Métodos y estrategias de riego en nogales
El agua es fundamental para el normal desarrollo de los nogales y su actividad fisiológica, por lo que resultará fundamental determinar cómo, cuánto y cuándo regar un huerto.
Gonzalo Cerda Millas
Pese a su alto precio el riego tecnificado se ha consolidado
como la opción más utilizada por los productores.
Crédito: Gonzalo Cerda
Así como resulta innegable la importancia del riego en la fruticultura en general, tampoco es menos cierto que existen notorias diferencias entre especies, las que estarán dadas por su requerimiento particular de agua, la adaptación de sus estructuras para retener el recurso (en especial las hojas), la capacidad de exploración de sus raíces, el calibre del fruto, el vigor del árbol y la producción.
El nogal es una especie que, en su concepto moderno de productividad, presenta una alta demanda hídrica y muestra notables diferencias en desarrollo de planta, producción y calidad de fruta, entre los huertos con un abastecimiento hídrico óptimo y aquellos que presentan riego deficitario. Lo anterior se entiende a través de la observación del sistema radicular de esta especie, el que si cuenta con humedad suficiente en el suelo, se extiende, logrando una cobertura del 100% de la superficie del huerto, al menos dentro de los marcos de plantación más usados en la actualidad, los que tienen distancias entre 6x8 metros y 5x7 metros. Este sistema radicular se distribuye en el perfil de suelo preferentemente en forma superficial, concentrando una alta proporción de sus raíces entre los 30 y 70 cm, aunque en huertos establecidos en suelos arenosos con tiempos de riego prolongados se ha observado que esta conformación se ha desplazado en profundidad alrededor de 30 cm. A su vez, el alto volumen de la canopia del nogal y la suculencia y tamaño de sus hojas, le conceden una alta tasa de Evapotranspiración con Coeficiente de Cultivo (Kc) que puede llegar hasta 1,15, dependiendo del desarrollo de la planta y el mes de la temporada. Todo lo anterior redunda en que estamos frente a una especie que podría llegar a requerir riegos que aporten un total de 700 mm de lámina durante una temporada completa de riego, lo que equivale a 7.000 metros cúbicos de agua por hectárea en producción.
La importancia del riego en el nogal
El agua resulta fundamental para el normal desarrollo de los nogales y su actividad fisiológica. Pero además de lo obvio, una humedad deficiente también afectará la disponibilidad de algunos nutrientes desde su inicio, debido a que una de las formas en las que las plantas absorben nutrientes es por flujo de masas, es decir, los nutrientes son arrastrados al interior de la planta por el flujo de agua que ésta absorbe. En esta condición se encuentran una alta proporción del nitrógeno, calcio y boro; además de una parte importante de magnesio, azufre, cobre, hierro, magnesio y molibdeno.
En cuanto a la producción, el riego también muestra un efecto inmediato y de relevancia a la hora de determinar el calibre y el llenado de la fruta. En lo que a calibre se refiere, éste queda determinado entre las semanas 8 y 9 pos floración, lo que corresponde a la fase entre el inicio y el final del mes de diciembre, según la variedad y la zona del país en que se encuentre el cultivo. Cualquiera sea el caso, en el mencionado mes son muy pocos los suelos que conservan una humedad apropiada de forma natural, por lo que se hace indispensable mantener esta vía de riego. Hay que recordar que la manera más directa de aumentar la producción de un huerto es mejorando el calibre de la fruta, lo que también aplica en el caso de perder producción.
Una vez definido el tamaño del fruto comienza la etapa de llenado. Nuevamente, y de forma notoria, un buen riego resultará determinante en el “porcentaje de llenado”. Para referirnos a este punto debemos convenir lo siguiente: una vez madura la nuez y antes de la cosecha, el “pelón” (la cáscara verde) se parte de forma natural y se desprende, quedando como la conocemos, es decir, con una cáscara coriácea de color claro y una semilla en su interior, que corresponde a la parte comestible del fruto. Esta nuez recién salida del pelón posee un alto contenido de humedad, por lo que es sometida a un proceso de secado, donde se deja finalmente con un contenido de humedad del 8%. El porcentaje de llenado corresponderá a la proporción que ocupará la semilla —la parte comestible— en relación al peso total de la nuez con cáscara en base a peso seco con 8% de humedad. Este porcentaje de llenado será, a su vez, fundamental para el destino que tendrá la nuez en la industria, debido al costo del partido. Si el porcentaje de llenado es bueno, esta nuez se irá a partido manual, donde tendrá mayor opción de obtener un precio mejor. Al contrario, si el llenado es regular o malo, la nuez será partida a máquina o se comercializará con cáscara. Para las dos variedades más comercializadas en Chile, es decir, Chandler y Serr, un llenado aceptado como bueno debe llegar al menos a 48% y 54%, respectivamente. Por lo anterior, un buen riego y, por ende, un mejor llenado de fruto tendrán incidencia directa sobre el retorno que obtendrá el productor por su producto en la temporada.
Se ha observado también que el riego deficitario tiene una correlación directa sobre la incidencia de golpe de sol en la fruta. Si bien este problema no es de gran relevancia, genera dificultades en el proceso, ya que el pelón afectado por esta situación se adhiere a la nuez, por lo que es difícil de retirar. Un huerto con golpe de sol puede llegar a tener 17,3% de daño en el pelón, 8,0% en cáscara y 3,5% en la mariposa.
Porcentaje de daño por golpe de sol en frutos de nuez.
Ensayo Caolín en Nogales 2004-2005
Tratamiento |
Porcentaje de daño Pelón |
Porcentaje de daño Cáscara |
Porcentaje de daño Mariposa |
Testigo |
17,3 |
8,0 |
3,5 |
Caolín |
2,7 |
0,0 |
0,0 |
Fuente: Gamalier Lemus. “Tres décadas de nogalicultura en Chile”, 13/05/2011 |
Tanto o más dañino que el riego deficitario puede resultar el exceso de éste. Y es que las raíces del nogal son sensibles a la asfixia radicular, de manera que un anegamiento superior a 48 horas provocará la muerte de las raicillas. Se estima que una planta de nogal pierde, de forma regular, entre 20% y 30% de sus raíces durante el invierno. Cabe destacar que éstas deben ser repuestas rápidamente durante el primer peak de crecimiento radicular, que se da al inicio de la temporada de actividad de la planta, es decir, alrededor del mes de octubre. Se debe tomar en cuenta, además, que la absorción de agua no es realizada por todo tipo de raíces sino sólo por los pelos radiculares nuevos de color blanco (1 a 10 mm de largo) y las raíces jóvenes suberizadas de color amarillo a café claro (10 a 20 mm de largo).
Tal vez el mayor riesgo que conlleva el exceso de humedad, sea ésta asociada al riego o no, es el aumento de la incidencia de Phytophthora sp. (Pudrición del cuello y/o raíces), patógeno del que existen 14 especies que afectan al nogal, siendo Phytophthora Cinnamomi una de las que produce más daño. Este microorganismo se encuentra presente en todos los suelos, por lo que su ataque dependerá de las condiciones predisponentes. Mientras el riego excesivo resulta ser determinante para la aparición de esta enfermedad, los métodos de riego gravitacionales lo son para la difusión de ésta.
Métodos de riego
Si bien, a nivel general, en los huertos de nogal se emplean métodos de riego gravitacionales y tecnificados, en los más modernos es difícil concebir el uso de alguno que no esté en esta última categoría. Las desventajas de los métodos gravitacionales —por surcos, platabandas y tendido— se relacionan con la poca homogeneidad y eficiencia en el uso del agua, la imposibilidad de usar fertirriego, el favorecimiento de la proliferación de malezas y la generación de condiciones para el aumento de la incidencia de patógenos, entre otras cosas.
Por lo anterior, los métodos de riego que logran los mejores resultados en la especie son el microjet y el goteo. La selección de cualquiera de ellos dependerá del análisis de sus ventajas y desventajas, las cuales se presentan a continuación:
1- Riego por goteo
Ventajas
- Mayor eficiencia de aplicación de riego (90%) y fertilizantes. Debido a su disminuido punto de aplicación y mayor carga hidráulica, el goteo logra disminuir las pérdidas por evaporación del agua de riego y la volatilización de los nutrientes aplicados vía fertirriego.
- Menor requerimiento de presión de trabajo. Al menos los principales fabricantes de líneas de goteros integrados presentes en el mercado nacional, indican que sus presiones nominales de trabajo oscilan entre 1,0 y 1,2 bar, es decir, son menores a las del microjet. Esta situación, al final, redundará en un menor costo operacional del equipo.
- Mayor precisión en la fertilización. Tanto por la localización como por la ubicación de los fertilizantes en profundidad, el riego por goteo permitirá realizar esta labor de mejor manera.
- Menor favorecimiento de malezas. Al humedecer una menor superficie se limitará, de mejor manera, el desarrollo de malezas en comparación al microjet.
- Mayor carga hidráulica. Esta característica es relevante a la hora de analizar la infiltración en el suelo y, a su vez, en la aplicación de algunos nutrientes, debido a que la planta los absorbe por difusión, por lo que deben estar en altas concentraciones en el suelo (P2O5, K, Fe, y Zn).
Desventajas
- Menor capacidad de distribución de humedad. Aún en suelos arcillosos, la infiltración lateral del bulbo húmedo de cada gotero no será suficiente para humedecer una proporción del volumen de suelo mejor a la obtenida por los sistemas de microjet.
- Menor capacidad de distribución de humedad. Aún en suelos arcillosos, la infiltración lateral del bulbo húmedo de cada gotero no será suficiente para humedecer una proporción del volumen de suelo mejor a la obtenida por los sistemas de microjet.
- Mayor acumulación de sales. Esta problemática es común en las zonas centro y norte. Y es que la acumulación de sales en el horizonte del bulbo húmedo, es de mayor recurrencia en suelos alcalinos, donde periódicamente se deben realizar riegos de lavado de sales, es decir, se deben ejecutar riegos de volúmenes mayores (cantidad de horas) a lo normal, con el fin de trasladar las sales acumuladas donde no puedan dañar el sistema radicular de la planta.
- Sistemas radiculares más concentrados, mayor sensibilidad. Derivada de la misma situación antes descrita, el menor volumen de suelo húmedo formará sistemas radiculares más pequeños y, por ende, más sensibles al riego deficitario. En el caso de utilizar cualquiera de los dos métodos de riego, se debe procurar lograr el mayor volumen posible de suelo húmedo vía riego, ojalá el 100%.
- Obstaculización de la cosecha. Esta desventaja se hace más importante en la medida que la superficie del huerto es mayor. Y es que esto implicará que la cosecha deba mecanizarse, lo que a su vez generará el peligro de que las máquinas con cepillos barredores puedan romper las líneas de riego. Para evitar esta situación, éstas tendrán que ser replegadas hacia el eje de la sobre hilera y después, nuevamente, desplegadas a su posición de trabajo.
2-Riego por microjet
Ventajas
- Mejor cobertura de suelo y distribución de humedad. El riego por microjet, gracias al alcance de los emisores que, por lo general, llega a 2,0-2,2 metros nominales, permite mojar entre 80% y 100% de la superficie del suelo, dependiendo del marco de plantación del huerto y de la textura del suelo.
- Facilita el mantenimiento de cubiertas vegetales entre hileras. La misma amplia cobertura antes descrita, permite el mantenimiento de coberturas vegetales en el caso de que se decida establecer una en la entre hilera del huerto.
- Menor costo de los equipos en comparación al riego por goteo, debido a que se utiliza una línea de manguera ciega por hilera y los emisores. En el riego por goteo, en cambio, se usan tres o cuatro líneas de goteros integrados.
- Menor requerimiento de filtrado de agua. Ésta es una ventaja importante, ya que el mayor tamaño de los orificios de salida del agua en los emisores permite que éstos se tapen con menor frecuencia. Además, el hecho de que los emisores se puedan desarmar permite destaparlos, lo que en el caso de los goteros es más difícil de realizar.
- Posibilita la utilización del fertirriego desde la primera etapa del establecimiento. En los primeros estados de desarrollo de la planta en el riego por goteo, se debe asumir la pérdida de parte importante de los nutrientes aplicados por el fertirriego, ya que al usarse una línea continua habrá una proporción de éstos que quedará fuera del alcance de las raíces. En el caso de los microjets, se contará con limitadores de alcance para las primeras etapas que evitarán que tanto el agua como los nutrientes se apliquen donde no hay raíces.
- Mejor lavado de sales. Dada la mayor cobertura de suelo del método se podrán hacer lavados de sales que involucren un mayor volumen de suelo. No obstante, para que estos lavados sean efectivos se deben realizar riegos muy prolongados, que permitan aplicar una abundante lámina de riego para compensar la menor carga hidráulica del método de riego.
Desventajas
- Mayor requerimiento de presión de trabajo. Al menos en las marcas más comercializadas en el mercado nacional, la presión nominal de trabajo de este tipo de emisores es de 2,0 bar, lo que hace que el equipo de riego requiera una mayor presión de trabajo. Esto, a su vez, afectará negativamente el costo de operación de éste en comparación al goteo.
- Facilita el desarrollo de malezas. La mayor superficie de suelo humedecida favorecerá en mayor medida la proliferación de malezas.
- Menor eficiencia en el uso de agua. Nominalmente a los sistemas de riego por microjet se les asigna un 85% de eficiencia de uso del agua, es decir, poseen 5% menos eficiencia que el riego por goteo, lo que implica la misma proporción de mayor requerimiento de disponibilidad de caudal de agua para el funcionamiento del equipo.
- Mayor posibilidad de que se generen enfermedades del cuello (Phytophthora sp.). Aunque discutida por algunos, se le asigna a este equipo una posibilidad mayor de generar condiciones predisponentes a Phytophthora sp., ante un eventual mal uso del equipo de riego.
La selección
Al momento de seleccionar un equipo de riego y determinar las directrices para el diseño de éste, será importante considerar algunos consejos prácticos:
Antes de elegir el método de riego se debe realizar una correcta prospección del suelo donde se establecerá el huerto. Se debe determinar la presencia de limitantes de suelo como estratos duros, nivel freático alto, profundidad efectiva de suelo útil y pedregosidad, entre otras cosas. Estas condiciones más el estudio de las propiedades físicas del suelo como textura, humedad aprovechable y densidad aparente, permitirán tomar una mejor decisión. Indispensable, además, resultará utilizar las calicatas necesarias para lo mencionado.
Un error común en el diseño de los equipos de riego es privilegiar los criterios hidráulicos por sobre los agronómicos. Un buen ingeniero buscará siempre diseñar un equipo con alta eficiencia en el uso del recurso hídrico, energético y económico. Sin embargo, no se debe olvidar que el objetivo más importante en el diseño de un sistema de riego es que éste sea capaz de abastecer correctamente de agua a las plantas, por lo que todo lo demás pasará a un segundo plano. Para lo anterior, nuevamente se deben prospectar los suelos involucrados en el proyecto y determinar la sectorización del equipo, de acuerdo a condiciones edafológicas similares. La idea es que el manejo de la humedad en el suelo, dentro de un mismo sector, sea relativamente similar y permita mantener la humedad óptima para las plantas.
Otro error común es diseñar estableciendo arbitrariamente un tiempo de operación del equipo de 24 horas diarias, sin dejar margen al mantenimiento, descanso del operador ni menos capacidad de reacción ante cualquier falla. En equipos diseñados de esta manera, cualquier eventualidad que implique suspender el funcionamiento del equipo conllevará a un riego deficitario para las plantas.
No menos frecuente es el error de sucumbir ante la tentación de utilizar lo más económico y seleccionar emisores microjet o —aunque con menor frecuencia— goteros que se desempeñan mal. En el caso de los microjet, por ejemplo, se trata de emisores que en vez de ases de agua aplican una llovizna, que tiene un radio de alcance aproximado de 50 cm. Claramente éstos no logran una cobertura adecuada. Además, lo pequeño de la gota que emiten hará que haya una alta deriva, es decir, el agua será arrastrada por el viento hacia cualquier parte menos donde se necesita. Lo mismo ocurrirá con goteros muy económicos, pero que son de trabajo irregular. Éstos se taparán fácilmente o serán de bajo caudal, lo que generará una baja precipitación.
Un concepto más técnico, pero no menos relevante, es la precipitación del equipo (mm/Hr), es decir, los milímetros de lámina de agua por hora que éste será capaz de aplicar, o dicho de otra forma, los litros de agua por metro cuadrado de suelo y por unidad de tiempo que el equipo será capaz de depositar en el huerto. La precipitación de un buen equipo de riego debe ser cercana a los 2,5 mm/hora. Contar con una buena precipitación permitirá usar una estrategia de riegos largos, una mejor carga hidráulica para la incorporación de nutrientes y otros, efectuar un lavado de sales efectivo y lograr una mayor expansión lateral del bulbo húmedo, ya sea de goteros o microjet, lo que mejorará el porcentaje de cobertura de suelo del equipo de riego. Esto último es relevante también en la infiltración del agua, respecto a favorecer un flujo más cercano al matricial (horizonte de mojamiento lineal) versus los flujos preferentes.
Estrategia de riego
Si revisamos la bibliografía disponible en numerosas publicaciones se intenta definir un método para responder a las mismas tres preguntas que se repiten constantemente: ¿Cómo, cuánto y cuándo? La primera pregunta ya ha sido discutida, por lo que más allá de los cálculos, la respuesta a las siguientes dos serán las que centrarán nuestro interés. Y es que respecto a cuánto regar, debemos decir que en nogales, en la actualidad, existe una definición basada entre el Riego Localizado de Alta Frecuencia (RLAF) y el riego según la Retención de humedad del suelo.
El RLAF corresponde a la reposición periódica del agua evapotranspirada por el cultivo. En el caso de los frutales, por ejemplo, el período de riego es de una vez al día, mientras que en hortalizas, éste se puede realizar más veces. Si bien esta forma de regar fue creada para condiciones muy distintas a las que existen en Chile (suelos con extrema salinidad, temperaturas muy altas y especies muy diferentes al nogal), fueron muchos los agricultores que intentaron replicarla en sus huertos. De hecho, dependiendo de las condiciones de evapotranspiración del cultivo y la precipitación del equipo, se llegaron a programar riegos de 2 a 3 horas diarias para cada sector, generando en algunos momentos de la temporada la saturación permanente de los primeros centímetros del suelo de determinadas zonas. Esta situación, a la larga, generaba la asfixia radicular y la muerte de las raicillas, y gatillaba la traslocación de precursores del etileno hacia las hojas. Esto, a su vez, generaba cierre estomático y, con ello, la detención del intercambio de gases de la planta con el medio. Cabe mencionar que con 2 a 3 horas de riego, dependiendo de la textura, el suelo no se infiltraría más que entre 8 y 30 cm, lo que determinaría la profundidad de la mencionada zona de saturación. En un perfil inferior reducido, habría una humedad relativamente apta para la planta, luego del cual el suelo se encontraría, a menudo, completamente seco. Al contrario de lo que se cree, el agua depositada de esta manera, a diario, no es capaz de profundizar y humedecer la totalidad del perfil de raíces, por lo que no fue de extrañar que los huertos regados de esta forma presentaran signos de riego deficitario, pese a que en la cantidad de milímetros aplicados éste no debió serlo.
En la actualidad existe consenso entre los expertos en que la forma de regar que mejores resultados entrega es la que aprovecha el 100% de la capacidad de Retención de Humedad del suelo. Lo anterior implica determinar con cuántas horas de riego se humedece el total del perfil de raíces del huerto (100 a 120 cm de profundidad), lo que dependiendo de la textura de suelo y la precipitación del equipo, corresponde, a groso modo, a láminas de alrededor de 50 mm y un tiempo de riego que se extiende por alrededor de las 20 horas. Una apreciación recurrente es indicar que de esta forma, con riegos tan largos, se empleará una gran cantidad de agua, mucho gasto de energía y, por ende, un mayor costo en el ítem de riego. Esta duda quedará despejada al responder la última de las tres preguntas formuladas: ¿Cuándo regar? Y es que la frecuencia de riego es uno de los valores que cambia —a diferencia del tiempo de riego, que es constante— durante la temporada, dependiendo de la evapotranspiración del cultivo. Así, cuando la lámina que se aplica en un riego es mayor, disminuirá la frecuencia con que se debe regar, por lo que a menudo si se realiza una buena determinación de la humedad en el suelo antes de cada riego, se optimizará el total de horas de riego y los costos serán menores que cuando se riega por calendario o con el sistema de RLAF.
De lo anterior se deduce lo fundamental que resulta contar con un buen sistema de determinación de la humedad en el suelo. Y es que no importa si se trata de la más básica calicata o barreno, donde la experiencia del evaluador jugará un rol fundamental; de los antiguos pero prácticos tensiómetros; o de los sofisticados métodos basados en principios físicos de la relación suelo-planta-agua, como Neutrómetros, TDR, Conductivímetros o —la no tan nueva pero de moda— Bomba de Scholander.
*Gonzalo Cerda Millas es licenciado en agronomía de la UdeC, asesor y especialista en producción de nueces.