Pero además ver cómo estamos ahora es duro para todos nosotros”, lamenta Pino.

Al menos, la fe no se pierde.

“Vamos a salir del fondo, sea como sea. Con amor propio”, arenga Castillo.