El problema de la replantación en el manzano
Cultivar la misma especie sobre el mismo terreno inmediatamente después de arrancar los árboles, resulta casi imposible para los productores de manzana, debido al problema de la replantación, el cual puede generar árboles con bajo vigor y producción. Conozca las recomendaciones de los expertos para enfrentar este problema que amenaza la renovación de los huertos en el país.
Daniela San Martín
Arranque de huerto de manzanos. Crédito. Gabino Reginato
La necesidad de renovar los huertos frutales es cada vez mayor en Chile, debido a la aparición de nuevas variedades comerciales o la existencia de huertos envejecidos o que presentan poca productividad.
Independiente de la razón por la cual se busque llevar a cabo esta labor, existen zonas del territorio nacional especializadas en determinadas especies productivas, por lo que resulta obvio pensar que muchos agricultores buscarán replantar la misma especie. “Es lógico que el productor tienda a aprovechar la infraestructura, los conocimientos y la experiencia adquirida para la especie frutal que plantó en un comienzo, y quiera seguir con ella”, asegura Gabino Reginato, ingeniero agrónomo Mg. Sc., profesor e investigador del Departamento de Producción Agrícola, de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile.
Desafortunadamente para la fruticultura, esta labor a menudo se ve limitada por un problema que se le ha denominado como de replantación o cansancio del suelo. “Consiste en que los árboles se comportan de manera precaria cuando la misma especie frutal ocupó ese suelo con anterioridad. Se corre el riesgo de enfrentar problemas de crecimiento, vigor, bajo rendimiento o una reducción de la vida útil de las plantas”, explica Gabino Reginato.
La dificultad que enfrentan los fruticultores, es que las causas de este fenómeno son pobremente entendidas e incluso desconocida en algunos casos, debido a que los agentes causales no están del todo claros. Y es que éstos pueden ser bióticos o abióticos, e incluir desde enfermedades producidas por hongos del suelo hasta la presencia de metabolitos tóxicos de la degradación orgánica. De hecho, puede tratarse de una mezcla de muchos factores o sólo de algunos. Por ende, su incidencia y severidad estará dado por esto. Incluso, puede ser que este problema no se presente en algunas zonas.
Al igual que sus variadas causas, la sintomatología es diferenciada, por lo que muchas veces su diagnóstico no se puede hacer de manera clara. De hecho, produce síntomas inespecíficos que, por lo general, terminan afectando el vigor de las plantas. Pueden ir desde un pobre desarrollo de la parte aérea en los primeros años, hasta la generación de clorosis foliares en algunos casos. A nivel de raíz, pueden existir pardeamientos y necrosis. En el caso particular del manzano, se han encontrado actinomicetes como parte importante del problema. Sin embargo, existe un síntoma que, por lo general, no falla: siempre se termina con plantas más pequeñas respecto a las plantadas en suelos vírgenes o fumigados, ya que cesan antes su crecimiento.
Arranque de huerto de manzanos. Crédito. Gabino Reginato
Medidas de control
Esperar un tiempo para implantar el nuevo huerto, con o sin un cultivo alternativo, es una de las soluciones para enfrentar el problema de la replantación. De acuerdo a Gabino Reginato, la variabilidad de las causas que puede tener este problema genera que el tiempo de espera también varíe. De hecho, el receso en el caso del manzano puede alcanzar hasta 4 años.
Por otro lado y debido a la poca claridad que existe sobre los participantes del problema de la replantación, es usual utilizar tratamientos de amplio espectro, los cuales hasta ahora han dado resultados positivos para realizar una replantación inmediata. Estos tratamientos, básicamente, corresponden a la fumigación del suelo.
En ese contexto, hasta hace poco, el producto más utilizado para este fin era el bromuro de metilo, aunque su toxicidad y efecto nocivo al medio ambiente ha determinado que su uso en la actualidad vaya en retirada. De hecho, hoy se utilizan fumigantes de amplio espectro, los cuales pueden entregar resultados similares a los del bromuro de metilo, aunque sin generar daño.
Cabe destacar que el costo del servicio de fumigación en la actualidad puede llegar a USD$3.000 por hectárea.
Si el productor desea evitar la fumigación, Gabino Reginato destaca la necesidad de realizar ensayos con el fin de estudiar el problema de manera detallada. “Antes de arrancar el huerto, al menos un año antes, se debe llevar a cabo un ensayo de prueba para ver cómo se comportan las plantas con la fumigación”, asegura.
En ese contexto, se recomienda arrancar un pequeño sector del huerto frutal y dividirlo en dos partes: una, debe ser tratada con fumigación, la otra, en tanto, no debe recibir tratamiento y operar como control. En ambos sitios se deben plantar árboles y esperar los resultados. Se sabe que en el mismo año será posible ver si las plantas se encuentran afectadas por la replantación, y si la fumigación resultará efectiva, independiente de las causantes que existan en el suelo.
De hecho, existe la posibilidad que en ciertos huertos no haya problemas. Así, si las plantas de ambos sectores donde se realizó el ensayo crecen iguales, significará que no hay problema con la replantación. Al contrario, si existiera alguna dificultad, el sector que se dejó como control vería mermado su crecimiento en comparación al sector fumigado.
Pero, ¿qué ocurre si el suelo presenta problemas físicos o químicos? En ese caso, asegura Gabino Reginato, “la fumigación no servirá de nada”.
En el caso de que existan factores abióticos como alelopatías o presencia de metabolitos, entre otros, lo más recomendable es tratar de compensar químicamente los efectos de estos agentes. “Se pueden aumentar las enmiendas químicas y orgánicas, aplicando dosis altas —ojalá cerca de 20 metros cúbicos o más por hectárea— de compost y humus, entre otras cosas. Así, se verá un cambio”, indica Óscar Carrasco, profesor de fruticultura de la Universidad de Chile y asesor frutícola.
Otra opción es aumentar la dosis de fósforo, con el fin de promover el crecimiento radicular. De hecho, asegura Óscar Carrasco, en algunos casos, luego de realizado un estudio de suelo, puede llegar a ser necesario subir el pH del mismo, ya que la mayoría de los cultivos lo bajan. “Sin embargo, siempre será necesario realizar pequeños ensayos bien planificados para tener el tiempo necesario y realizar un análisis químico del suelo y de nemátodos”, recomienda.
Apostar por los portainjertos resistentes
Otra opción para enfrentar el problema de la replantación es el uso de un patrón resistente o de uno más vigoroso que pueda compensar el efecto del problema.
En la actualidad, el portainjerto que ha dado mejores resultados frente a la problemática de la replantación es el G41 de la Serie Cornell Geneva, el cual fue creado en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Este patrón ha demostrado ser resistente a variadas condiciones de replantación dentro del estado de Washington. “El G41 es un patrón del tamaño del M9, que en el futuro debería servir de reemplazo para éste, debido a que crece bien en la replantación y a que presenta otras resistencias. Se ha probado en la zona manzanera de Estados Unidos con muy buenos resultados a la replantación. En Chile, en tanto, se está empezando a probar, con resultados súper prometedores. Sin embargo, hay que recordar que cada lugar tiene una situación de replantación diferente, por lo que los buenos resultados de una zona no necesariamente se repetirán en otra”, explica Reginato.
A la fecha, el G41 no se ha comercializado de forma masiva en el país, pues no existe un volumen adecuado. De hecho, en la actualidad, lo más viable para los productores que quiera probarlo será conseguir algunas muestras para llevar a cabo algunos ensayos.
Óscar Carrasco, por su parte, comenta que también existe la posibilidad de buscar un patrón que, a través del vigor, mejore la condición al replante. “El M7 o el M111 son portainjertos tradicionales, más vigorosos que un M9, que pueden ser utilizados para compensar la falta de vigor, producto de la replantación”, indica.
Problemas de replantación esperados entre diferentes especies frutales, y tiempo de espera necesario para superarlos
Cultivo siguiente |
Cultivo anterior |
(1)
D |
(2)
C |
(3)
D |
(4)
A |
(5)
C |
(6)
M |
(7)
P |
(8)
C |
(9)
N |
(10)
K |
(11)
V |
(12)
O |
(1) Duraznero |
X |
X |
O |
O |
O |
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(2) Cerezo |
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X |
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(3) Damasco |
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(4) Almendro |
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(5) Ciruelo |
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(6) Manzano |
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(7) Peral |
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O |
O |
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(8) Cítricos |
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O |
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(9) Nogal |
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O |
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(10) Kaki |
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(11) Vid |
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(12) Olivo |
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* = Inmediato; O = Después de 3 o 4 años; X = Después de 18 a 20 años |