Marco Oneto tiene la carrera individual más exitosa del balonmano chileno. Por lejos.

El seis veces mundialista con los “Lobos” dejó el país a los 17 años para competir en Europa, registrando pasos por el Barcelona español, donde ganó la Champions League en 2011, además de las divisiones de honor de Alemania, Hungría, Polonia, Portugal e Italia.

Por su experiencia, fue convocado por Pauline Kantor, ministra del Deporte en 2019, para ser uno de los referentes del proyecto Promesas Chile (antiguamente conocido como el Centro de Entrenamiento Regional) para el desarrollo del balonmano en Valparaíso, aprovechando los vínculos del quilpueíno tras retirarse como jugador y reinstalarse en el país.

“La idea era generar una selección regional, estableciendo un filtro con los colegios y clubes deportivos para llegar a la selección nacional a través de Promesas Chile. El problema fue intentar hacerlo de forma neutra, sin el vicio de los clubes”, advierte Oneto, apuntando que “la selección de jugadores debe ser abierta, con libertad para los entrenadores y en línea con las captaciones para la selección”.

Aunque esa es solo una de las aristas que motivó su renuncia del proyecto. “Es una derrota gigante en lo personal, intenté ejecutar el programa, pero me topé con una necedad que pocas veces vi”, lamenta.

Pese a ser un programa del Departamento de Alto Rendimiento del Instituto Nacional del Deporte (IND), Oneto acusa que Promesas Chile está descabezado: “Las decisiones las toma gente que persigue sus propios intereses, sin saber lo que es el deporte de alto rendimiento. Fue muy difícil adaptarme a cómo se vive el deporte en Chile. Mi queja no es para salpicar al Ministerio (del Deporte) u otras instituciones, pero el programa tiene problemas en los mandos medios, en personas particulares. Los lineamientos y las leyes pueden ser los mejores, pero los ejecutan personas que en mi criterio no tienen los conocimientos necesarios”, analiza el exjugador del Barcelona.

A su vez, explica que, por ejemplo, le asignaron horarios de entrenamiento reducidos, programando jornadas sin espacio para el descanso de los deportistas, además de descuidar aspectos fundamentales como los métodos de transporte, alimentación y acompañamiento médico para los jugadores.

“El programa está por cumplir, no para desarrollar deportistas”, concluye Oneto, destacando que “aún así tuvimos jugadores seleccionados en torneos internacionales y muchos preseleccionados nacionales, además de jugadores que habían abandonado el balonmano y regresaron para entrenar con nosotros. Eso era un objetivo clave para mí”.

La crítica de Oneto apunta directamente al escaso acompañamiento en la formación de deportistas. Promesas Chile está pensado para deportistas desde los 13 años en adelante, aunque no entrega las herramientas necesarias para la formación de futuros profesionales, cree el exjugador.

“Cuando los deportistas consiguen cosas aparece mucha gente, pero en las categorías inferiores las instituciones dejan incompleta la formación y el desarrollo de los chicos. En ese sentido somos amateurs en las etapas tempranas. Acá los jugadores tienen que buscar todo solos”, explica, detallando que no disponía de apoyo médico, kinésico ni de transporte para abarcar toda la región.

“Hubo muchas situaciones que no comprendo, me sentí perseguido, sin apoyo. Por ejemplo varias veces conseguí ayuda con contactos, como kinesiólogos o especialistas y lo denunciaban al consejo por saltarse a la autoridad. Trabajar acá ha sido una de las peores decepciones y me da mucha pena, intenté buscar soluciones con todo el mundo, desde el Ministerio del Deporte hacia abajo, pero fue imposible. Trabajé con tres ministras y no tengo una sola queja, pero de ahí para abajo la cadena de mando no se ejecuta, son personas que se toman los cargos y toman decisiones según intereses propios, porque no son deportistas y menosprecian la actividad. Si hubieran querido aportar, en tres años lo habrían demostrado”.

“Según mi experiencia, los programas de formación y captación son los que lideran los procesos de las selecciones, por algo son organismos estatales. Los ministerios tienen conocimientos globales, pero en todas las disciplinas es la Federación el ente especialista en cada deporte. No puede ser el Ministerio quien designe y asigne entrenadores ”.

“Las situaciones que viví pasan a lo largo de todo Chile, en todos los deportes. Solo espero que denunciar sirva para que las cosas mejoren. Ojalá que los próximos entrenadores no tengan estos problemas, porque el programa es bueno y puede mejorar”.

Aunque ya no estará en Promesas Chile, Oneto seguirá ligado al desarrollo del balonmano, en especial en las categorías juveniles. Desde 2014 la Fundación que lleva su nombre apoya la formación de deportistas, favoreciendo su entrenamiento en las habilidades del balonmano y llevando a jóvenes talentos nacionales a entrenar con los mejores equipos del mundo.

El propio exseleccionado nacional detalla que “esta semana viajan dos chicos a entrenar con el Barcelona. Es el noveno proyecto de mi Fundación y hemos hecho muchas cosas, pero mi idea es que jugadores jóvenes puedan experimentar jugar en Europa. También tenemos acuerdos con el Hannover, uno de los mejores equipos formadores de Alemania”.

“Son dos cupos a nivel país y uno lo tiene Magallanes. Es gracias a la consideración de Marco con nuestra región, así que estamos agradecidos”, destacó César Gómez, director honorario de la Fundación y dirigente del balonmano en la Región, quien además aportó que “lamentablemente no tuvimos apoyo estatal ni privado para costear los viajes, no lo pudimos concretar porque fue muy rápido”.

El objetivo es poner en órbita internacional a jugadores chilenos de balonmano, para que puedan desempeñar una carrera como profesionales y potencialmente aportar a la selección nacional adulta.

“Los jugadores realizarán entrenamientos técnicos, tácticos y físicos con los equipos formativos, lo que será una experiencia y aprendizaje para su futuro como deportistas”, comunicaron desde el FC Barcelona Handbol.