A raíz del conflicto bélico con Ucrania, el Comité Olímpico Internacional (COI) determinó que los deportistas de Rusia y Bielorrusa compitan como “Atletas Individuales Neutrales” en los Juegos de París. Y prohibió su participación en la ceremonia inaugural —el “Desfile de los Barcos” en el río Sena—, que promete ser una de las más majestuosas que se recuerden.

El Kremlin, que calificó la sanción como “ilegal, injusta e inaceptable”, también lamenta la decisión de dos atletas que cambiaron de bandera: Aleksandr Komarov competirá por Serbia en lucha grecorromana, mientras que Anastasiia Kirpichnikova representará a Francia en natación.

La nadadora reside en el país galo desde hace un lustro y participó en el Europeo de Natación, en que ganó los 800 metros libres convirtiéndose en la primera deportista que dejó de representar a Rusia en obtener una medalla dorada desde el inicio del conflicto armado.

Similar es el caso de la joven ciclista BMX Valeriia Liubimova, quien busca la clasificación para Paris, también por Francia: “No quería acabar en prisión. Soñaba con seguir practicando en el alto nivel”, declaró cuando le otorgaron la nacionalidad francesa.

Un informe publicado en la prensa rusa en julio pasado revela que son 204 los deportistas que emigraron, aunque la mayoría, 141, son ajedrecistas, que no es olímpico. La nación que más atletas rusos ha cobijado es Israel: 25.

Un caso emblemático que cambió a la Federación Rusa por la israelí es el del ciclista Mikhail Yakovlev, quien en 2021 ganó la primera medalla en keirin con récord mundial incluido. En 2022 se trasladó a Israel y anunció su cambio de ciudadanía como protesta a la invasión en Ucrania.

En Rusia estos cambios no pasan inadvertidos. Fueron tratados como “traidores” por la Duma. Por su parte, el intervenido Comité Olímpico Ruso acusó a las federaciones que cobijaron atletas de ese país de “seducir a los deportistas rusos con dudosas promesas”.