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Cobresal y Huachipato, la radiografía de los dos aspirantes a la corona 2023

El liderazgo técnico es un rasgo que destacan los especialistas en ambos candidatos. “Tienen dos entrenadores que saben elegir los jugadores y los mezclan con ingenio”, apuntan. El valor de sus barómetros Alejandro Camargo y Claudio Sepúlveda, y la predilección por un diseño táctico común: 4-3-3, aunque cada uno con sus propias variantes.
Foto: Photosport.
Claudio Herrera de la Fuente05 de diciembre, 2023
Cobresal y Huachipato protagonizan una lucha encarnizada para quedarse con la corona 2023, pero tienen varios aspectos que les unen, algunos de forma y otros hasta ideológicos.

Gustavo Huerta (66 años) y Gustavo Álvarez (51), ambos exdefensores (zaguero el chileno y lateral el trasandino) encuentran como inspiración primaria la revolución de Arrigo Sacchi en el AC Milan de los 90. Después, claro, hay otras influencias y estímulos que van armando la libreta de ambos entrenadores.

“El gran mérito de estos dos equipos es que tienen dos entrenadores sabios, que conocen a los jugadores con todo lo que eso significa. Huerta se sabe de memoria la liga local, comprende qué futbolistas le sirven. Son dos planteles bien hechos, con variedad, no es que tengan por ejemplo tres volantes zurdos iguales, son todos distintos y complementarios; Huachipato en ataque cuenta con Magnin, Rodríguez, Cris Martínez, todos diversos. El jugador tiene un ego muy moldeable y cambiante, cuando gana está arriba y en la derrota anda como un niño perdido, ahí la intuición del entrenador de cómo llegar y convencer. Porque saber de fútbol es saber también de futbolistas, saberlos conectar entre ellos. Por ejemplo, Gazzolo todo el rato es de choque, desorden, pero Álvarez lo pone al lado de ‘Nico’ Ramírez que hace mejores lecturas, anticipa, los dos juntos se potencian. Saber elegir es clave, no sé cómo trabaja Luis Marcoleta pero salía campeón conociendo profundamente a los jugadores que necesitaba. Antes, lo mismo hacían Luis Santibáñez, el “Zorro” Álamos, Nelson Acosta, trabajaban apenas con un PF que exprimía, pero escogiendo piezas eran infalibles”, sentencia un analista técnico de Primera División que prefiere el anonimato.


Los números globales de ambas campañas denotan paridad y traslucen una búsqueda de protagonismo emparentada. “Controlan, con preferencia, al rival a partir del manejo de la pelota”, dicen los consultados. En puntos (56 para Cobresal y 54 para Huachipato), goles marcados (56/46), recibidos (38/30), remates al arco (351/361) y pases correctos (8.942/9.167) sus diferencias son acotadas. La producción de local y visita sí es opuesta: los mineros sumaron de casa 36 unidades contra 25 de los acereros, mientras de forastero el registro apunta 20 (incluido el triunfo por secretaría en Coquimbo) y 29, respectivamente. “Fuimos el primer equipo en llegar a los 50 puntos deportivos”, enfatizó el coach Álvarez.

“A nivel de estadísticas están parejos. Los dos utilizan el 4-3-3 como diseño -que es el mejor sistema porque en el retroceso de los extremos te permite agruparte con cinco volantes- pero veo a Cobresal más estructurado y con mayor orden defensivo, con Alejandro Camargo como pieza clave. Huachipato es menos estructurado, con algo más de vértigo de tres a cuartos hacia arriba, Cris Martínez y Maxi Rodríguez deambulan, (Felipe) Loyola rompe y es fundamental, (Gabriel) Castellón clave, ahora no le hacen los goles que antes le marcaban. Son equipos que salen de memoria, con dos entrenadores que leen bien los partidos, suelen acertar con las modificaciones, en la última fecha hicieron cambios que permitieron ganar los partidos”, sentencia Mauricio Pozo, analista de DSports Chile.

A Huachipato le sacaron a mitad de año al zurdito Altamirano, su mejor jugador, y el colectivo no se cayóRaúl Toroentrenador

Raúl Toro logró como jugador el ascenso de Huachipato en el torneo Polla Gol de Segunda en 1983, enfrentado justamente a Cobresal en una liguilla en Santa Laura. “Ahí comprobé que era un club de lujo, íbamos a negociar premios, queríamos pedir $10 y nos ofrecían $35, no decíamos nada. Nos pagaban sagradamente por abecedario en distintos días. Ese equipo lo armó ‘Pancho’ Hormazábal, jugaba (Roberto) Ortiz en el arco; atrás el “Colorado” (Manuel) Román, (Miguel) Gutiérrez, el capitán (Juan) Rivera, (Igor) Vega; al medio Nelson Enríquez, yo y (José) Monsalves. Fernando Pérez iba de ‘7’ pero volanteaba, arriba Horacio Italiano y Víctor Solar. Lo de Cobresal ahora es fantástico, porque todos los años le sacan tres o cinco jugadores importantes, ahí la pega de ‘Chamaco’ Silva y Huerta es notable. Huachipato sorprende porque casi con los mismos jugadores este equipo descendió y se salvó solo por el enredo de Melipilla. En ambos equipos se nota trabajo con jugadores bien elegidos. Le sacaron a mitad de año al zurdito Altamirano, su mejor jugador, y el colectivo no se cayó”, sentencia Toro.


“Jugué en ambos clubes y por historia son distintos: Huachipato siempre intentó jugar bien, pero le faltaba rudeza, más temperamento, mientras Cobresal era juego, pero también aguerrido. El equipo con Huerta sigue la huella e incluso la forma que tenía de los tiempos de Manuel Rodríguez. Pero en esta pasada voy por Huachipato, un técnico calladito que armó bien el equipo”, sostiene el exzaguero Juan Rivera.

“Tienen muchas similitudes es, hoy la moda es el volante central y en ambos casos Camargo y Sepúlveda equilibran el colectivo con su ubicación, por eso Colo Colo se vio tan débil el domingo sin (Esteban) Pavez. Equipos agresivos. Columnas fuertes: Requena, los centrales, Camargo, Valencia, Waterman por un lado; Castellón, Ramírez, Sepúlveda, Palmezano que cuando se conecta hace diferencias y el paraguayo Martínez. Y en los puestos de rol, que son los complementarios, tiene variantes, meten y sacan de acuerdo a las necesidades: Lezcano o García, Baeza o Castillo, Gutiérrez o Loyola, la excepción es Guillermo Pacheco, que se tornó muy importante, pero tienen variedad. Y tienen buenos liderazgos, porque han sido capaces de mantenerse enfocados todo el año, jamás se desordenaron”, aportan desde un cuerpo técnico que enfrentó a ambos equipos en el actual certamen.


Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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