Santiago de Chile.   Vie 26-04-2024
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Sifan Hassan: Entre costalazos y épica levanta una gesta olímpica

Nacida en Etiopía, refugiada en Países Bajos y entrenada en Estados Unidos. La atleta va a la caza del oro en tres pruebas: 1.500, 5 mil y 10 mil metros. Este lunes añadió emoción a su gesta: clasificó a la semifinal en 1.500 después de sufrir una brutal caída en el tartán y recuperarse hasta ganar su serie y 11 horas después se adjudicó la presea dorada en 5 mil (14:36.79), con un remate de colección aventajando a la campeona mundial en la distancia. “Me gustan las cosas realmente locas”, dice para explicar su múltiple meta en Tokio. Los miedos internos y el desarraigo vivido durante la pandemia endurecen la personalidad de una corredora que rompe paradigmas. “Lo que hace esta chica es como volver a los tiempos de Paavo Nurmi, que hace 100 años ganaba las tres distancias”, dicen los especialistas.
Foto: France Press.
Claudio Herrera de la Fuente02 de agosto, 2021
“Tengo dolor aquí”, decía mientras mostraba su hombro izquierdo. “Dolor acá”, apuntando la pierna derecha. Y seguía. Sifan Hassan, la atleta de 28 años que corre representando a Países Bajos, repasaba una jornada de locos, pero memorable en Tokio. La nacida en Etiopía, que llegó en calidad de refugiada a los 15 años a suelo neerlandés, se impuso temprano en la clasificatoria de 1.500 metros después reponerse a un porrazo durísimo en el rekortán, con un remate sublime (04:05.17), y 11 horas más tarde corrió los 5 mil metros y se colgó la medalla de oro, también rubricando con una aceleración final indomable.

Dos postales dentro de un plan inédito, porque Hassan apuesta a conseguir además la medalla dorada en los 1.500 –competirá el miércoles en la semifinal- y 10 mil metros, cuya final se contempla para el sábado. “Me gustan las cosas realmente locas”, justifica la mediofondista, que ya hace dos años en el Mundial de Doha mostró su versatilidad ganando la prueba de 1.500 y 10 mil metros.

“No puedo creerlo. Usé toda mi energía esta mañana y estaba un poco cansada. Estaba tan agotada que no calenté muy bien, pensé que de ninguna manera podía ganar el oro. No podía creer lo que sucedió, al caer me sentía como si hubiese tomado 20 tazas de café. Terrible”, dijo al final de un día que la puso en el foco mundial.


“Es increíble su nivel competitivo, es como volver 100 años atrás cuando Paavo Nurmi ganaba los 1.500, los 5 mil y el cross country (París 1924), él hacía este tipo de gracia”, evoca el entrenador y exatleta Jorge Grosser. “Hassan representa el cambio de paradigma del atletismo, porque ahora en todas las distancias prima la velocidad. Antes se creía que hasta los 800 metros, como mucho, se requería rapidez, pero ahora no, incluso en el maratón se imponen la velocidad, porque los tipos son capaces de correr en 17 segundos cada 100 metros. Esta chica es formidable, parece corredora de 800 por su desplazamiento, se desplaza muy suelta, con sus tobillos delgados, el tiempo de contacto con el piso es muy breve en su zancada; mire los caballos fina sangre, tobillos delgado, rapidísimos, para que se entienda (…)”, explica Marcelo Gajardo, técnico especialista en 1.500m en el Club Universidad Católica.

Hassan representa el cambio de paradigma del atletismo, porque ahora en todas las distancias prima la velocidad. Antes se creía que hasta los 800 metros, como mucho, se requería rapidez, pero ahora no, incluso en el maratón se imponen la velocidadMarcelo Gajardoentrenador atletismo U. Católica

Tras crecer en una convulsa Etiopía, Hassan y su madre buscaron refugio en Países Bajos. Ahí comenzó a asomar su versión atlética, cuando ganó el título europeo de 1.500 metros en Zurich 2014. Convive con fantasmas y vivencias duras, pero no las verbaliza. “Descubrí que se puede lidiar con cosas desagradables sin hablar de ellas. He tenido dolor y tristeza, pero prefiero no mirar esa parte de mi vida”, detalló en una entrevista en el medio neerlandés NCR.

Para su excoach Honoré Hoedt esta forma se hizo inabordable. “Está llena de experiencias difíciles, pero no las comparte y se deprime”, justificó. La corredora, siguiendo a Mo Farah, se mudó hace un lustro a Oregón para entrenar bajo el régimen de Alberto Salazar, reputado técnico que salió de escena tras ser imputado por utilizar sustancias ilícita con sus pupilos. Hassan también se sintió salpicada por las acusaciones en algún momento. “Estoy limpia” dijo tras su doble título en Doha.

Hassan se va al piso después que la etíope Edinah Jebitok durante la clasificatoria de 1.500. La europea se levantó, alcanzó a sus rivales y ganó la prueba. "Fue muy valiente", dice Grosser. "Ahí perdió como seis segundos", calcula Gajardo. Foto: Reuters.

Trata de descifrar de dónde vienen sus genes en la pista. “Mi padre era rápido y mi abuela resistente”, es su teoría más básica. Desapegada del dinero, gran parte de sus ganancias van a caridad. “Yo solía ser feliz con 10 euros”, lanzó. Hoy la atleta, que suele leer el Corán, es entrenada por Tim Rowberry, especialista en 800 metros. “Es tan loco como yo”, diría por estos días. La pandemia le pegó fuerte a la campeona olímpica. Se venció su visa respectiva y no pudo ingresar a Estados Unidos, donde está su búnker de entrenamiento. Las medidas sanitarias le obligaron a permanecer cinco meses en Etiopía, donde era monitoreada a distancia por su coach, algo que detesta. Sometida a un desarraigo obligado, llegó a decir: “No sé bien de dónde soy”.

Su mejora técnica en relación a como corría en Río (fue 5° en 1.500m) es notable, ella tiene resistencia a la velocidad y además goza de aceleración, tiene buenas marcas desde 800 metros hasta el mediomaratónJorge Cajigalfisiólogo

“Se trata de una atleta que rompe los esquemas, en un atletismo que cada vez es más específico, y por lo tanto más fome; surge Hassan muy versátil, con una fisiología y biomecánica privilegiada, y un cabeza formidable. Su mejora técnica en relación a como corría en Río (fue 5° en 1.500m) es notable, ella tiene resistencia a la velocidad y además goza de aceleración, tiene buenas marcas desde 800 metros hasta el mediomaratón. Es muy fuerte para su peso corporal (49 kilos, 170 centímetros). Tiene un paso largo, levanta rodillas, y buena frecuencia en la zancada. Su performance después de caer (en los 1.500) es memorable, me recordó a Lasse Virén en Munich (ganó los 10 mil tras una caída), a veces sucede que esos tropiezos te liberan, ella se sacó es estrés, resucitó, un tema de adrenalina”, observa el fisiólogo Jorge Cajigal.

El detalle del oro logrado en el Estadio Olímpico de Tokio engrosa la gesta de Hassan, porque en la largada se ubicó media docena de las atletas más rápidas en la historia de la distancia. Como acostumbra, la neerlandesa guardó para el último tramo su letal cambio de ritmo, refugiándose bien atrás tras en un pelotón conservador. A dos vueltas del final, avanzó a la sexta plaza y recién apretó sobre el final, registrando 57,09 en los 400 metros finales y 27,7 en los 200 antes de cruzar la meta. Ninguna fue capaz de soportar el ataque. La keniata Hellen Obiri se quedó con la plata y la etíope Gudaf Tsegay con el bronce.

Ya dio tres muestras de suficiencia (semi y final de 5 mil, y el heat de 1.500). Le restan tres más (semifinal y eventual final de 1.500 y la prueba de 10 mil metros). Todo en siete días y con un revolcón cruel entre medio. Una epopeya por donde se lo mire.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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