Chile tenía una chance inmejorable de asegurar su paso a los ocho mejores de la Copa Davis, pero el equipo capitaneado por Nicolás Massú cayó 3-0 ante Italia, y aunque las opciones siguen vigentes, quedaron condicionadas para el domingo.

La ecuación previa era simple: ganarle la serie a los locales (a quien jamás se le ha superado en una llave en la Davis) aseguraba el pasaje a los cuartos de final de Málaga. Christian Garín (103º) salía con la tarea de encaminar ese objetivo ante Matteo Arnaldi (47º), debutante en un partido copero en individuales y que asumió tras la decisión del capitán local Filippo Volandri de sacar de los singles a su mejor hombre, Lorenzo Musetti (18º).

Mucha responsabilidad para el tenista de 22 años. Se le vio nervioso y “Gago”, más ducho en la Davis, impuso sus términos con celeridad en un primer set formidable para el ariqueño. Pero Arnaldi se recuperó. Afirmó la mano en el segundo set y emparejó la lucha ante un Garín que veía cómo su rival crecía en cada pelota. El décimo game fue clave: el local quebró al “Tanque” en cero y ganó el set.

Garín no volvió mentalmente tras ese break. El cuarto juego del tercer set fue su última muestra de resistencia, que defendió como pudo los cinco break points en contra que tuvo, pero igualmente lo perdió.

“Siento que estuve cerca. En el segundo set tuve muchas chances que se me fueron por nada, puntos que sentí que los ganaría, pero que se iban por milímetros. Fue un partido muy cerrado que no se me viene dando de mi lado hace tiempo. Hice lo mejor que pude”, se lamentó Garín.

Y si Garín estuvo cerca, Nicolás Jarry quedó a milímetros.

Fue un calco del primer duelo: el chileno (22º) fue de más a menos ante Lorenzo Sonego (38°).

Jarry quebró de entrada, puso ventajas de inmediato y ganó su primer parcial. El juego se apretó más en la segunda manga y así llegó al décimo juego. Ese game fue, quizá, el más copero de una Davis descafeinada en ambiente: Sonego se afirmó en la bulliciosa hinchada local para levantar cuatro puntos de partido. Uno de ellos, de forma dramática: segundo servicio para el italiano, llamado a revisión de una pelota aparentemente larga y que rasguñó por milímetros la línea y mantuvo vivo a Sonego.

De ahí, todo se vino abajo. Sonego metió tiros imposibles, su saque estuvo sólido y halló la solución al servicio de Jarry, incapaz de revertir el panorama.

“No creo que se me haya escapado el partido. Que se me haya ido un match point no significa que haya tenido el partido en las manos. Luché, me di oportunidades, en las que cedí no tuve chances y no cometí ningún error. Es aceptar que lo di todo”, reseñó Jarry.

El dobles de Alejandro Tabilo con Tomás Barrios, en tanto, cerró la trilogía de la misma forma. Ganaron el primer set a la dupla de Lorenzo Musetti con el mismo Sonego, que descansó apenas 20 minutos, pero no aguantaron la arremetida en los siguientes y cedieron el partido.

Ahora, Chile sale a medirse con Canadá, campeón defensor. En cualquier caso, su destino no se define este sábado: si gana, necesita que Suecia, que juega ante los italianos el domingo, gane un partido de esa serie para luego ver la diferencia de sets o, eventualmente, juegos ganados. Si se pierde, en tanto, la situación se vuelve demasiado compleja.

Lo único cierto: Chile vivió tres desastres en Bolonia y el sueño se tornó en pesadilla...