La clave del éxito es apostar por la calidad
En los últimos años ha aumentado la superficie, los volúmenes, las exportaciones y los precios por tonelada, a diferencia de lo que ocurre en Europa donde disminuyen los valores por sobreoferta. El éxito se debe por la apuesta hacia los blends premium, aunque aún quedan trabas por sortear y tienen relación con la apertura de nuevos mercados y una mejora en los aspectos productivos.
Andrea Tapia M.
Chile como productor de aceite de oliva ha venido adquiriendo cada vez mayor presencia en un mercado en el que existe una competencia fuerte. Dado que la producción nacional se da mayoritariamente para exportación, es clave poner atención en lo que está ocurriendo a nivel global.
75%
han representado los mercados de la Unión EuropeaEn la última década, la producción mundial anual ha promediado 2,8 millones de ton, con un máximo de 3,1 millones de ton en la temporada 2003/04. La Unión Europea ha representado más del 75% de la producción, donde lidera España (39%), seguido por Italia (21%) y Grecia (13%) en los tres primeros lugares.
Actualmente, la superficie mundial plantada con olivos es cercana a las diez millones de ha —con un rendimiento promedio cercano a 1 ton/ha anuales—, que se concentran mayormente en la Cuenca del Mediterráneo y que representan un 20% de aumento en relación a las últimas estadísticas que se manejan. Los sistemas de explotación de estas plantaciones varían dependiendo del continente. Mientras que en Europa, África y Asia la mayoría son tradicionales, en América y Australia son intensivos o superintensivos.
Si bien los volúmenes producidos desde la temporada 2001/02 a la 2010/11 se han mantenido estables, promediando 3.019 ton, los precios han ido en descenso. Para septiembre de 2011 la tonelada métrica se transó a US$ 3.013,48, es decir, un 23% menos que en el mismo mes del 2008 (US$ 3.914,53) y un 47% menos que en el mismo mes del año 2005, cuando se transó a US$ 5.669,46, según datos de Faostat y Odepa.
La caída en el precio se explica por un gran crecimiento en el volumen total de aceite, debido a la entrada en producción de huertos olivícolas que se venían estableciendo en los años anteriores y que tiene como consecuencia una oferta mayor a la demanda, principalmente en la Unión Europea. La buena noticia es que esto no es parejo en todo el mundo.
“En Europa lo que está ocurriendo es que la producción está superando a la demanda, por lo que tenemos un continente excedentario. Lo mismo ocurre en China y África. Sin embargo, en Oceanía y América se da al revés, ya que la demanda está superando a la oferta. Por lo tanto, es momento de preocuparnos por el precio en este mercado”, sentencia Juan Vilar, director del Centro de Excelencia de Aceite de Oliva de Westfalia, España.
La solución a este problemática, que no se descarta afecte a América en el corto plazo, estaría dada por una mayor diferenciación del producto, una reestructuración de los olivares con mayor tecnología, una mecanización de la cosecha y un aumento en la calidad para alcanzar mejores precios, acompañado de una estrategia de diferenciación, explica el experto.
El panorama local
Foto: El Mercurio
A nivel local el escenario se muestra favorable. En los últimos años han aumentado la superficie cultivada, los volúmenes producidos, las exportaciones y el valor por tonelada.
Así, se ha visto una explosión en el establecimiento de plantaciones de olivos, pasando de 6 mil ha en el 2005 a 24 mil en 2010, en su mayoría para variedades aceiteras. Los huertos con riego tecnificado han presentado rendimientos muy superiores a los de países europeos: 12 a 13 ton/ha en contraste con las 6,5 ton/ha obtenidas en Europa, según datos de Odepa.
“Una de las principales ventajas competitivas del sector son los altos rendimientos por hectárea que han conseguido los productores debido a que se ha trabajado a través de la fertilización y manejo de los huertos. Chile posee un mayor rendimiento por hectárea que España, principal productor de aceite de oliva, registrando un promedio de 1.800 -1.900 litros/ha, mientras que el país europeo tiene sólo 700 litros/ha, debido a que allí la producción es en secano y en Chile bajo riego tecnificado”, asegura Gabriela Moglia, gerente general de ChileOliva.
La producción nacional en 2011 se estima en 19.000 ton, un 58% más que en 2010; y el consumo per cápita en 756 gramos (equivalente a 824 ml), un 33% más que en 2010. Esta tendencia debería mantenerse a futuro, tanto en producción como consumo, el que se espera llegue a 900 gramos por habitante en 2013, según datos de Odepa.
De la mano del aumento en la producción, se ha experimentado un aumento en las exportaciones, que pasaron de 853 ton en 2008 por un valor de M US$ 5.098 FOB, a 6.713 ton en 2011 por un valor de M US$ 24.284 FOB. Los mercados de destino han sido diversos y por lo mismo se estima que en promedio, un exportador envía su producto a siete países diferentes. Este año, los principales han sido Estados Unidos, Italia, España, Canadá, Brasil, China, Japón, Venezuela y Colombia.
El creciente éxito del sector olivícola ha llevado a que ya represente un 0,3% del volumen exportado a nivel mundial en el período 2006-2010.
Mercados rivales
Si se trata de mercados rivales, lo cierto es que no hay uno que en estos momentos esté a la par de Chile, compitiendo netamente por calidad y no por precios. Un competidor podría ser Australia, aunque lo cierto, es que gran parte de lo que produce es para el autoabastecimiento. Esta lógica ha hecho que la industria esté en una posición de ventaja.
“No hay un mercado que esté tan a la par de nosotros. Nuestros principales rivales son España, Italia y Grecia, aunque nuestra ventaja es que apuntamos hacia la calidad y ellos no, ya que producen a nivel masivo. A pesar de que se autoabastecen, dejan espacio para las exportaciones, principalmente Estados Unidos, por tanto ese es el destino al que tenemos que atacar, al igual que Brasil”, dice Moglia.
Además, la experta explica que a medida que mejoren los precios internacionales, algo que debería ocurrir a corto plazo, habría espacio para que la industria local siga creciendo.
“La baja en los precios impacta en la industria chilena en la rentabilidad del negocio. El primer semestre del año el precio internacional estuvo muy bajo, a € 2/ ton lo cual ha llevado a las empresas a ser más eficientes y subir su productividad para ser competitivas. Sin embargo, en estos últimos meses ha aumentado el precio a € 2,5/ ton, ya que fue un tema coyuntural, porque este es un producto que siempre va al alza”, enfatiza Moglia.
Esta baja se puede notar en España, que es el principal referente para el resto de los mercados. Entre enero y octubre de este año las ventas de aceite de oliva cayeron un 0,15% y alcanzaron los 580,5 millones de litros, respecto al mismo periodo de 2011. Incluso en octubre, las ventas de este producto en el país europeo apenas alcanzaron los 24 millones de litros, la cifra más baja en lo que va de 2012, según señalan datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) de ese país.
La clave: la calidad
Foto: El Mercurio
La buena aceptación del aceite nacional se debe a que se trata de una producción de óleos extra vírgenes, de calidad superior, que se reconoce internacionalmente y se diferencia de sus competidores gracias a su identidad propia.
“Chile comercializa un producto de calidad extra virgen que permite que la industria nacional pueda enfrentar sin problema la actual atención que han colocado algunos países como Estados Unidos, China y Brasil. Esto se ha reflejado en las innumerables premiaciones y reconocimientos en concursos internacionales, compitiendo con los mejores aceites del mundo”, sentencia Moglia.
Esta diferenciación se ha manifestado en las campañas de promoción realizadas en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, donde la frase ancla ha sido How virgin is your extra virgin? (Qué tan virgen es extra virgen). Allí se ha apuntado a los ‘savvy gourmets’, personas con ingresos superiores a US$ 50 mil anuales, apasionados por la comida, quienes quieren saber de dónde viene, quién la produce y qué beneficios conlleva para su salud.
La calidad superior de los blends nacionales se debe en gran parte a las ventajas del territorio geográfico, —desierto en el norte, glaciares en el sur, cordillera de los Andes en el oeste y el océano Pacifico al este—, que crean una barrera natural para el ingreso de plagas y enfermedades, como la mosca del olivo. Además posee un clima mediterráneo, radiación solar y variaciones térmicas entre el día y la noche, condiciones “particularmente favorables para el cultivo del olivo”, según explica Moglia.
Aunque el país sigue siendo un actor poco relevante dentro del escenario mundial, si se compara con gigantes como España, Italia, o Grecia, ha logrado un reconocimiento por su excelente calidad que se ha validado a través de diferentes premios en concursos internacionales como el L´Orciolo d´Oro de Italia, el Olive d’ Or de Canadá o el Armonia de Italia y que le ha llevado a ganarse el apodo de ‘oro líquido’.
Las trabas por superar
El reto más importante hoy es comercializar los aceites y abrir nuevos mercados, promocionando una imagen de productores de óleos de calidad premium a nivel mundial.
“Tenemos una industria que aumentará su oferta en los próximos años, llegando a producir más de 43.000 toneladas de un producto 100% Extra Virgen el 2015, por lo que debemos consolidarnos en EE.UU., Brasil, China, Rusia, Venezuela y Colombia. Para ello debemos dar a conocer nuestro país en el mundo y nuestro producto con la mejor calidad”, dice Moglia.
Esto debe ir de la mano con mejoras a nivel productivo, que tienen relación con la mecanización de los huertos para hacer una cosecha más rápida y que involucre menores recursos para los productores.
“Se debe lograr una estructura de plantación del árbol que permita una cosecha mecanizada y la reducción de la mano de obra, pues generalmente esta labor se hace de forma manual. Las plantaciones nuevas deben apuntar a eso”, comenta Francisco Tapia, investigador de Inia Intihuasi y Master of Science en Olivicultura y Elaiotecnia de la Universidad de Córdoba.
Gabriela Moglia:
"Tenemos una industria que aumentará su oferta en los próximos años, llegando a producir más de 43.000 toneladas de un producto 100% Extra Virgen el 2015"A esto se suma el control en el manejo de enfermedades como el repilo, considerada como el padecimiento más importante de los olivares a nivel mundial y que, en Chile, se encuentra presente en toda la zona productiva entre el Valle de Copiapó y la Región del Maule. Es causada por el hongo Fusicladium oleagineum y provoca la defoliación de los árboles atacados, lo que se traduce en un debilitamiento de los éstos y una baja en la producción.
“La necesidad de realizar un control químico de la enfermedad significa un incremento en los costos de producción. A esto se suma que las aplicaciones de fungicidas no se realizan necesariamente en los momento más oportunos, lo que lleva a fallas en el control”, evidencia José Luis Henríquez, ingeniero agrónomo especialista en fitopatología frutal y académico de la U. de Chile. Por lo mismo, allí es donde debería enfocarse la atención, concluye el experto.
Vea las imágenes de la campaña de promoción de ChileOliveOil en Estados Unidos.