Una mirada a la temporada de mandarinas y clementinas
De acuerdo a los expertos los resultados en términos de precios se muestran similares a los de la temporada anterior, pese al aumento en los volúmenes registrados en la última cosecha. Otro factor relevante que ha marcado esta campaña ha sido la alta presencia de semillas en clementinas.
Ximena Fernández S.
Los expertos sostienen que el factor más important
para fijar el precio de las mandarinas y
clementinas sigue siendo el calibre
Crédito: El Mercurio
Pese a que aún no finaliza, la temporada 2016 de clementinas y mandarinas ha registrado un avance bastante sólido, que tal como ocurre año a año ha estado marcada por aspectos positivos y negativos.
Entre los aspectos a considerar, uno de los más importantes, sin duda, ha sido el que se relaciona con el gran aumento de los volúmenes de producción que experimentaron estas especies durante 2016.
“Tanto las mandarinas como las clementinas aumentaron sus volúmenes en un 40% y un 50%, respectivamente”, asegura Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.
Lo anterior, sumado a que el año comenzó con muy buen clima, hizo que la calidad de la fruta cosechada fuera, en gran medida, tremendamente buena.
Presencia de semilla
Quizás uno de los mayores inconvenientes que han evidenciado principalmente las clementinas y, en cierto grado, las mandarinas, ha sido la presencia de semillas, lo que se ha convertido en un verdadero problema para los exportadores nacionales.
“Las clementinas, por ejemplo, son las primeras en cosecharse. Si bien iniciaron bien la temporada y con buenos precios, estos últimos cayeron entre un 10%-15% promedio y un 20% en casos más graves debido a que la fruta ha presentado mucha semilla”, indica Manuel José Alcaíno.
En el sector comentan que las reacciones del mercado ante esta situación han tendido a variar, dependiendo del recibidor con el que se relaciona el exportador.
“Así, por ejemplo, los más pequeños como no tienen tanta capacidad, se les suele pasar más fruta con pepa. Los más grandes como los supermercados, en tanto, están súper atentos”, dice una fuente.
De hecho, son los recibidores más grandes los que han realizado los más importantes rechazos de mercadería. Es importante tener en cuenta que cuando esto ocurre, las empresas exportadoras deben revisar y reembalar su fruta, con el fin de eliminar la afectada con pepas. Esto, por su puesto, tiene un costo extra para las exportadoras.
Por lo mismo, en el sector hacen un llamado a los productores a tomar las medidas para evitar que esto ocurra. En Atunguayco Fruits, por ejemplo, esta temporada mucha de sus clementinas tenían hasta 5% de pepas, lo que aún se encuentra dentro de los límites aceptados por el mercado. Pese a ello, no quieren arriesgarse, por lo que ya optaron por proteger su producción, lo que en la práctica significa realizar importantes inversiones.
Precios: sin grandes variaciones
En ese contexto, los precios de las mandarinas y clementinas no han registrado grandes variaciones respecto a la temporada anterior.
Desde Decofrut señalan que la partida de las clementinas, que a la fecha viven la última parte de la temporada, se dio con un precio (FOB USA) de entre US$37-40 por caja de 15-16 kg embolsada (lista para comercializar en retail), algo parecido al inicio de la temporada anterior.
Hoy, en cambio, el valor de venta oscila entre US$ 24 y US$ 26 por caja de 15-16 kg embolsada.
Cabe destacar que durante la semana 26 las clementinas se transaban en el retail de la costa este a US$ 6.9 las 3 libras, cifra mayor a la que se comercializaban en la costa oeste, donde el precio llegaba a US$ 5.9 por el mismo volumen. En los mercados mayoristas, eso sí, las mismas 3 libras se transaban a US$ 3.4.
En tanto, las mandarinas W. Murcott, que no llevan más de tres semanas en el mercado, se cotizan por estos días entre US$ 28 y US$ 30 la caja de 16 kg, mientras que las de origen peruano entre US$ 30 y US$ 32 la caja de16 kg.
Los expertos sostienen que el factor más importante para fijar el precio de las mandarinas y clementinas sigue siendo el calibre.
“Calibres 4, 3 y 2 son los que más se mueven en el mercado”, añade Claudio bustos, ejecutivo del Departamento de Exportaciones de Atunguayco Fruits.
Otro aspecto que influye, y que se suma a la presencia de semillas en la fruta, es el momento de la llegada de la fruta a destino. Entre las semanas 19 y 24, por ejemplo, en el mercado estadounidense existe una alta demanda, por lo que precios son bastante más atractivos. Parte importante del interés por estas frutas corre por cuenta de los escolares, quienes son unos de los grupos consumidores más relevantes.
En las semanas siguientes la demanda cae notoriamente, especialmente cuando llegan las vacaciones. Es justamente en ese momento en que se empiezan a acumular las existencias.
Otro factor relevante que influye en el precio de estos productos es la entrada al negocio de empresas exportadoras no especializadas en mandarina, clementinas o cualquier otro cítrico. En estos casos las empresas terminan vendiendo más barato, por temor a quedarse con stock y así perder la inversión.
¿Competidores?
Una de las grandes preocupaciones que existe en el sector es la entrada de cada vez más actores al mercado estadounidense, al cual van a parar alrededor del 90% de los cítricos chilenos. Si bien hasta hace un tiempo Chile era amo y señor en este mercado, con los años fueron apareciendo nuevos competidores como Perú, Sudáfrica y recientemente Uruguay. Otro de ellos es Australia, aunque por ahora exporta casi puras naranjas.
“La debilidad de Perú son las variedades como Satsuma y Tangerina, las cuales no gustan en Estados Unidos. Su oferta es limitada. Mandarinas casi no tienen aunque están plantando mucho. Además tienen pocos problemas de semilla.”, indica Manuel José Alcaíno.
“Al compararla, la calidad de Chile frente a Perú se nota. La peruana es una fruta de color amarillento, con una relación °Brix - acidez no muy buena. Además, está fumigada para mosca de la fruta. Como producto no se ve como una amenaza.”, complementa Claudio Bustos.
Respecto a la producción uruguaya, los expertos indican que esta es de mejor calidad que la peruana. Así, destacan que posee buen color y sabor, aunque también tiene problemas de semillas.
Más mercados
Uno de los principales desafíos que se vislumbran en el sector es la necesidad de abrir nuevos mercados.
“El 90% de nuestra fruta va a Estados Unidos, pero no hay que olvidar que hay otros mercados interesantes. Medio Oriente, por ejemplo, es una buena posibilidad”, indica Manuel José Alcaíno.