Esperando a Manolo
Alguien que nos rescate de nosotros mismos, partiendo por la institucionalidad y el orden nacional, estructura actual y el desarrollo de los torneos, también de los organigramas y las jefaturas, y que se pueda hacer lo que alguna vez se hizo, es difícil plantearlo, pero para eso cloro y lejía, hasta ácido muriático: borrón y cuenta nueva, para que ese alguien construya sobre la demolición y por encima del borrón.
Manuel antes era Manolo, ahora sería Manu, cambian los nombres, apodos y tiempos, pero seguimos con la historia de “Esperando a Godot”, obra del teatro del absurdo de Samuel Beckett que antes se interpretaba más, ahora menos. El mentado Godot nunca llega, y no se sabe el motivo, a lo mejor se arrepintió y le hizo caso a la familia y a los amigos en el camino, quizás no quiso pasar malos ratos o a lo mejor pensó en lo que no hay pensar a determinada edad: en la edad, justamente.
¿Ocurrirá algo parecido con Manu, antes Manolo y siempre un personaje?
Hoy, en el mes de octubre 2025, no llega; quizás llega en junio del 2026.
Un personaje, antes un héroe: Manolo; hoy un superhéroe: Manu.
Necesitamos que acuda al rescate porque la misión es de leyenda y mitológica, siempre y cuando el cuadro del Mundial de 2030 no se abra a 64 equipos, porque entonces habría que pensarlo más veces, por ahora lo pensaron dos veces y con eso se convencieron: que ese alguien venga, venga, venga y que nadie lo detenga.
Alguien que nos rescate de nosotros mismos, partiendo por la institucionalidad y el orden nacional, estructura actual y el desarrollo de los torneos, también de los organigramas y las jefaturas, y que se pueda hacer lo que alguna vez se hizo, es difícil plantearlo, pero para eso cloro y lejía, hasta ácido muriático: borrón y cuenta nueva, para que ese alguien construya sobre la demolición y por encima del borrón.
¿Carta blanca? Naipe blanco.
Y que rearme todas las selecciones todas, la adulta, la mayor y la principal, que podrían ser la misma, y las sub del caso: 24, 23, 22, 21, 20, 19,18, 17, 16, 15 y hasta la sub 14, porque el 13 es de la mala suerte. La reestructuración es profunda e intensa o no es reestructuración. Punto seguido o aparte, el objetivo es ponerle punto final a la situación actual.
¿Cuándo llegará ese día y ese alguien?
¿Llegará en el Día de la Generación Dorada? Ese día no existe, a menos que lo inventen y promuevan las casas de apuestas on line. Todos los rostros sirven.
¿Llegará el Día del Elefante Blanco? Monos blancos he visto, los pavos supongo que no cuentan, elefantes no. Ese día nunca llegará.
Gabriela Mistral en un poema de cuyo nombre no logro acordarme, la IA se acordó, pero yo no, dice que el sol se desmenuzó esperando en vano, y la ilusión pasó por valles, llanos y ríos, pero se esfumó con el paisaje y el panorama del pueblito llamado Las Condes.
En la obra de Beckett aparece un cabro chico, no sé si llega corriendo, pero llega como cabro chico miedoso y dice lo que le enseñaron y le pidieron que dijera, así que habla como cabro de porquería: “No vendrá esta noche, pero mañana seguramente vendrá”.
De más está decir lo que se sabe: Godot nunca llegó.

Antonio Martínez
es periodista y crítico de cine; fue editor de Cultura de “La Época”, jefe de redacción de “Hoy” y director editorial de Alfaguara. Fue corresponsal, desde España, de “Estadio”, y columnista de “Don Balón”. Autor de “Soy de Everton, y de Viña del Mar” (2016), y junto a Ascanio Cavallo, de “Cien años claves del Cine” (1995) y “Chile en el cine” (2012).