Riego de cobertura total, una alternativa para el riego de nogales
Aunque es el sistema más utilizado en California, Estados Unidos, en Chile apenas tiene una pequeña participación en los proyectos de nueces. Pese a ello, en los últimos años han sido varios los productores que se han atrevido a probarlo, con excelentes resultados. Conozca más antecedentes de estas experiencias a continuación.
Ximena Fernández
En Chile, la utilización del FCI aún es incipiente.
Crédito: Ignacio del Campo.
El riego de cobertura total o irrigación full cobertura (FCI, Full Coverage Irrigation) es un sistema que propicia la distribución del agua en el 100% de la superficie. Puede considerarse un sistema de mini aspersión, debido a que opera en rangos de caudales y alcances superiores a los de la microaspersión y menores a los de la aspersión tradicional, asociada normalmente al riego de cultivos.
En el sistema de microaspersión, por ejemplo, los caudales de agua pueden oscilar entre 20 y 60 litros/hora con un radio de mojado de 2 a 4 metros. En el de cobertura total, en tanto, se utilizan aspersores levemente más grandes, que permiten trabajar con entre 60 y 450 litros/hora y un radio de mojado de 4.5 a 7 metros.
Esto, en la práctica, significa que se podrá acceder a un riego con una alta uniformidad y utilizar un menor número de emisores por hectárea, facilitando la operación y el control del riego.
Este sistema ha ganado especial popularidad entre los productores de nueces. En California, Estados Unidos, por ejemplo, el FCI está presente en el 90% de la superficie de nogales. En Chile, en cambio, su utilización en el sector es aún incipiente. De hecho, a la fecha se calcula que se encuentra presente en apenas 500 hectáreas, aunque para este año se pretende instalar en otras 500 hectáreas. De todas maneras, los expertos esperan que, en la medida que comiencen a hacerse evidentes los buenos resultados, en el futuro parte importante de las 3.000 hectáreas de nogales que se plantan cada año en el país contemple la utilización de este sistema en desmedro del riego por goteo, el favorito de los productores chilenos.
Las ventajas del sistema
La principal ventaja del sistema de cobertura total es no interferir en la parte operativa del huerto, facilitando la mecanización de labores y, por ende, disminuyendo el uso de mano de obra.
“Tradicionalmente, para llevar a cabo los distintos manejos en un huerto con riego por goteo se deben mover o colgar las líneas de goteo, para lo cual tiene que entrar gente a correrlas al inicio y al final de la tarea”, señala Ignacio del Campo, consultor de Nelson Irrigation para Sudamérica, empresa fabricante de los equipos.
Situaciones como estas suelen ocurrir durante la preparación de la cosecha, cuando se deben mover las líneas de goteo para que no interfieran el paso de las máquinas barredoras y recolectoras, o en las etapas de aplicaciones con nebulizadores, cuyo fuerte viento puede arrastrar las mangueras a posiciones inadecuadas para el riego.
“A diferencia de lo que ocurre en un huerto con riego por goteo, en uno con riego de cobertura total la cosecha mecanizada es bastante simple: sólo se debe pasar las máquinas, sin la necesidad de mover nada”, agrega Pablo Astudillo, ingeniero agrónomo del Vivero Angostura, miembro del grupo Anakena, compañía que trabaja con riego full cobertura en más de 100 hectáreas en la zona central.
Otro de los beneficios que brinda este sistema es que propicia la distribución homogénea del agua. Cabe destacar que el riego por goteo mueve el agua en profundidad y que la microaspersión tradicional no alcanza a mojar toda la superficie, dejando 1 o 2 metros entre hileras sin regar, lo que en la práctica puede generar estrés en la planta, especialmente en momentos en que se elevan las temperaturas a fines de primavera y las raíces (extendidas y superficiales) se encuentran con zonas donde no hay humedad. En el caso del sistema full cobertura, el agua se mueve horizontalmente y la profundidad se puede regular con el tiempo de riego.
Mejorar la calidad de suelo es otro de los atributos del riego de cobertura total.
“Los restos de poda se incorporan más rápido y mejor, porque al mojarse constantemente se descomponen más pronto”, comenta Ignacio del Campo.
Pero eso no es todo. En el Vivero Angostura dicen que la utilización de este sistema de riego les ha permitido que las plantas crezcan más y que exista una incidencia menor de Phytophtora.
Pablo Astudillo comenta que si bien estos resultados son preliminares, pues llevan poco tiempo trabajando con este sistema, todo parece indicar que en terrenos como los de ellos —suelos livianos con sectores arenosos y de poca profundidad— este sistema de riego es una excelente opción.
“Para este caso en particular, a todas luces, el riego full cobertura anda mejor que un sistema de goteo”, asegura.
Las diferencias con el riego por goteo
En términos de eficiencia en el uso del agua, el riego por goteo saca una pequeña ventaja respecto al sistema de full cobertura. Así, el primero cuenta con un 90% de eficiencia, mientras que el segundo sólo alcanza un 85%.
Respecto al volumen de agua requerido para el riego, los expertos sostienen que el método de full cobertura posee un gasto similar al del riego por goteo. Y es que pese a que la superficie que moja y a que el caudal que maneja por hora son mayores, en la práctica utiliza una menor carga de agua por cm2, lo que implica una mejor distribución.
Pese a que en general el costo de instalación del sistema full cobertura es muy similar al del riego por goteo, en algunos casos el del primero puede ser levemente más alto, ya que requiere una potencia instalada capaz de mover un caudal de agua superior a mayor presión. Dentro del cálculo de la inversión requerida, se debe considerar que para el riego por goteo se usan 4 o 5 líneas por hilera, mientras que en sistema de full cobertura se utiliza un aspersor cada dos plantas. En resumen, en este último de utiliza un menor número de aspersores por hectárea que en un sistema de microaspersión.
“La mantención de los aspersores es un tema importante. Y es que como hay un emisor cada dos plantas, si uno se tapa quedarán plantas sin regar, situación que no se da en el goteo. Aquí es mucho más crítico preocuparse de mantener los emisores funcionando”, agrega Pablo Astudillo.
Ignacio del Campo, por su parte, enfatiza en que como el sistema de full cobertura utiliza un número de aspersores por hectárea menor, la revisión de cada uno de ellos no tomará mucho tiempo. Por lo mismo, hace un llamado a vencer ciertos temores, como el que existe frente a la debilidad de las estacas utilizadas en microaspersión, ya que las que se usan en este sistema de riego son más robustas y resistentes. De hecho, miden 60 cm de altura, por lo que pueden ser enterradas a 30 cm de profundidad.
“Es una alternativa realmente interesante que vale la pena analizar”, concluye.