Las novedades en técnicas de empaque
Buscan prolongar la vida útil de las uvas por el máximo tiempo posible. Para ello, deben sortear la pudrición y la deshidratación de la fruta. Entérese de los últimos avances.
Andrea Tapia M.
Definir el tipo de envase para el transporte de la uva de mesa dependerá de las especificaciones técnicas que demande el mercado de destino. No obstante, la base común está compuesta por bolsas plásticas, que contienen los racimos y que cuentan con perforaciones que determinan el nivel de deshidratación de los racimos.
Juan Pablo Zoffoli
Lo cierto es que en la actualidad existen distintos niveles de perforaciones o áreas ventiladas, ya sea de un 2%, un 0,3% y un 0,9%. El mercado americano, por ejemplo, exige 0,9%, mientras que el europeo 0,3%. El mercado coreano, en tanto, exige bolsas con microperforaciones. Según los expertos, mientras más se perfore una bolsa más se deshidratará la fruta.
Juan Pablo Zoffoli, ingeniero agrónomo de la Universidad Católica, doctor en Ciencias de la Agricultura y especialista en temas como el desarrollo de envases y fisiología de poscosecha, explica la dinámica sobre cómo funciona el packing en uva de mesa: “Al interior de las bolsas van los racimos y un generador de anhídrido sulfuroso, que es una almohadilla que va adentro de la caja. Éste actúa como emisor de un gas que es el dióxido de azufre (SO2). Lo emite porque tiene celdas y en su interior sales, (metasulfito de sodio), que al entrar en contacto con la humedad, libera el SO2 que controla los patógenos que se pueden desarrollar”.
A su juicio, cualquier envase debe considerar dos factores importantes: pudriciones y deshidratación de la fruta. “Por lo mismo, no han surgido tantas tecnologías nuevas para uvas como sí ha ocurrido con otros cultivos”, indica el especialista.
Áreas ventiladas por sistema de rebaje
Foto: Juan Pablo Zoffoli
La forma en cómo se distribuyan las áreas de ventilación y los rebajes de los cabezales determinará la forma en que ingresará el frío en las cajas de cartón. En ese contexto, los expertos recomiendan favorecer el enfriamiento por convección y reducir el por conducción, lo que redundará en la forma en que se perforará el cabezal de la caja.
La elección de la caja dependerá del material que haya dentro. Si la bolsa carece de perforaciones no tiene sentido perforar la caja. En este caso el mejor sistema es el de rebaje —donde el aire fluye por convección—, cuya utilización mejora la circulación de aire y reduce la deshidratación y pudrición de la fruta.
“Cuando se hacen perforaciones tienes la gran limitante que es mantener la resistencia. Podrías perforarla completa pero se caería y sería menos dura. Es así como los agujeros deben favorecer la ventilación horizontal, para beneficiar el enfriamiento en origen, y vertical, para favorecer el enfriamiento que se hace durante el transporte”, dice Zoffoli.
Claves para la elección
Foto: El Mercurio
El material de la caja se debe definir a partir de las siguientes recomendaciones:
- Si tiene una bolsa con un 0,9% de área ventilada, debe usar un generador que no presente restricción a la liberación de gases, ya que éste funciona en base a la humedad. Si se genera restricción a la humedad, la liberación de estos compuestos será lenta.
- La caja debe poseer áreas ventiladas que permitan un buen enfriamiento de la fruta a partir del equipo que se posea.
- El productor debe tener en cuenta la cantidad de fruta que desea colocar en la caja y la capacidad de los equipos para enfriarla.
Las nuevas tendencias
- Bolsas emisoras de CO2
El SO2 genera problemas en el empaque porque no emite una distribución de este compuesto de forma uniforme dentro de la caja. Por esta razón surgió la necesidad de desarrollar un envoltorio capaz de retener la humedad e incorporar metasulfito de sodio.
“Hay una empresa que compró la tecnología y la profundizó con el trabajo realizado en universidades. Se trata de una bolsa emisora de dióxido de carbono (CO2), que permite tener toda la bolsa impregnada en metasulfito. Por lo tanto la emisión de CO2 es más uniforme que la del SO2, lo que permite que toda la fruta quede expuesta al gas. Con otros sistemas, la fruta no queda en buen contacto con el gas y, por tanto, se empieza a podrir”, dice Zoffoli.
Esta tecnología puede conservar la fruta en buen estado por alrededor de 60 días.
- Cajas plásticas que sustituyen el cartón
Hasta hace algunos años la madera era el material más utilizado para el transporte de fruta. Luego vino el cartón, que con el tiempo se ha transformado en el favorito de los exportadores. Sin embargo, en los últimos años la industria ha comenzado a innovar con las cajas de plástico, cuyas ventajas recién se comienzan a conocer.
“Aunque el cartón sigue siendo predominante, el plástico presenta grandes ventajas como la resistencia. No absorbe la humedad, no se deteriora con el tiempo como otros materiales, y presenta versatilidad en la superficie de perforación para mejorar el enfriamiento”, dice.
En la actualidad esta tecnología es utilizada para algunos envíos de fruta a Asia y Latinoamérica.