Escándalo directivo en Colo Colo: penoso
Es evidente que Mosa y Cortés tienen que ser sancionados. Lo normal, en una institución seria, es que ninguno permanezca en la mesa e incluso sean excluidos por un tiempo prudente de la vida institucional.
En la indecorosa polémica que protagonizaron Aníbal Mosa y Carlos Cortés, quien recibió el apoyo del llamado bloque Vial-Ruiz Tagle en el directorio de Blanco y Negro, se constata un pésimo clima institucional.
El presidente de Colo Colo dijo que el abogado Cortés lo agredió e incluso concurrió a un centro asistencial para comprobar lesiones. Salió en silla de ruedas y con un cuello ortopédico de la clínica Bupa de La Florida.
La contraparte, representada por Alfredo Stöhwing, lo desmintió. El anterior presidente albo dijo que Mosa desafió a pelear a Cortés y entregó antecedentes de una habitual conducta pendenciera del dirigente de origen sirio. Agregó un dato: Mosa, en ocasiones, terminó en el piso. En los videos que comenzaron a circular el viernes por la noche, se escucha que Mosa trata de “piojento” a Cortés. Ahí la sangre llegó al río.
Como la reunión fue híbrida (presencial y con video), se conocieron las imágenes del vergonzoso incidente, que evidencia las irreconciliables diferenciasen del club más grande del país. Es evidente que Mosa y Cortés tienen que ser sancionados. Lo normal, en una institución seria, es que ninguno permanezca en la mesa e incluso sean excluidos por un tiempo prudente de la vida institucional.
Toda esta trama ocurre cuando Colo Colo espera el festejo del centenario. La revelación de los videos en Mega y Dale Albo ratificó el bajo nivel de la discusión. En lenguaje popular, sólo fueron aniñadas. No se evidencian los golpes, aunque eso no aminora la gravedad del escándalo.
El ambiente en el Monumental no es tranquilo. La elección de Edmundo Valladares como presidente de Club Social y Deportivo Colo Colo abre la baraja. Durante la campaña se especuló que, de ganar la lista encabezada por Valladares, no sería extraño un acuerdo con el grupo Vial. Estos darían sus votos a Valladares para presidir Blanco y Negro, justo para los festejos de los cien años. Este escenario, comentan, habría desestabilizado a Mosa en las recientes semanas.
Veremos cómo termina el entuerto. Un dato es claro: el directorio carece de legitimidad a la hora de hablar de violencia en los estadios.
En otro plano, pasó inadvertido que la Federación Atlética de Chile, a través de su presidente Luis Figueroa Loncón, devolviera el patrocinio al Maratón de Santiago, que organiza la corporación del mismo nombre. El resto de los integrantes del directorio de la Fedachi dicen desconocer los antecedentes del convenio. En principio, la corporación entregaría este año cerca de 37 millones de pesos a la entidad atlética.
Una cifra impresentable para el que debería ser el principal activo de la federación. De acuerdo con los montos recaudados por la organización, la Fedachi no puede percibir menos de 400 mil dólares anuales. Las gestiones de los dueños de la corporación, con alto poder económico y social, han invisibilizado por casi una década el despojo que sufrió el atletismo chileno, donde, además, los habitantes de Santiago sufren innumerables perjuicios viales durante dos días por el negocio de un par de particulares. El Estado, antes de proporcionar toda su infraestructura (se incluye un enorme despliegue policial) requiere analizar todos los antecedentes. De lo contrario, se hace cómplice.

Danilo Díaz
es un comentarista, periodista deportivo y escritor chileno. En 2009 obtuvo el premio de Premio Nacional de Periodismo Deportivo de Chile.