La hora de los cítricos
Pese a los buenos resultados obtenidos durante esta temporada, en el sector no olvidan que para conseguir la consolidación definitiva se necesitará superar una serie de desafíos, entre ellos no saturar los mercados de destino y mantener la buena calidad alcanzada hasta ahora.
Luis Muñoz G.
Luego de varios años de transitar en una segunda línea, en las sombras, muy lejos del protagonismo, esta temporada parece que por fin llegó el momento para los cítricos. Y es que, al analizar las cifras generales, el 2015 aparece como un año redondo para estas especies, en el que se conjugaron diversas variables como un clima benigno, buenas producciones (volúmenes y calidad) y un alto valor del tipo de cambio.
Así, a la fecha, Chile registra envíos 34% mayores que la temporada pasada en easy peelers o mandarinas, 17% en naranjas y 46% en limones.
“Sin duda estas especies han tenido un buen comportamiento. Además, los exportadores se han ido ajustando a las ventanas que tiene la oferta de Chile en los mercados, acompañando esto con calidad en los productos”, dice Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting.
Easy peeler
Crédito: iQonsulting
Sin embargo, el aumento de los volúmenes enviados a Estados Unidos, especialmente en el caso de los easy peelers (30%) y limones (110%), tuvieron eco en el mercado, el cual reaccionó con una baja en los precios, situación que a la larga fue subsanada por el alto valor del tipo de cambio.
"Un aspecto curioso, que muestra lo bueno de esta temporada para los cítricos chilenos es que incluso con el mayor volumen de mandarinas, tuvimos que cancelar algunas promociones previstas para octubre, debido a que no había suficiente fruta", indica Karen Brux, directora de marketing de la Chilean Fresh Fruit Association (CFFA) de Norteamérica.
La ejecutiva señala que la buena temporada en el caso particular de los easy peelers podría deberse a que dos grandes empresas estadounidenses, como Cuties (Sun Pacific) y Halos (Paramount), las cuales normalmente se abastecen de cítricos chilenos en verano, invirtieron mucho dinero en la promoción de sus marcas de esta fruta, lo que podría haber incentivado el consumo.
Un aspecto clave para explicar el aumento en los volúmenes de mandarinas es la entrada en producción de varios cientos de hectáreas de W. Murcott en la zona norte de Chile.
Algo similar ha ocurrido con las clementinas, cuya producción este año llegó a casi 29.000 toneladas, cifra más alta de la que incluso había proyectado el Comité de Cítricos.
Limones
Crédito: iQonsulting
Los limones, por su parte, comenzaron la temporada más temprano que de costumbre, debido a que la escasez de lluvias en invierno permitió que los productores aumentaran su velocidad de cosecha. Esto, en la práctica, provocó que la oferta nacional se encontrara con competencia importante del hemisferio norte y de la oferta temprana del hemisferio sur, lo que sin duda complicó lo relacionado al movimiento de la fruta y, por supuesto, a los precios. Así, por ejemplo, Japón —mercado tremendamente interesante para los limones chilenos— no fue capaz de absorber los mayores volúmenes producidos en nuestro país.
Naranjas
Crédito: iQonsulting
Las naranjas, cuyos envíos a Estados Unidos se incrementaron en 20% esta temporada, comenzaron con precios menores a los registrados el año pasado. Sin embargo, éstos poco tiempo después mejoraron, finalizando al alza. Esta situación se debe a que la temporada, al igual que en el caso de los limones, se adelantó. No obstante, en este caso además de la sequía invernal influyó la entrada en producción de un número importante de superficie cubierta con variedades más tempranas, especialmente Fukumoto.
“Acá, en rigor, se dio una combinación de ambos factores, lo que se notó bastante durante esta temporada”, dice Juan Enrique Ortúzar, presidente del Comité de Cítricos.
Las claves del despegue
Pero el crecimiento y la consolidación actual que vive el sector no han sido casualidad ni fruto del azar. Más bien corresponde a un trabajo hecho a pulso y conciencia, en el que ha participado toda la cadena de la industria, desde el más pequeño de los productores hasta el más grande exportador.
Para Isabel Quiroz, la clave del éxito ha sido la regularidad en los negocios que se han generado y una especialización en la oferta y calidad de la fruta producida, especialmente cuando se habla de especies donde otros actores como Argentina y Sudáfrica son mucho más relevantes que nuestro país.
“Que Chile se haya generado un espacio en el mercado es un hecho notable, cuyo mérito corresponde a los exportadores. Entre los logros alcanzados está el mejoramiento de la calidad de naranjas con la introducción de nuevas variedades y la gran fortaleza que existe en la oferta tardía de mandarinas o easy peelers. En los limones, en tanto, destaca la posición que ha logrado la oferta de Chile en Japón”, asegura.
No obstante, en el sector concuerdan en que la tarea aún está lejos de terminar, por lo que instan tanto a productores como exportadores a seguir trabajando. En ese contexto, uno de los principales desafíos será seguir progresando pero sin saturar los mercados de destino. Y es que se debe recordar que en la actualidad más del 90% de las exportaciones de mandarinas y naranjas y alrededor del 55% de los limones tiene como destino Estados Unidos. Así, los expertos recomiendan ponderar el tamaño del mercado antes de seguir creciendo, especialmente si se considera la dificultad que han mostrado otros destinos para expandir la oferta chilena.
Crédito: Comité de Cítricos
“El asunto de la saturación de los mercados ocurre a veces, cuando el crecimiento ha sido exitoso. Y es que la tentación de crecer en base a la experiencia pasada es normal. Sin embargo, en materia de cítricos la oferta es abundante en el mundo y los nichos acotados”, indica Isabel Quiroz.
Si bien Juan Enrique Ortúzar concuerda en este punto con la directora ejecutiva de iQonsulting, hace hincapié en que el crecimiento que está experimentando el mercado de cítricos en Estados Unidos por estos días podría transformarse en una excelente oportunidad para los productos chilenos.
“Eso nos abre la posibilidad de mantener el negocio sin que los precios caigan, es decir, que exista una saturación del mercado”, asegura.
Apostar por nuevos destinos
Pero el no depender sólo de Estados Unidos es una idea que ronda desde hace mucho tiempo en el sector. De hecho, en el Comité de Cítricos comentan que por estos días existen varios mercados que aparecen como atractivos para la fruta chilena. Uno de ellos es China, país con el cual se ha avanzado bastante en el último tiempo, pero que aún no aprueba el proceso fitosanitario para el ingreso de los cítricos chilenos.
En el mismo horizonte aparece Brasil, un mercado que con el tiempo también se ha transformado en una alternativa que despierta interés.
“En Brasil tenemos que estudiar y desarrollar el mercado. El producto chileno, debido a la distancia que tiene respecto de Uruguay y Argentina, es más caro, por lo que tenemos que ser lo suficientemente inteligentes para llegar en el momento adecuado y no chocar con su fruta. En ese sentido, resultará fundamental contar con la calidad que nos permita cobrar precios más altos”, explica Juan Enrique Ortúzar.
En ese contexto, tan importante como definir cuáles son las opciones más atractivas para los cítricos chilenos será conocer las fortalezas y debilidades de nuestros principales competidores en el mercado internacional.
“En el caso de las mandarinas, por ejemplo, Perú tiene una fortaleza en la producción temprana, aunque tiene problemas de color y eso le dificulta competir bien. Además, tiene un espacio acotado, por lo que es muy difícil que pueda competir en el espacio de Chile, sobre todo en la media estación y tardía. Algo similar le sucede a Sudáfrica, cuya producción es más temprana que la de Chile. Argentina, en tanto, tiene una mejor posición que Chile en limones y es probable que la siga teniendo”.
Mantener el patrimonio fitosanitario
En el sector concuerdan en que uno de los desafíos más grandes que tienen como industria en el futuro es, sin duda, mantener el patrimonio fitosanitario intacto. Y es que a diferencia de lo que ocurre en otros países, en Chile los cítricos no tienen grandes problemas sanitarios. Por lo mismo, en el Comité de Cítricos destacan de sobremanera el trabajo que día a día realiza el SAG. Sin embrago, también tienen conciencia de que existen enfermedades nuevas, tremendamente peligrosas para el negocio, las cuales en la actualidad se encuentran presentes en mercados cercanos como Argentina y Brasil y que eventualmente podrían arribar al territorio nacional. Una de ellas es el HLB, una enfermedad bacterial que, aunque no es peligrosa para los humanos, destruye la producción, apariencia y valor económico de los árboles, y el sabor de la fruta y su jugo. Así, una vez que un árbol está infectado, no volverá a recuperarse. De hecho, eventualmente morirá después de un tiempo.
Esta enfermedad es propagada por el Psílido Asiático de los Cítricos o Diaphorina Citri Kuwayama, también conocida como “Mosca de la fruta”, la cual afortunadamente no se encuentra presente en Chile.
“Esta es la gran amenaza que tienen los cítricos a nivel mundial. Pese a no tenerla en el país, nosotros no deberíamos creernos inmunes, por lo que siempre debemos estar muy atentos”, dice Juan Enrique Ortúzar.
El gran salto
Pero no todo son amenazas en lo que respecta a la sanidad de los cítricos. Y es que hasta el año pasado, una de las principales razones de los rechazos en el Programa de pre inspección SAG/USDA-APHIS/ASOEX de las exportaciones de naranjas a Estados Unidos tenía nombre y apellido: Naupactus cervinus, más conocido como Capachito de los Frutales.
Hoy, ese problema es parte del pasado, gracias a que toda la industria tiene a disposición una herramienta de identificación molecular o PCR, que permite determinar en un corto tiempo si los huevos presentes en las naranjas corresponden o no a este insecto, que en Estados Unidos tiene categoría de cuarentenario.
La iniciativa, que fue financiada totalmente por el Comité de Cítricos y desarrollada por investigadores del INIA, permitió que este año los rechazos en Estados Unidos por esta causa fueran cercanos a cero.
“Lo más importante es que en el Comité de Cítricos estamos haciendo investigación, que no sólo beneficia a las empresas socias, sino que a toda la industria. Y eso se ha notado con creces durante esta temporada”, indica Juan Enrique Ortúzar.
Tanto éxito ha tenido este avance que en la actualidad la Fundación para la Innovación Agraria está financiando un proyecto que tiene por objetivo desarrollar un método que opere en tiempo real y que sea mucho más certero que el actual.
Naranjas: ¿Qué quieren los consumidores estadounidenses?
Las naranjas son en la actualidad uno de los cítricos más exportados a Estados Unidos, por lo que a juicio de los expertos es trascendental saber qué esperan los consumidores de ese mercado del producto chileno.
Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut, durante uno de los encuentros regionales de Fedefruta realizado este año, dio algunas pistas sobre este tema. Así, para él, los consumidores estadounidenses buscan una naranja de 10 o más, de color naranjo oscuro (que a veces es difícil de conseguir en Chile), limpia y sin manchas. A menudo, dice, esto se logra con calibres pequeños, por lo que es esencial tener cuidado con la fumigación, la cual si es mal aplicada puede dejar la fruta sensible a manchas. En ese contexto, recomienda cumplir con los protocolos y certificación de huertos, y apostar por los calibres entre 64 y 113 en las bolsas.
Respecto a la acidez de la fruta, indica que ésta debe ser baja en el caso de que el brix no sea suficiente. Por lo mismo, recomienda poner mucha atención a la relación sólido-soluble, especialmente durante el marketing order que se instala a partir del 31 de agosto, cuando sube la relación de 8 a 9.
“Esto se consigue con más azúcar o menos acidez. De esta forma se podrá competir mano a mano con las primeras naranjas locales”, indica.