Daniel Garnero es el nuevo técnico de la UC: “Le gusta el fútbol moderno y no le tiembla la mano”
El volante cruzado que llegó en 1996 para reemplazar a Néstor Gorosito ocupará el cargo que dejó Tiago Nunes. “Es un orgullo”, expresó, poco después de firmar el contrato que lo unirá a los franjeados hasta diciembre de 2026. Exdirigidos y periodistas desmenuzan su sistema de trabajo: lo caracteriza mucha mecanización y repetición de movimientos. El lunes dirigirá su primera práctica en San Carlos.
El primer capítulo de Daniel Garnero en Universidad Católica comenzó a escribirse el 14 de febrero de 1996 cuando llegó para reemplazar a Néstor Gorosito, quien había emigrado al Yokohama Marinos de Japón.
“Vengo para ser campeón”, dijo el volante una vez cerrada la negociación que le implicó a la UC pagar US$ 1.200.000 a Independiente de Avellaneda
Sin embargo, la vida de Garnero en San Carlos no fue nada de sencilla: una pubalgia lo obligó a pasar por el quirófano y, a la larga, nunca lo dejó en paz. Con Manuel Pellegrini primero y Fernando Carvallo después, jugó apenas 16 partidos, convirtiendo solo un gol: a Coquimbo Unido en el antiguo Francisco Sánchez Rumoroso, el 22 de noviembre, en la derrota 3-4.
Sin embargo, existió una faceta de Garnero que pocos conocieron. “Tenía 26 años y era muy, pero muy futbolizado. Se notaba que después del fútbol sería entrenador. Tenía pasta, era muy analítico, apasionado, veía funcionamientos y rendimientos”, dice Rodrigo Gómez, excompañero en los faldeos precordilleranos. “Éramos cercanos y conversábamos mucho de música. Nos gustaban los Fabulosos Cadillac”, recuerda Rodrigo Gómez, volante del equipo modelo ’96 de la UC.
“Hablaba mucho de fútbol, daba bastantes consejos. Me decía que había que jugar simple y no hacer faltas tontas cerca del área… No sé si le hice caso, pero ayudaba. Muy buena persona. Como jugador, muy bueno, pero la pubalgia lo jodió mucho. Había días en que ni siquiera podía caminas. A veces lo llevaba a su casa en mi auto… Sufrió mucho por eso”, apunta la memoria de Jorge Vargas, otro que fue parte de ese plantel.
Pintaba para entrenador y fue entrenador. Comenzó en Argentina dirigiendo a Arsenal y después pasó por Independiente, San Martín de San Juan y Banfield. Hasta que en 2015 emigró a Paraguay para asumir la conducción técnica de Sol de América.
“Un domingo leyendo la revista ‘El Gráfico’ vi una entrevista que le hicieron a Gabriel Milito, el exdefensa argentino que ahora es entrenador, donde le preguntaban quién fue su mejor DT. Primero nombró a Josep Guardiola y después a Garnero. Me conseguí su teléfono, días después lo llamé y cerramos el contrato”, narra Carlos Giagni, todavía presidente de los Dragones Azules.
A partir de ahí, Garnero se transformó en leyenda: conquistó ocho títulos locales —cuatro con Olimpia, tres con Libertad y el restante con Guaraní— registro que lo ubica como el DT más ganador del balompié paraguayo junto a Luis Cubillas.
Néstor Camacho, futbolista paraguayo que hoy milita en Sportivo Trinidense, fue dirigido por Garnero en Guaraní y Olimpia. “Es un entrenador bastante ordenado, tranquilo, tiene un método de trabajo muy simple; da herramientas a los jugadores. Le gusta el juego moderno, salir de abajo, que el arquero juegue. Le gustan las transiciones con posición de balón, le gusta jugar con extremos, llegar por fuera. Habla bastante con los jugadores, es correcto. Le va a ir bien. Tampoco le tiembla la mano para poner o sacar jugadores. Él analiza rendimientos”, afirma.
“Si tiene que sacar a un jugador de más años o experiencia y en su lugar debe ubicar a un chico de la cantera, lo hace”, índica Rodrigo Rojas, pupilo de Garnero en Olimpia.
El éxito a nivel de clubes lo catapultó a la selección donde no le fue bien: último en el grupo D de la Copa América con 0 puntos y 7º en la tabla de posiciones rumbo a la Copa del Mundo al momento de su despido, en 2024. “Su sistema de trabajo necesita tiempo; es mucha repetición, mucho volumen de trabajo”, sostiene Camacho, versión que es compartida por el periodista Víctor Sostoa, de Radio Mix 90.3 FM: “Es técnico del día a día, muchas repeticiones, mucha mecanización, elaboración y construcción. Y eso necesita tiempo para afinar detalles. En la selección es citar, tres días de entrenamientos, que a veces es menos, y a jugar”.
Gómez cree que es una buena decisión la que tomó Cruzados: “Sus equipos jugaban bien. Tiene las condiciones como para dirigir a la UC”.
Y es justamente hoy cuando comienza el nuevo capítulo de Garnero en San Carlos: “Es un honor volver a Universidad Católica. Contento y con muchas ganas de que las cosas vayan muy bien. Es un orgullo estar en un club tan grande de Chile y con tanta historia en Sudamérica”, expresó.
Tres décadas después, Garnero quiere su revancha.

Raúl Neira
es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.