¿Hacia dónde avanza la cosecha mecanizada de arándanos en Chile?
Pese a los esfuerzos de los últimos años, los resultados en este tema no han sido los esperados. Esta situación ha generado que se haya instalado la idea en el sector de que la fruta destinada al mercado en fresco no puede ser sometida a una cosecha mecanizada. Sin embargo, hay quienes no concuerdan con esta idea.
Luis Muñoz G.
Uno de los grandes problemas de la cosecha
mecanizada es que, a menudo, genera daños en la fruta.
A pesar del explosivo crecimiento que ha tenido la producción de arándanos en los últimos años, la escasez de mano de obra sigue siendo un problema para los cientos de productores que existen en el país. Es justamente esta situación la que ha llevado a que los expertos busquen de forma incesante opciones para mecanizar la labor.
Pese a los esfuerzos, los resultados no han sido los esperados, lo que derivó en que se haya instalado la idea en el sector de que la fruta destinada al mercado en fresco no puede ser sometida a una cosecha mecanizada, debido a que sufriría daños y vería mermada su calidad al llegar a los mercados de destino.
Si bien Jorge Retamales, profesor de la Universidad de Talca, quien ha trabajado por años en la búsqueda de opciones viables para la mecanización de la cosecha de arándanos, reconoce que el avance en este tema ha sido menor a lo deseado, no está de acuerdo con el dogma que se ha instalado en el sector: “No es absolutamente cierta la idea de que la mecanización de la cosecha es sólo posible para fruta destinada a procesado, pues esto dependerá del tipo y operación de los equipos cosecheros”. Es más, asegura que en algunas zonas donde existe saturación de huertos y escasez de mano de obra, la cosecha mecánica sola o en combinación con la cosecha manual, aparece como la única alternativa para colectar la fruta en su óptimo fisiológico y comercial. Por lo mismo, recomienda a los productores no cerrarse a ninguna posibilidad.
Un gran aporte
Uno de los aportes más significativos que se ha hecho al estudio de la mecanización de la cosecha de arándanos en los últimos años ha sido la fabricación de un dispositivo llamado BIRD (Blueberry Impact Recording Device). La herramienta, creada por el Dr. Fumiomi Takeda y un equipo de especialistas del USDA y la Universidad de Georgia (USA), sirve para medir el impacto de la fruta durante la cosecha mecanizada y en las líneas de embalaje.
El instrumento electrónico, de 21 mm, busca replicar el tamaño y las características de la fruta, con el fin realizar mediciones de distinta índole. Lo concreto es que hasta ahora ha sido tremendamente importante para medir el daño potencial por impacto y así mejorar la calidad de la fruta y reducir las pérdidas de productores y exportadores de arándanos.
“El Dr. Takeda junto al Dr. Li, de la Universidad de Georgia, desarrolladores del BIRD, trabajaron con nuestro grupo en diciembre del año pasado, midiendo los impactos en cosecha y en packings. Los datos de los ensayos y evaluaciones están siendo actualmente procesados y esperamos ponerlos a disposición de la industria en los próximos meses”, comenta Jorge Retamales.
En busca de la llave
Pero los intentos por mecanizar la cosecha de arándanos no son nuevos ni se circunscriben sólo a Chile. En Estados Unidos, por ejemplo, esto ya es una realidad desde hace varios años. “A diferencia de nosotros, ellos tienen el mercado al lado, por lo que cosechan y a los pocos días ya están vendiendo la fruta, en buenas condiciones”, explica Andrés Armstrong, gerente del Comité del Arándanos.
Y es que una de las principales dificultades que tiene nuestro país para mecanizar la cosecha de arándanos, es el enorme espacio de tiempo que transcurre desde que el fruto es recolectado desde la planta hasta que llega a destino. El viaje a Estados Unidos en barco, por ejemplo, puede durar 25-30 días, mientras que a China se puede extender por 50-60.
Por lo mismo, los esfuerzos de los investigadores se han centrado en la búsqueda de alternativas que, además de disminuir al mínimo el daño que pueda sufrir la fruta durante la cosecha, consideren los manejos a los que serán sometidos los arándanos antes de llegar a la mesa de los consumidores, como la guarda por varias semanas en los sistemas de frío.
En la Universidad de Talca, por ejemplo, un grupo de investigadores —compuesto por Jorge Retamales, Gustavo Lobos y Claudia Moggia— llevó a cabo un ensayo, donde se probaron y compararon tres tipos distintos de cosecha: la primera se realizó con una cosechadora automotriz (Korvan 7420); la segunda, con una vibradora (Campagnola-Sobitec); y la tercera, fue realizada por trabajadores de forma manual. Para la experiencia, que se extendió por dos temporadas, se utilizaron plantas adultas de arándano de arbusto alto (Brigitta, O´Neal). Una vez cosechada, la fruta fue sometida a 60 días de almacenaje en frío.
Respecto a la calidad de la fruta (firmeza, frutos podridos, sanos y deshidratados), los resultados fueron categóricos: la cosechada de forma manual y con vibradora, mostró resultados muy similares y superiores a los evidenciados por la recolectada con el equipo automotriz. Lo importante de esta experiencia, dice Retamales, es que con la vibradora el uso de mano de obra se reduce, al menos, a la mitad. “Ello demuestra un gran potencial para esta tecnología, sobre todo si se piensa que con un adecuado entrenamiento y mejoras en la operación, se puede aumentar aún más la productividad sin afectar negativamente la calidad de la fruta”, asegura.
La cosechadora automotriz, por su parte, utiliza sólo un 3% de los trabajadores que, a menudo, se requiere para llevar a cabo una cosecha manual.
Según el investigador, los beneficios de la vibradora podrían ser aún mayores si se considera que tiene un gancho en forma de U, que acerca la caña a la lona colectora y permite que la vibración se detenga cuando el operario detecta la caída del primer fruto verde. Esto, en la práctica, permitiría teóricamente operar este tipo de equipos durante la noche, lo que no sólo ampliaría la disponibilidad de mano de obra sino que además permitiría que el fruto tenga una temperatura más baja al ser cosechado, con lo cual se potenciaría su vida en poscosecha.
Si bien en el sector valoran el aporte de los estudios realizados por este equipo de la Universidad de Talca sobre el tema, hay quienes sostienen que aún resta mucho camino por avanzar. Por lo mismo, proponen llevar a cabo más ensayos en diversas zonas y con distintas variedades, con el fin de cotejar los requerimientos específicos de los distintos productores y exportadores.
Las máquinas probadas
Las dos cosechadoras evaluadas durante los experimentos llevados a cabo por el grupo de investigación de la Universidad de Talca fueron la vibradora Campagnola-Sobitec y la automotriz, Korvan 7420.
La máquina vibradora consta de un generador de energía neumática, 4 ganchos vibradores y estructuras de colecta de fruta (lonas). En determinados momentos de la temporada se les pueden conectar tijeras podadoras neumáticas y equipos para aplicación de pesticidas y reguladores de crecimiento.
El equipo automotriz Korvan 7420, en cambio, es un equipo de alto costo que remece las cañas, generando que el fruto caiga desde 50-150 cm dentro de la planta (con la posibilidad de golpear cañas y/o otros frutos). Por lo tanto, la recolección se hace en la base de la planta. En la actualidad, esta máquina es ampliamente utilizada en Estados Unidos para cosechar fruta destinada a procesado y al mercado fresco de corta distancia (por la menor vida de poscosecha de la fruta derivada del daño por impacto). “Según nuestra experiencia, no sería apto para envíos marítimos de fruta fresca a mercados del hemisferio norte. Entiendo que además se ha evaluado el uso de vibradoras con dedos similares a las ocupadas para cosecha olivos, pero no conocemos los resultados de esos ensayos”, asegura Jorge Retamales.
Una nueva alternativa
Andrés Armstrong, comenta que en su visita a la última versión de Fruit Logistica Berlín tuvo la oportunidad de conocer una máquina cosechadora de berries que eventualmente podría ser utilizada para arándanos en Chile.
Pero, ¿qué tiene de especial esta máquina respecto de las tradicionales? Armstrong explica que esta alternativa, que es comercializada por una empresa serbia, opera a partir de disparos de aire, lo que permite que la fruta no sea golpeada y, por ende, no sufra daño. “Serbia es un importante productor de berries, especialmente de frambuesas. Por lo mismo, como esta fruta debe tener cuidados incluso más críticos que el arándano, nos parece que podría tener buenos resultados en una eventual cosecha mecanizada en nuestro país”, explica Andrés Armstrong.
Hoy, los esfuerzos del Comité del Arándano, estarán centrados en visitar Serbia y ver cómo opera esta máquina en terreno. Si la evaluación es positiva es probable que en los próximos años esta máquina se encuentre disponible para los productores nacionales.
Pese al entusiasmo que genera esta opción, Jorge Retamales le pone paños fríos al tema. Y es que, a su juicio, antes de sacar cualquier conclusión esta tecnología debe ser probada en terreno. “De hecho, hemos escuchado de otros investigadores que con ese tipo de equipos con disparos de aire habría un nivel de impacto importante, el que en algunos casos sería similar al de los equipos automotrices normales. Habría que evaluar estos equipos en nuestras condiciones, asegurándose de cotejar la calidad de la fruta al final del período de poscosecha”, explica.
¿Cómo plantear la cosecha?
Si bien no se puede dar una receta, pues la estrategia de cosecha dependerá de un sinfín de factores, existen algunos caminos que, dependiendo de las decisiones que se tomen, pueden resultar atractivos para los productores.
Jorge Retamales comenta que un camino es optar por la reducción de carga frutal mediante podas más severas, con lo que debiera aumentar el calibre de la fruta y, con ello, se mejoraría la eficiencia de cosecha. “Tal vez la mejor opción sea combinar distintos tipos de cosecha. La cosecha manual más eficiente se da a principios de temporada, pues a medida que ésta avanza, el tamaño del fruto tiende a reducirse. Por lo mismo, quizás convendría partir la temporada con cosecha manual, recolectando frutos más grandes y luego introducir la cosecha con vibradora, cuando haya mayor cantidad de frutos pequeños”, comenta.