El señor Brown atiende
Un repaso a lo que publicaba la revista Los Sports en 1926, que refleja los cambios y lo que ha permanecido del periodismo deportivo de hace una centuria.

En 1926 y cuando la revista reina del deporte en Chile era “Los Sports”, las cosas se hacían con los modos y costumbres de la época, como es lógico, y en consecuencia de manera muy distinta a los tiempos de ahora.
El futuro no es fácil de imaginar, el pasado tampoco, en este caso se trata de periodismo deportivo.
En la revista y entre un rectángulo notorio, un aviso de la casa: “Nuestro corresponsal en Valparaíso, Sr. Guillermo Brown, Círculo de la Prensa, avenida Pedro Montt frente al Teatro Victoria, atiende diariamente a los deportistas de 5 a 7 P.M.”.
Era cosa de ir, golpear, pedir permiso y en alguna oficina o en una mesa con un par de sillas, el señor Brown recibía atletas, futbolistas, boxeadores, en fin, a los que practicaban los deportes habidos y por haber, porque en Chile alguno eran poco conocido, y por eso, en otro número, el artículo “Volley Ball”: “Un juego muy interesante que se conoce muy poco en este país”.
Un país donde ya existía, por supuesto, la publicidad.
La de cigarrillos Sporting Club, que eran del tipo suave, con una frase directa: “Y estoi seguro que te han de gustar”.
El analgésico de los ateltas: Cafiaspirina, donde lo ideal, si el “estropeo” es mucho, son dos tabletas. O el linimento de sloan, para dolores musculares.
El género híbrido del publirreportaje, con algo de noticia y más de publicidad, ya estaba surgiendo y una prueba es la fotografía de un niño de unos dos años y vestido con pantalón tipo pañal, que sale muy destacado en “Los Sports”, porque su papá se puso, según el pie de foto: “Manuelito Concha Castillo, hijito de don Manuel Concha Pedregal, Prefecto de Santiago, que donó un trofeo al Orompello Fútbol Club”.
El título sobre la foto es “Futuro deportista”, lo que es dudoso, pero en el fútbol y en el periodismo deportivo hay un punto que siempre se debe conceder: nunca se sabe.
El artículo “Mussolini es un entusiasta deportista” describe las proezas del Duce en esgrima, box, natación y como en la foto está sobre un caballo, también equitación. Se menciona una enfermad terrible, cáncer a los intestinos, que superó gracias a su carácter y decisión de alimentarse durante un año solo con leche caliente. También se advierte la intención del dictador: “Espera formar una raza italiana fuerte de cuerpo y espíritu. Esa idea de Mussolini es exclusivamente suya”. Ese matiz final anuncia que el periodismo deportivo puede tener humor.
Y otro aviso, ya para el final, demuestra que algunas cosas no cambian nada, aunque haya pasado un siglo. En la revista “Corre-Vuela”, que salía los martes, y con la autoría de un escritor nacional, se promueve el artículo “Una visita a país de los siúticos”.

Antonio Martínez
es periodista y crítico de cine; fue editor de Cultura de “La Época”, jefe de redacción de “Hoy” y director editorial de Alfaguara. Fue corresponsal, desde España, de “Estadio”, y columnista de “Don Balón”. Autor de “Soy de Everton, y de Viña del Mar” (2016), y junto a Ascanio Cavallo, de “Cien años claves del Cine” (1995) y “Chile en el cine” (2012).