Una alternativa para ‘terminar’ al ganado
Si bien en nuestro país no es el sistema de alimentación más utilizado, es una alternativa que permite que el ganado alcance el peso óptimo de comercialización en un período de tiempo mucho menor.
Ximena Fernández S.
Foto: Rafael Larraín
El feedlot –o corral de engorda- es una forma de alimentación de ganado muy popular en Estados Unidos. Se trata de un sistema intensivo de producción de carne en el cual se alimenta al ganado en corrales, donde a través de comederos reciben una dieta determinada con la finalidad de lograr un engorde acelerado.
En nuestro país no ha logrado imponerse sobre las praderas como mecanismo de alimentación, debido, en gran parte, a su costo de implementación y al creciente precio de los granos, ingredientes claves de las dietas de engorda. Si bien no existen estadísticas concretas sobre la cantidad de productores que utilizan este sistema en el país, se estima que están entre el 20% y el 30%.
Este sistema se utiliza especialmente para “terminar” un animal, es decir, en la etapa final de engorda del ganado, porque permite entregar una ración de alimento balanceada y rica en energía, consiguiendo así una rápida ganancia de peso en poco tiempo.
“Un animal terminado es aquel que tiene una cobertura grasa importante y ha logrado un desarrollo muscular apropiado”, dice Rafael Larraín, doctor en Ciencias Animales y docente de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Los principales beneficios de un feedlot son:
• Manejar una dieta bien balanceada, capaz de entregar al animal todos los nutrientes que requiere para crecer y ganar peso en forma acelerada. Además, al ser posible controlar la composición de la dieta, esta se puede ajustar a la etapa de desarrollo en la que se encuentre el ganado.
• Mejor ganancia de peso del animal al reducir el gasto de energía por no tener que caminar grandes distancias para obtener alimento.
• Posibilita una vigilancia más eficaz del estado de los animales, con un menor número de personas y una mayor rapidez para identificar y aislar al ganado enfermo.
• Dependiendo del diseño, el feedlot suele entregar un grado de protección ambiental mediante montículos que aíslen al animal del barro del suelo o techos que proporcionen sombra o cubran de la lluvia. Esto reduce el gasto de energía en termorregulación en épocas frías o la baja en la ingesta de alimento en periodos de alta temperatura.
• Permite incluir en la dieta subproductos de otras industrias, como la hortofrutícola, molinera o azucarera, evitando que se transformen en desperdicios.
Dieta
Los expertos dicen que no existe una dieta ideal y genérica, ya que la formulación va a depender de la disponibilidad y precios de los ingredientes en la zona donde se ubique el feedlot, del tipo de animal en que se usará (edad, sexo, raza) y su condición corporal. Una vez establecidos estos factores se debe hacer una estimación de los requerimientos del animal y buscar una combinación de ingredientes que pueda suplirlos con el menor costo posible.
“Los requerimientos pueden estar basados en una tasa de ganancia de peso determinada por la fecha esperada de faena o, mejor aún, es posible buscar la combinación que maximice la diferencia entre el costo de la dieta y la ganancia obtenida”, comenta Larraín.
Las tasas bajas o muy altas de ganancia de peso suelen no ser rentables debido a que, en el primer caso, el animal pasa mucho tiempo en engorda, mientras que en el segundo escenario la dieta se encarece mucho.
“Normalmente las dietas en un feedlot son ricas en energía (= 2.4 Mcal/kg base seca) e incluyen un suplemento mineral y a veces vitamínico. Muchas de las engordas en feedlot cuentan con asesoría especializada en la formulación y manejo de dietas, ya que después del valor de compra de los animales, la alimentación es normalmente el costo más importante”, explica Larraín.
Una dieta con base de granos versus una con base a forrajes presenta como principal diferencia nutricional una menor cantidad de omega-3, una mayor cantidad de omega 6 y una menor cantidad de ácido linoleico conjugado. Sin embargo, como en el país es un sistema utilizado principalmente para ‘terminar’ el animal, no es habitual que se dé esta condición, por lo que las carnes producidas son bastante magras y con un buen balance de ácidos grasos.
Foto: Rafael Larraín
¿Cuándo ingresar un animal a un feedlot?
Para determinar si un animal es apto o no para ser llevado a un corral de engorda, lo primero es considerar el peso de faena promedio de cada raza o línea genética para que al momento de incorporarse al feedlot tenga un peso adecuado que le permita alcanzar el “término” deseado. Por ejemplo, si se quiere engordar a novillos de un peso de faena de 480 kg, probablemente entrarán al feedlot con unos 300-350 kg. En cambio, si se trata de novillos de raza Holstein, que usualmente se faenan con 600 kg, no deben ingresar con un peso inferior a los 450 kg.
Un aspecto fundamental a considerar antes de llevar animales a un corral de engorda es que deben estar sanos, castrados (si corresponde) y libre de heridas porque en este sistema la densidad de ganado es mayor que en los sistemas de pastoreo tradicional, lo que facilita la transmisión de enfermedades.
Lo ideal es que exista un proceso de pre-acondicionamiento antes de pasar al feedlot. Esto implica que el animal sea vacunado con anticipación para desarrollar la inmunidad necesaria, se entrene para utilizar comederos y bebederos y sea expuesto a los corrales de manera paulatina. De esta manera, “cuando el animal entra al nuevo ambiente no le es tan extraño y se alimenta y bebe rápidamente, reduciendo el estrés al que es expuesto”, argumenta Larraín.
El tiempo de permanencia del ganado en el feedlot es variable. En nuestro país, las estadías en engorda duran entre 100 y 150 días en la mayoría de los casos, pero existen estancias cortas de 30 a 45 días u otras más largas dependiendo de los pesos de entrada, faena y tasa de ganancia.
Implementación
El diseño del feedlot va a estar dado por el lugar donde se desee construir, las condiciones que se busque dar a los animales y el presupuesto del productor.
La versión más simple es la de un corral de tierra con bebederos y un espacio donde poner la comida. Mientras que el modelo más complejo y sofisticado es el de un edificio cerrado, con suelo ranurado para que las deposiciones y orina caigan bajo el corral y control de temperatura y flujos de aire.
En general, los feedlots nacionales son corrales con suelo de tierra, con bebederos en forma de tina y un pasillo de alimentación de concreto de dos a tres metros de ancho desde el comedero hacia el interior del corral. Sin embargo, existen algunas variaciones dependiendo de la ubicación geográfica. En la zona centro-norte poseen árboles para proteger del sol y el viento. Hacia el sur pueden presentar techos para defenderse de la lluvia y montículos para que los animales se posen en un lugar más alto y alejado del barro y humedad del suelo.
Otra opción son los galpones, que pueden tener suelo de concreto o tierra, donde los animales están bajo techo pero con la ventilación necesaria.
Para la distribución de alimentos, la dieta se prepara en un carro mezclador y luego se reparte una o dos veces al día en los comederos.