Nuevas alternativas forrajeras para el ganado bovino de carne
Conozca las ventajas de las nuevas gramíneas y tréboles empleadas en la zona centro-sur y sur del país para hacer frente a la escasez y al encarecimiento de las praderas en algunas épocas del año.
Andrea Tapia M.
El encarecimiento y la baja disponibilidad de alimentación en algunas épocas del año han hecho que buscar nuevas alternativas forrajeras se haya transformado en uno de los grandes desafíos para los ganaderos chilenos, en especial para aquellos que se dedican a la producción de carne bovina. Por esta razón, en los últimos años, los esfuerzos de los investigadores locales han estado centrados en la creación de nuevas variedades y en el estudio de especies extranjeras y de praderas naturales en el sur, las que crecen de forma espontánea.
El objetivo es encontrar especies que sean una alternativa a los cultivares tradicionales en esa zona como la ballica perenne, la forrajera gramínea más sembrada. Su principal ventaja es que han mostrado buena persistencia, rusticidad y crecimiento en períodos críticos.
“En producción de carne los requerimientos de calidad del forraje son algo menores (sin ser bajos) en comparación con la producción de leche. Es por ello que existen alternativas distintas a la especie ballica inglesa, y que han demostrado una mayor persistencia productiva, permitiendo bajar los costos de producción/kg de materia seca producida. Entre ellas se encuentra el Bromo, la Festuca, el Festulolium y el Pasto Ovillo”, asegura Fernando Ortega, ingeniero agrónomo, PhD., especialista en el fitomejoramiento de forrajeras y coordinador nacional del Programa de Cultivos de Inia.
Variedades creadas en Chile
Las primeras corresponden ciento por ciento al trabajo genético desarrollado por el Inia y apuntan específicamente a la producción de carne. A continuación, el detalle de cada una de ellas.
- Bromo Poker-Inia: Es un cultivar creado a partir de las dos primeras variedades generadas en Chile (Bronco Inia y Bromino Inia), que se caracteriza por tener un alto grado de resistencia al estrés hídrico, rusticidad y crecimiento relativamente uniforme a través del año. Además, presenta una mayor resistencia al ataque de gusanos blancos y otros insectos del suelo.
A diferencia de otras variedades similares como el Gala, posee macollos más finos y una mayor capacidad de macollaje, lo que permite generar un mayor número de plantas y, con ello, lograr una mayor producción. Además, sus semillas y aristas son más pequeñas y su rendimiento de forraje, persistencia productiva y producción de carne bovina a pastoreo son mayores, lo que permite que el animal engorde más. No tiene limitaciones nutricionales debido a que no se asocia a hongos endófitos, por lo que posee una gran adaptabilidad, según señala la ficha técnica del Inia “Poker Inia”.
Adrián Catrileo, ingeniero agrónomo y PhD, especialista en bovinos de carne del Inia Carillanca, la recomienda para ganado de carne bovina y ovina, en sectores de secano desde la provincia de Cautín al sur.
“Es una gramínea forrajera seleccionada para las condiciones del secano del sur de Chile, que la hemos estado evaluando por más de siete temporadas. Ha permitido conseguir producciones superiores a las especies equivalentes y a su vez, ha alcanzado rendimientos en secano de 8-9 mil kilos de materia seca/ha al año, con producciones de carne 12% superiores a variedades tradicionales”, dice.
- Redqueli-Inia: Es un cultivar sintético de trébol rosado (Trifolium pratense L.) generado a partir del policruzamiento de siete plantas madres seleccionadas científicamente. Presenta una época de floración intermedia, un largo de tallo y tamaño de las hojas intermedio, una frecuencia de marcas foliares entre mediana y alta y un color de semilla variegado. Todo esto, a la larga, permite generar una mayor cantidad de forraje y, con ello, una mayor cantidad de alimento para los rumiantes.
Catrileo recomienda utilizarla en ganado de carne bovina y ovina, entre las regiones Metropolitana y de Magallanes.
“La Redqueli-Inia salió hace algunas temporadas y está siendo empleada por los productores en la actualidad con éxito. Se comporta bien en secano, aunque no es de larga persistencia. Es decir, no tiene una duración superior en el tiempo, por eso le llaman trébol de rotación corta. En ensayos ha arrojado 9 toneladas de materia seca/ha al año, aunque no se han hecho evaluaciones en torno a su producción”, comenta Catrileo.
Variedades introducidas
En el Inia, además han experimentado con material extranjero, con el fin de ver su adaptabilidad a los suelos locales. Afortunadamente, dicen en el organismo, hasta ahora los resultados han sido positivos, especialmente en cultivos como ballicas y festucas.
Algunas de las especies y cultivares extranjeros que están dando mejores resultados en Chile son laTrojan (inglesa), Banquet II (neozelandesa), Expo (neozelandesa), Arrow (neozelandesa) y Bealey (neozelandesa).
“La mayoría de estas ballicas, a pesar de que se recomiendan en suelos con buena humedad y bajo riego, se han comportado mejor que la variedad Nui, usada tradicionalmente en el sur. Se ha logrado una mayor producción, sobre 10 mil kilos de materia seca/ha en suelos regados, y entre 10% y 15% de mejores rendimientos en relación a Nui”, comenta Catrileo.
Se recomienda su uso en bovinos de carne y leche, especialmente en aquellos que se encuentran en la zona centro-sur del país.
En el caso de las festucas, una de las que ha mostrado mejor comportamiento en los suelos locales ha sido Kora, una variedad de origen danés, muy utilizada en Europa y Estados Unidos. Ensayos realizados en Suiza han mostrado que posee una mayor digestibilidad, producción y buen rebrote tras pastoreo, además de buena tolerancia al anegamiento y a la sequía.
“Es una buena variedad y tiene mejor producción que otras tradicionales como Exella, o Manade y, por lo tanto, su hoja es más suave y logra un mejor consumo por parte de los animales. Las producciones superan el 10% en relación a las variedades tradicionales, bordeando los 9 mil kilos de materia seca/ha al año”, dice Catrileo.
El agrónomo la recomienda en bovinos de carne de la zona centro-sur del país, por su buena tolerancia al exceso de agua.
Variedades naturales o silvestres
Ignacio López, ingeniero agrónomo, Phd., académico e investigador del Instituto de Investigación Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral (Uach) y especialista en ecología de praderas, junto a Óscar Balocchi, ingeniero agrónomo, PhD., del mismo instituto, han estudiado por más de veinte años las potencialidades productivas y nutricionales de la pradera natural del sur de Chile. Así también, han evaluado la producción y calidad de las especies residentes que la componen, es decir, aquellas que crecen en forma espontánea y que constituyen el 90% de las praderas del sur de Chile.
“Hemos hecho mucha investigación con la pradera que crece de forma espontánea y la hemos contrastado con el material que se trae desde afuera. Antiguamente era considerada basura, pero luego de estudios se ha visto que cuando crece de forma natural es tan buena como las especies introducidas, ya que en Chile tenemos una riqueza genética muy grande”, comenta López.
Estas praderas de crecimiento espontáneo pueden llegar a tener la misma calidad y rendimiento que las de uso tradicional (alrededor de 14 toneladas de materia seca/ha al año) cuando se encuentran en condiciones de excelecia, según se ha medido en estudios de pastoreo con ganado de bovino de leche y ovino. La única diferencia entre ambas es que la que crece de forma espontánea es más difícil de manejar mediante el pastoreo, por lo que el productor debe llevar a cabo un control constante de su crecimiento a través del pastoreo —especialmente en primavera— para evitar que se madure.
Dentro de los cultivares evaluados, el experto destaca los siguientes:
- Bromus Valdivianus: Bromo oriundo de Valdivia y Osorno, cuya principal ventaja radica en que puede producir, al igual que las ballicas inglesas mejoradas, alrededor de 14 toneladas de materia seca/ha al año de excelente calidad. Además, posee una raíz más profunda que otras especies, lo que en caso de escasez hídrica le permite llegar a mayores profundidades para extraer agua.
López recomienda su uso para todo tipo de ganado de carne, ya sea bovino, ovino o caprino. De igual forma, puede ser utilizado en bovinos de leche. Para el experto es importante controlar la disponibilidad de pradera al inicio y al término de cada pastoreo, evitando comenzar con una pradera muy crecida (más de 2.800 kg MS/ha disponible). Así también se debe evitar el sub-pastoreo (terminar el pastoreo con valores mayores a 1.800 kg MS/ha) y el sobre-pastoreo (finalizar pastoreo con menos de 1.000 kg MS/ha).
- Pasto miel o pasto dulce: Es una hierba silvestre de raíz profunda que suele formar fuertes matas, de 6-17 dm (decímetros) de altura. Prefiere los suelos húmedos y de alta fertilidad, y es tolerante a las tierras de napa freática, lo que quiere decir que tolera el anegamiento y también la sequía. Produce cerca de 12 toneladas de materia seca/ha y tolera bien el pastoreo fuerte.
Es recomendada por los expertos para el ganado bovino de carne que se encuentra en la zona sur del país.
- Poa pratensis (Grama azul): Se trata de una gramínea perenne comúnmente utilizada para la elaboración de césped, cuya reproducción se lleva a cabo a través de rizomas o semillas. Crece en ambientes como el pasto miel, en características de crecimiento productivas y de calidad similares a la ballica inglesa, con la ventaja de que al tener rizomas, permite que crezcan nuevas plantitas a partir de cualquier parte de la raíz (esto genera una mayor cantidad de plantas). Es muy densa y crece en suelos con problemas de drenaje. Puede lograr hasta 12 toneladas de materia seca/ha y posee una calidad nutricional similar a la ballica inglesa.
Se recomienda su uso para el ganado de carne, ubicado en suelos del sur del país, especialmente aquellos con problemas de drenaje.
- Pasto ovillo: Es una planta perenne que crece formando matas y posee raíces profundas, de más de un metro, que le permiten una mejor búsqueda de agua en periodos de escasez.
“Sirve para suelos secos y produce 12 toneladas de materia seca/ha, pero su calidad baja un poco cuando se encuentra en esas condiciones. Es apropiada para las laderas de los cerros o las pendientes más altas, que tienen más arcillas”, comenta López.
Se recomienda para el ganado de carne y leche ubicado desde Temuco al sur.
- Festuca: Es una gramínea de crecimiento otoño-invierno-primaveral, de gran rusticidad y plasticidad. Crece bien en lugares húmedos, tolera anegamientos en invierno y tiene buena resistencia a la sequía.
“Sirve para suelos de mayores restricciones de nutrientes, los más pobres, carentes de fósforo o potasio, donde se requiere de fertilizantes. Aunque haya una mayor restricción de estos elementos rendirá, pero lo hará en menores cantidades. Es decir, si en condiciones normales produce cerca de 12 toneladas de materia seca/ha, en condiciones restrictivas descenderá a 8 o 10 toneladas de materia seca/ha. Sin embargo, su ventaja es que produce en lugares donde la ballica inglesa daría cero o se moriría”, explica López.
Especies salvajes sembradas
El especialista explica que este tipo de especies también pueden ser sembradas por los agricultores —y no sólo ser trabajadas en estado natural—, aunque recomienda establecer mezclas múltiples, ya que éstas generan una pradera “de alta persistencia y estabilidad entre los años”.
A su juicio, las mezclas que han dado mejores resultados en los ensayos son las siguientes:
Mezcla 1:
Bromo: 12 kg semilla/ha
Ballica inglesa: 6 kg semilla/ha
Pasto ovillo: 3 kg semilla/ha
Pasto dulce o Pasto miel: 1 kg semilla/ha
Trébol blanco: 4 kg semilla/ha
Mezcla 2:
Ballica Inglesa: 25 kg semilla/ha
Trébol blanco: 4 kg semilla/ha.
“La pradera producida por la Mezcla 1 ha demostrado ser una excelente alternativa, comparable a la pradera de la Mezcla 2 en cuanto a producción (12 a 14 ton MS/ha /año) y calidad de forraje”, añade López.
Manejo agronómico
Adrián Catrileo asegura que las especies forrajeras —excluyendo las naturalizadas—, deben ser sembradas en la zona centro-sur del país en otoño, no más allá de mediados de abril. De forma contraria, las siembras tardías podrían verse afectadas por la aparición de heladas que perjudicarán su rendimiento y la emergencia de las plántulas.
Recomienda establecer las praderas idealmente sobre rastrojos de cereal, en suelos que hayan sido utilizados por otros cultivos anteriormente. Las fertilizaciones que se les puedan aplicar, dependerán de los resultados que arroje el análisis de suelo correspondiente.
Catrileo asegura que establecer una pradera de cualquier naturaleza, en la actualidad, tiene un costo cercano a los $350 mil/ha. “Por lo tanto, se debe buscar la forma de realizar un buen manejo, con el fin de establecer la pradera por al menos cinco años y así amortizar el gasto”, agrega.
Fernando Ortega, por su parte, explica que si bien las dosis de semillas dependerán de cada caso, existen algunas estimaciones generales:
• Ballicas: 20 a 25 kilos/ha
• Festucas: 15 a 20 Kilos/ha
• Bromos: 25 a 30 kilos/ha
• Trébol rosado: 8 a 12 kilos/ha
• Pasto ovillo: 10 a 12 kilos/ha.