Nuevas variedades de cítricos: Las mandarinas mandan
Las de cosecha tardía son las que más prefieren los productores, pues llegan a inicios de otoño al hemisferio norte. También se desarrollan trabajos para potenciar las variedades sin semillas.
Florencia Polanco
Presencia de semillas en fruta de Mor.
Crédito: Francisco Mena.
Si bien el último recambio importante de variedades de cítricos que se hizo en Chile fue hace unos 10 años, las nuevas tendencias y exigencias de los mercados han instado a los productores a introducir cambios que apunten a obtener mejores productividades y retornos.
Uno de ellos es que existe un fuerte interés por moverse a variedades de mandarinas, en especial las de cosecha tardía, las que pueden llegar a inicios del otoño al hemisferio norte. Las ventajas del recambio, según los expertos, es que permite adaptarse a las nuevas densidades de plantación y manejos para producir fruta de buena calidad. Sin embargo, pese a la alta oferta mundial de nuevas variedades, a la fecha, el recambio en los cítricos ha avanzado más lento que el de los frutales caducos.
“Parte de las nuevas plantaciones se han hecho donde los paltos no han dados buenos resultados por problemas de suelo o clima. También en suelos plantados con variedades de cítricos o combinaciones variedad/portainjerto que no dan buena calidad interna para la exportación y que son arrancadas por problemas de rentabilidad”, explica Francisco Mena, experto de la consultora Gama.
Dentro del grupo de las mandarinas son varias las opciones que atraen a los productores. La que se ha posicionado como la más llamativa en los últimos años es la W. Murcott, una variedad tardía de buena calidad interna, muy precoz y productiva. Uno de los factores que hace que los productores la prefieran es que es una variedad libre, pues sólo se debe pagar royalty cuando se exporta a Europa.
“Esta variedad es la que obtiene el mejor precio entre los cítricos dulces, es de buena calidad organoléptica y tiene un muy buen color”, destaca la Dra. Johanna Mártiz, profesora del Departamento de Fruticultura y Enología de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica.
Tamaño de Valley Gold en huerto.
Crédito: Francisco Mena.
Y aunque es una variedad que manifiesta una tendencia natural al añerismo, Mena asegura que con el cambio en los manejos éste se ha logrado reducir de forma importante.
“Quizá su gran tema ha sido el calibre, el cual después de varios años hemos logrado manejar de mucho mejor manera, a través de raleo, fertilización, riego y poda”, detalla.
Sobre la presencia de semillas, agrega que es una variedad que en presencia de polen compatible va a producir semillas
“Quizás uno de los grandes problemas es que su polen hace que otras variedades auto-incompatibles, como las clementinas, produzcan muchas semillas, por lo que hay que ser muy cuidadoso con la elección de los sitios de plantación para asegurar ausencia de semillas”, dice.
Según detallan ambos expertos, hoy el desarrollo de variedades sin semillas cobra cada vez más importancia. Una de las instituciones que está trabajando en el mejoramiento genético de cítricos es la Pontificia Universidad Católica de Chile.
“Siempre están saliendo variedades nuevas con algún atributo de calidad de mayor interés, pero por ahora lo único que ha sido interesante es la variedad Tango, que es una W. Murcott irradiada que produce muy pocas semillas cuando se poliniza con otros cítricos”, señala Mártiz.
Es una alternativa irradiada en la Universidad de California y posee las mismas características que la W. Murcott, pero no manifiesta complicaciones de semillas en el caso de condiciones de polinización cruzada.
Luego está el grupo de variedades israelitas del Volcani Center, donde destacan Orri y Mor —ambas protegidas y con pago de Royalty—, las cuales muestran buena calidad interna, aunque según el especialista de Gama las plantaciones que existen aún son muy jóvenes para evaluar su capacidad.
También está el programa sudafricano, donde destacan Valley Gold y African Sunset. En ambos casos se trata de cruzamientos de Ellendale x Robyn, las que han sido irradiadas para reducir la presencia de semillas en caso de polinización cruzada. Ambas variedades recién están empezando a ser probadas en distintas condiciones climáticas en Chile.
Según detalla Francisco Mena, Valley Gold es una variedad de época de cosecha similar o algo más temprana que W. Murcott, la que en Sudáfrica ha demostrado ser muy productiva, aunque requiere de manejos de raleo para trabajar el calibre de la fruta. African Sunset, en tanto, se cosecha hacia el final de la cosecha de Clemenules, y aunque la fruta es de muy buen calibre y presenta un ombligo característico, es menos productiva que la Valley Gold.
“Todos estos programas se basan en variedades auto-incompatibles o en irradiación para provocar ausencia o baja presencia de semillas, lo cual normalmente requiere de una buena planificación de las plantaciones para no tener fuentes contaminantes de polen en la cercanía”, advierte el experto de la consultora Gama.
Huerto de W. Murcott, de 3 años. Chincolco, Chile.
Crédito: Francisco Mena.
Sin embargo, agrega que en el largo plazo es probable que la manera más eficiente de asegurar la ausencia de semillas en mandarinas sea a través de la hibridación y selección de variedades triploides o bien variedades de óvulos estériles, como es el caso de las naranjas de ombligo.
Hacia allá ha estado apuntando el IVIA de Valencia en España, que lleva 15 años implementando un programa de desarrollo de triploides, con las variedades Safor y Garbí ya disponibles comercialmente en España. La Universidad de Florida (Estados Unidos) también está trabajando en un programa de variedades de mandarinas libres de semillas, donde la selección se ha basado en la esterilidad de los óvulos para asegurar su ausencia.
En cuanto a mandarinas tempraneras, Julio Cornejo, ingeniero agrónomo de Agroconsultores, destaca a la clementina Clemenluz, “que es una variedad chilena de cosecha temprana, de muy buen calibre y con muy buen precio de venta en exportación por ser una de las más tempraneras y de mejor calibre del país”.
Naranjas: Fukumoto sigue liderando
Los tres especialistas coinciden en que en el caso de las naranjas el panorama es más estable, donde sigue destacando la variedad temprana Fukumoto.
“Es una variedad tempranera, la primera que se cosecha, de buena calidad y potencial de exportación. El resto se ha vuelto menos interesante, debido a que se cosecha más tarde y ha saturado el mercado”, dice la Dra. Mártiz. A esta se suman la de media estación Washington Parent y el clon temprano Lanelate.
Últimamente también se comenta bastante de la variedad M7, una mutación espontánea de Navelina, de origen australiano, más temprana que Fukumoto, pero no existe mayor información de cómo se comporta en Chile.
“Creemos que se trata de una variedad cuyos méritos deben ser muy bien evaluados antes de determinar si es recomendable o no”, dice Francisco Mena.
Respecto a los limoneros, una de las variedades nuevas es Benjamín, selección nacional de Eureka, que es más productiva en verano y de mayor calibre que la variedad a partir de la cual se origina.
Asimismo, se ha visto una fuerte preferencia por Messina, variedad de origen italiano, de cosecha temprana y de buen calibre, incluso una vez que los huertos van ganando años y donde el resto de las variedades tradicionales como Eureka o Fino 49 comienzan a mostrar problemas de calibre.
“Es una variedad de escasa presencia de semillas, por lo cual requiere de Fino 49 como polinizante y abejas durante la floración para lograr buenas producciones. Además, es una variedad muy sensible a ácaro de las yemas, así que hay que estar muy atento a su presencia”, añade Mena.
Tendencia en los portainjerto
La elección del portainjerto es fundamental cuando se busca producir fruta de calidad. En el caso de los mandarinos, por ejemplo, destacan el C-35 y el Citrumelo.
“El portainjerto C-35 es el más recomendado para mandarinos, ya que se caracteriza por inducir fruta de buen calibre, calidad y productividad, siendo Citrumelo la alternativa secundaria”, dice Julio Cornejo.
Mor (Izq) y Orri (Der). Plantas reinjertadas de 2 años
de edad, sobre troncos de L. Rugoso de 30 años
(Citrusdahl, Sudafrica).
Crédito: Francisco Mena.
Francisco Mena complementa que si bien hay productores que han optado por Citrus Macrophylla para mandarinos —lo cual se supone entrega mayor productividad y calibre—ellos no lo han visto marcado en sus ensayos.
“La combinación de cítricos dulces sobre Citrus Macrophylla produce fruta de muy mala calidad interna, la que tarde o temprano será castigada por el mercado. Además, es una combinación sensible a tristeza, por lo que en caso de que entren al país razas más virulentas de este virus, se van a ver bastante complicados”, advierte.
Agrega que este último portainjerto también es sensible a nemátodos, por lo que va a presentar los mismos problemas de declinación de plantas percibidos en los limoneros a partir del año 10 o 12.
“Puede ser que en los primeros años el uso de Citrus Macrophylla para mandarinos solucione fácilmente algunas situaciones de producción/calibre para productores que no manejen bien sus huertos, pero en el largo plazo no es una apuesta que ofrezca fruta de buena calidad a los consumidores”, asegura.
En el caso de los naranjos, una buena alternativa sería Rubidoux, portainjerto semienanizante que permite plantar hasta 1600 plantas/ha, otorga gran productividad a los huertos y produce fruta de gran calidad interna, aunque puede requerir un mayor trabajo en el calibre de la fruta.
“Este se caracteriza por inducir menor vigor, por ende genera árboles de menor tamaño facilitándose las labores agronómicas, sin afectar la producción y la calidad de la fruta”, comenta Cornejo.
Para limonero las opciones son Macrophylla y Citrumelo. El primero es el portainjerto más usado, otorgando gran productividad y calidad de fruta, aunque es sensible a nemátodos, “por lo que bajo dichas condiciones la única opción de replante es la utilización del portainjerto Citrumelo, el cual disminuye el potencial productivo y el calibre de la fruta del limonero y nos obliga a plantar solo Fino 49, y no Eureka, por presentar incompatibilidad con Citrumelo”, sostiene el especialista de Agroconsultores.
Messina también es compatible con Citrumelo y es mejor opción desde el punto de vista del calibre que Fino 49, en caso de que se deba usar la combinación con Citrumelo para condiciones de replante.
“Aquellos que están optando por producir fruta de buena calidad son los que en el largo plazo le van a poder sacar mejor provecho a las nuevas variedades. Lo más importante es ofrecer fruta de gran calidad interna y eso es algo que hemos visto este año en el mercado de la naranja, donde la fruta ha tenido una muy buena acogida en los mercados de destino”, evalúa el experto de la consultora Gama.