Sin grietas. Alejandro Tabilo (41º) llegaba con responsabilidad a su estreno en el ATP de Bucarest, en su condición de cuarto cabeza de serie. Pero también llegaba sin ritmo, pues quedó libre en primera ronda y tenía que medirse ante el francés Arthur Rinderknech (79º), que ya había ganado un partido en la arcilla rumana.

Y respondió de forma óptima. En apenas 77 minutos, despachó al galo con un claro 6-3 y 6-4, en un partido que dominó desde la primera pelota, en el que enfrentó apenas un punto de quiebre y que selló con rupturas iniciando cada set.

“Está asentándose cada vez más en este nivel, más sólido en este tipo de partidos complejos, sobre todo ante un buen sacador como Rinderknech”, valora Guillermo Gómez, entrenador del zurdo.

En condiciones complicadas, con mucha humedad y pista bastante lenta —minutos después del final del lance empezó a llover intensamente—, el número dos de Chile le sacó provecho a su devolución y puso siempre en aprietos al europeo.

“Devolvió bastante bien e hizo daño con el saque. Se demostró lo que viene haciendo en los entrenamientos, así que como equipo estamos bien contentos por cómo se está desarrollando”, plantea Gómez.

“La regularidad que ha obtenido a nivel ATP es muy buena, son partidos que gana con consistencia. No es fácil adaptarse a ser sembrado en algunos torneos y es muy importante que pierde muy poco ante rivales que están más atrás en el ranking”, lo aplaude Cristóbal Saavedra, extenista y hoy entrenador.

“La vez pasada que estuvo en el top 100, creo que tomó decisiones apresuradas, sobre todo en el calendario, además de las molestias que tuvo. Ahora está eligiendo mejor qué torneos juega, se nota que aprendió de lo que vivió”, destaca Saavedra.

Tabilo volverá a la cancha el viernes, cuando juegue ante el ganador del partido que animarán la promesa brasileña Joao Fonseca (276º) y el moldavo Radu Albot (139º), que no se pudo jugar este miércoles por el clima.

En tanto, en Múnich, Christian Garín (106º) no pudo siquiera iniciar su partido ante el estadounidense Alex Michelson (70º). Luego de una primera reprogramación, el ariqueño alcanzó a entrar al court 1 bien entrada la tarde, hasta que la lluvia volvió a aparecer en Baviera y forzó una reprogramación para este jueves.

El 26 de marzo, Nicolás Jarry (hoy 22º del ranking) lograba una de sus mejores victorias de la temporada, superando en sets corridos al noruego Casper Ruud (8º en ese minuto) en los octavos de final del Masters 1000 de Miami.

Por esa misma fecha, y luego de ganar su primer challenger en casi cinco años, en Rwanda, Marco Trungelliti (197º) perdía en cuartos de final de un challenger en Murcia ante el georgiano Nikoloz Basilashvili.

Tres semanas después, el argentino —que a sus 34 años no ha estado jamás entre los 100 mejores del ranking— dio el campanazo de la jornada en el ATP de Barcelona, superando al chileno por 7-6 (5) y 6-3 en casi dos horas de partido.

El chileno sigue exhibiendo los mismos problemas que en buena parte de la temporada: dificultades para sostener rallies largos —precisamente la virtud del trasandino— y con notorio déficit en su revés, tiro con el que se cansó de cometer errores no forzados durante el partido.

Pese a que parecía que controlaba el juego desde el comienzo, el chileno no podía generarse ocasiones de romper el saque de Trungelliti: tuvo una, la perdió y todo se definió en un tie break que regaló con más errores propios que méritos rivales. En el segundo, desperdició cada chance de quiebre que tuvo y el argentino aprovechó una para romper, afirmarse y esconder los 175 puestos de diferencia en el ranking para sentenciar el lance.

“No creo que sea un tema tenístico. Este año, ‘Nico’ tiene un estatus diferente, está obligado a ganar y los rivales lo enfrentan sin nada que perder, y eso no la podido gestionar bien. Así perdió con (Ignacio) Buse en la Copa Davis y luego le gana a (Carlos) Alcaraz en Buenos Aires. No ha podido gestionar la obligación de ganar”, evalúa Saavedra, exentrenador de Jarry.

“Yo imagino que sobrepiensa cada golpe, por la presión de ‘no puedo perder con este’ y por eso toma la decisión muy encima del golpe y comete más errores. Cuando juega con los mejores, no le da tanta vuelta”, añade el extenista.

Otro golpe a la confianza —además, podría descender un par de peldaños en el ranking, —, a días de iniciar su participación en el Masters 1000 de Madrid, donde, eso sí, no defiende unidades.

“En un Masters 1000 juega desde la primera ronda con tipos mejores, eso le va a servir para sentirse más cómodo y empezar a recuperar la confianza”, pronostica Saavedra.