A pesar de que las posibilidades de sufrir una merma productiva al final de la temporada se acrecientan en la medida que pasan los días, no es correcto darla por sentado. Aún falta esperar la cuaja de los frutos.
Aumentar la productividad dependerá de hacer un buen trabajo en el huerto, que debe partir desde su diseño y extenderse a lo largo de toda su vida productiva. En ese desafío, variables como la cantidad y calidad de centros frutales en los árboles adquieren una importancia fundamental.
Hacer un presupuesto hídrico, contemplar el cambio de emisores en los sistemas de riego, realizar podas agresivas y utilizar herramientas como polímeros, mulch y otras, ayudarán a que las plantas produzcan fruta a niveles adecuados sin comprometer en demasía el calibre y la calidad.