El embrujo del “Flaco”
Desde que Perú nos dejó fuera de Rusia 2018, el nombre del Gareca picó en punta para asumir en “Pinto Durán”, pero su vínculo contractual lo impedía. El "Tiigre" partió bien, con una ronda de entrevistas. En la cancha armó un equipo lógico, sin grandes estridencias,
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Chile viaja a Estados Unidos para comenzar su ruta en la Copa América. Lo hace con este romance que protagoniza Ricardo Gareca con los hinchas y con el medio futbolístico, en el que se incluye la prensa deportiva, a la que se integraron en estos últimos años exjugadores y entrenadores. Ni siquiera Marcelo Bielsa tuvo tal grado de adhesión en el principio. El archivo no muerde y muchos dudaban del modelo y estilo de juego del rosarino. Los resultados cambiaron el péndulo.
Desde que Perú nos dejó fuera de Rusia 2018, el nombre del “Tigre” picó en punta para asumir en “Pinto Durán”, pero su vínculo contractual lo impedía. Gareca partió bien, con una ronda de entrevistas. En la cancha armó un equipo lógico, sin grandes estridencias, que ganó a Albania (3-0), cayó con Francia (3-2) y derrotó a Paraguay (3-0). En el fútbol los momentos son clave. Hoy el abanico se amplió. Víctor Dávila resalta en el CSKA de Moscú, Darío Osorio va en alza en el Midtjylland danés, Marcelino Núñez fue titular en el Norwich de la Championship, Diego Valdés se recuperó de su lesión y es figura en el América de México, mientras “Ben” Brereton recobró la frescura extraviada en el Villarreal. En Toulouse, Gabriel Suazo se siente de élite en la Ligue 1 y Paulo Díaz lidera la defensa de River Plate.
Gareca es un entrenador de viejo cuño. No desdeña de la modernidad y de las nuevas tecnologías, pero confía en ese olfato que da el olor a pasto y el vestuario. La citación de Eduardo Vargas es una muestra. “Turboman” respondió con goles y traspasó su confianza al Atlético Mineiro. Claudio Bravo fue el elegido para tomar el arco, en otro golpe de timón, que además satisface el gusto popular, aunque el portero casi no jugara en la temporada 23-24. Con carácter descartó a Gary Medel y Arturo Vidal.
El objetivo inicial es superar la fase de grupos. Lo que viene después entra en el terreno de las eliminaciones directas, que se sostienen en el avance preliminar. Pase lo que pase, Chile apunta a las eliminatorias de la Copa del Mundo, donde está fuera de la zona de clasificación, pero con opciones intactas. Vital es vencer a Perú en el estreno, porque Argentina es un rival casi inabordable para buena parte del planeta futbolero. Canadá, la tercera estación, llega con la experiencia de disputar una Copa del Mundo y con Alphonso Davies. La Roja no tiene un futbolista de su nivel. Tampoco un atacante como Jonathan David en el Lille, quien marcó 19 goles en la liga. El oficio y el funcionamiento observado en tres cotejos son el argumento de la selección nacional.
En casa la actividad no se detiene. Se eligió la Copa Chile para dar continuidad a los clubes, en un formato que la pulveriza. Enfrentar elencos amateur con los cuadros de Primera División, entre los que se ubican los tres grandes, es un despropósito. Una definición de corte político, que satisface a los dirigentes de la ANFA, que además dejan felices a su feligresía.
Un horror. Lo normal y coherente era que los representantes de la ANFA se midieran con los equipos de Segunda División, para que luego entraran al ruedo los de Ascenso y los de la Serie de Honor. Un disparate que nos recuerda una vez más la necesidad de futbolizar el fútbol.

Danilo Díaz
es un comentarista, periodista deportivo y escritor chileno. En 2009 obtuvo el premio de Premio Nacional de Periodismo Deportivo de Chile.