Una buena labor significa un gran ahorro para el productor. Está demostrado que en la estructura de costos de mano de obra —que en Chile representa el 60% de los costos variables— la poda representa sólo el 15 % del total.
Christian Abud, asesor y gerente de C. Abud & Cia
Situación actual del kiwi en Chile
A la izquierda, yemas frutales de buena
calidad. A la derecha, yemas vegetativas.
Desde el punto de vista productivo, si bien sabemos como llegar a una alta producción acompañada de un buen porcentaje de embalaje y buenos calibres (promedio sobre 100 grs), en el caso de esta temporada nuestra primera impresión es que varios huertos presentan una madera mucho más ajustada, producto del estrés producido por las heladas de primavera, exceso de temperatura en verano y falta de agua en periodos críticos. En respuesta a esto, y con el objetivo de llenar el máximo de espacios productivos, esta temporada estimamos que se producirá el aumento en el uso de extensiones tipo “sub-brazos” y un despunte de cargadores más conservador.
Nuestros manejos deben estar orientados para esta temporada a la recuperación definitiva del huerto en conjunto con la producción de “kiwis ricos” con una buena poscosecha y una condición homogénea en destino.
Para esto, seguimos avocados a producir kiwis en base a parámetros mínimos a cosecha de 16% de materia seca, 6º Brix y una columela blanda. Es decir, buscamos homogenizar nuestro producto.
Lo anterior depende, en gran medida, de lograr un buen manejo técnico durante toda la cadena productiva y lo más importante, una buena cantidad de semillas por fruto: de 1.200 a 1.400.
Por último, debemos sistematizar la evaluación de cada eslabón de la cadena productiva, de manera de poder plasmarlo en una Ficha de Evaluación de Huertos, herramienta que permitirá segregar huertos según el trabajo realizado durante la temporada, la ubicación y la calidad y condición del producto obtenido.
Eslabones productivos del kiwi
Es importante señalar que la cadena productiva del kiwi está compuesta por varios eslabones, siendo los siguientes cuatro los más importantes:
1- Poda-amarra
2- Nutrición-riego-raíces
3- Polinización-fecundación
4- Luminosidad
Por lo mismo, debemos trabajar muy bien cada eslabón de la cadena productiva, ya que la calidad de cada trabajo realizado se verá reflejado en los eventos posteriores como un “efecto dominó”, afectando positiva o negativamente al producto final.
En ese contexto, es fundamental comenzar cada temporada haciendo un buen trabajo de poda para lograr un efecto positivo en el resto de la cadena productiva y obtener un buen producto. Es en esta labor cuando se elige el mejor material para llenar la parrilla con las yemas frutales que permitirán expresar al máximo el potencial productivo (de buena calidad) del huerto.
Antes de iniciar esta labor es de suma importancia definir una ficha única de antecedentes del productor-huerto, que permita una trazabilidad en la captura de información y una homologación en su interpretación.
Esta herramienta contiene, entre otras cosas, los siguientes antecedentes:
-Producción Temporada kg/ha
-Porcentaje de embalaje, relación cat1:cat2, Calibre promedio.
-Curva de calibre obtenida, % de Materia Seca (MS) y firmeza de la fruta.
-Yemas/ha., yemas/mt cuadrado dejadas en la poda del invierno de 2010.
-Frutos por planta y por metro cuadrado.
-Peso de poda, etc.
Este trabajo debe efectuarse durante el mes de mayo y debe contar con una visita técnica en terreno para ser analizado. Esta ficha será la base de futuras decisiones de manejo del huerto.
Así también, es importante tener claridad de los siguientes conceptos básicos:
A-El claro como unidad de poda y estimación
Para fines de labor de poda el claro es el espacio que existe entre dos troncos de una misma hilera. Siempre pedimos podar por claro para obtener los cargadores propuestos, ya que si podamos por planta muchas veces no podemos alcanzar la cantidad de elementos requeridos a causa de la muerte de brazos y/o plantas enfermas y replantes.
B-Revisión de poda y conteos
Los conteos y revisiones de poda son la base para futuras decisiones y estimaciones de producción. Esto se realiza en base a una planilla de formato ya conocido por la administración y ayuda a la gestión predial para llevar un control de la labor.
Este dato permite evaluar de forma objetiva la calidad del trabajo del podador, ya que si estamos frente a una planta débil o un replante, no podremos esperar encontrar el número de cargadores que se requiere/mt lineal. Esto no será problema del trabajo, sino que significará que el material simplemente no existe. Sin embargo, debemos hacer todos los esfuerzos por llenar los espacios, saliendo hacia adelante a buscar el material con uso de extensiones.
C-Objetivos de producción en la presente temporada
Una vez analizado todo lo anterior, estaremos en condiciones de determinar el objetivo productivo y, según éste, los resultados esperados de la fruta.
Ejemplo de un huerto tipo:
Objetivos cuantitativos
Objetivo productivo: 40.000 kg/ha
200.000 yemas/ha y un coeficiente de fertilidad de 200 grs por yema frutal.
3,3 cargadores/mt lineal
Objetivos cualitativos
Calibre: 110 gr/fruto
90% Exportación con cosecha al barrer
Distribución de al menos un 80% cat1 y 20% cat2.
Siempre debemos pensar en tener fruta con un mínimo de 16% de MS y una buena condición de poscosecha.
No podemos iniciar una temporada sin tener la información de la temporada anterior. Esto nos permitirá realizar un acertado diagnóstico y una correcta planificación de la próxima temporada.
Dejar extensiones también permite la formación de falsas brindillas,
con los cargadores, para el llenado de la zona de renovación.
Manejo de la poda
La poda debe hacerse con la debida calma, con el fin de asegurar una perfecta calidad de los trabajos.
Una buena poda significa un gran ahorro para el productor. Está demostrado que en la estructura de costos de mano de obra (que en Chile representa 60% de los costos variables) la poda representa sólo el 15 % del total.
Independiente de si las plantaciones se encuentran ubicadas en zonas de Riesgo Alto (RA) o de Riesgo Menor (RM), tenemos que considerar todas las medidas de profilaxis indicadas en los manuales del Comité del Kiwi.
La labor de poda es una fuente de entrada, contaminación y diseminación de enfermedades como la PSA, por lo que realizarla de forma adecuada es fundamental para los productores nacionales.
Cómo hacerla
La poda debe realizarse con el objetivo de llenar la parrilla con una combinación de diferentes elementos. El podador se debe proyectar en la amarra, pensando en buscar cargadores lignificados, de fácil amarra y con buena calidad de yemas. Estos pueden ser amarrados de forma lineal como en curvatura.
En esta tarea buscamos un máximo de 3,3 cargadores por metro lineal en cada lado. Esto es entre 180.000 y 210.000 yemas por ha; 30% en zona de renovación y 70% en fructificación. La idea es asegurar una buena luminosidad, siempre pensando en el llenado de espacio con material de buena calidad. Para ello se debe utilizar un despunte de 8 mm aproximadamente, con el fin de imprimirle vigor y regular la carga, especialmente en los elementos débiles.
Dejar menos cargadores significa tener elementos más distanciados entre sí, a 30 cm. Esto asegurará la luminosidad necesaria para lograr un buen crecimiento y desarrollo del fruto.
Elección del material de poda
Es importante tener siempre una mirada cualitativa en la elección del material.
Se debe recordar que lo ideal es privilegiar siempre el material o cargadores–brindillas de primera brotación. Éstos brotan principalmente en septiembre, de forma simultánea a la aparición de las estructuras florales. Son de color grisáceo, poseen madera bien lignificada y la mayoría muestra los pedicelos del fruto. También se consideran los que brotan en octubre, los cuales poseen yemas más maduras y su lignificación los hace más resistentes a la bacteriosis.
Yema frutal de buena calidad
No se debe olvidar que lo que en definitiva elegimos son yemas. Es la yema protuberante, sobre un buen cargador la que brotará y traerá fruta en la temporada. Las mejores yemas las encontraremos en material de primera brotación, las cuales estuvieron bien iluminadas y ahora muestran una buena lignificación.
Dejar menos cargadores significa tener elementos más
distanciados, a 30 cm, que aseguren la luminosidad
necesaria para un buen crecimiento del fruto.
Extensión de cargadores
Haremos énfasis en el trabajo con extensiones, que consiste en tener la posibilidad de salirse hacia delante del primer alambre con 2 o más cargadores por centro con el objetivo de llenar los espacios vacíos de la parrilla. Éste es un muy buen elemento cuando los cargadores no alcanzan a llegar al alambre frutal que se comparte entre las hileras o existe poco material para cubrir la “parrilla”, debido a la presencia de muerte de brazos o replantes o factores de poco vigor, tal como ocurrió en la temporada recién pasada. La idea es salir con más material hacia delante de manera de poder poner más yemas frutales en la parrilla, siempre respetando la equidistancia de 30 cm entre el material y el frutal.
Poda de machos
El macho debe ser podado dejando entre 50% y 100% más cargadores que en el caso de las hembras.
Se deben ordenar los machos para que sean
aplanados en la amarra y se logre un piso floral.
Se debe respetar siempre el espacio de la hembra, por lo que se debe aspirar a lograr un mínimo de 10% de machos en superficie (alambre frutal), independiente del porcentaje que se tiene en pie.
Con esta cantidad de material de poda y la amarra buscamos tener una buena luminosidad en la temporada para favorecer el trabajo de la abeja y el desarrollo de la planta.
De igual forma, se recomienda podar los machos al inicio o al final de la labor, con el fin de disminuir los riesgos de contaminar con PSA a las hembras. Y es que se debe recordar que los machos son más sensibles que las hembras a la bacteria.