Sartor: ciclo cumplido
Hoy Universidad de Chile es popular, pero no es grande. Y no lo es porque carece de grandeza en su cabeza, en su dirección. Pellegrino desnudó la realidad actual de la institución, quizás sabiendo que su etapa está cerca del final.
¿Es mejor el equipo de la temporada 2023 de Universidad de Chile que el de 2022?
Sí, posee algo más de experiencia y nivel.
El actual plantel de la U, ¿es competitivo y permitía a los hinchas ilusionarse?
No. Es superior al de 2022, pero eso no significaba que estuviera a la altura de lo que implica un club grande. El anterior era de una discreción gigante y se salvó del descenso porque tres cuadros no llegaron a los 30 puntos. Una cifra miserable en torneos de 30 partidos.
En su alocución luego de la derrota en Copiapó, ¿Mauricio Pellegrino se equivoca?
No. El diálogo con los periodistas que llegaron hasta el “Luis Valenzuela Hermosilla” tomó temperatura a partir del intercambio de preguntas y respuestas con el técnico laico, que en la interpelación a los reporteros dejó a un lado el discurso oficial y sinceró lo que todos sabemos o percibimos desde que Sartor, con Michael Clark a la cabeza, se hizo cargo de Azul Azul.
Es cierto que Pellegrino tiene una cuota importante de responsabilidad en la campaña del segundo semestre, que muestra a la U con dos puntos sobre 24, tal como la tuvo en la rueda inicial, cuando plasmó un conjunto ordenado, consciente de sus limitaciones, que sacaba puntos, a pesar de que el fondo de juego estaba pendiente. Era imperiosa la necesidad de refuerzos.
Hoy Universidad de Chile es popular, pero no es grande. Y no lo es porque carece de grandeza en su cabeza, en su dirección. Pellegrino desnudó la realidad actual de la institución, quizás sabiendo que su etapa está cerca del final, más allá de que en Copiapó su escuadra generó variadas situaciones de riesgo, pero se encontró con el partido inolvidable del golero Nelson Espinoza. El entrenador sabe que está solo, que el director deportivo no dispone de los atributos administrativos para tomar las definiciones que correspondían, que el presidente no entiende nada de este deporte y de este negocio (de otros seguro que dicta cátedra, pero de fútbol, nada) y que cualquier medida requiere del visto buenos de los “amigos” que regentan al “primo-hermano” de Talcahuano...
Clark, en “Al Aire Libre” de radio Cooperativa, y Cecilia Pérez, la vicepresidenta de la concesionaria, evidenciaron su desacuerdo con las respuestas de Pellegrino. Las diferencias se resuelven de forma privada, fue el mensaje. Ellos no son los que dan la cara en el campo de juego. Clark, incluso, mantiene el discurso que con seguridad le entregó una agencia de comunicaciones: “La U posee un gran plantel”.
Fue una semana dura, con los cuestionamientos del exdirector José Joaquín Laso, que el presidente de la U respondió ante la pregunta de Francisco Caneo en “Al Aire Libre”. Apuntó a que el abogado era de otro club (Universidad Católica). La realidad es que, hasta antes de su llegada a la U, nadie sabía que Clark era “chuncho”. Quienes lo conocen de su etapa estudiantil afirman que le gustaba la UC. Laso, por lo menos, al ser consultado si existía alguna similitud entre la degradación institucional de la Corfuch en los 80, que concluye con el descenso, y la actual crisis, conocía de lo que se le hablaba. ¿Lo sabrá Clark?
Lo mejor para la U y el fútbol chileno es que Sartor y sus amigos se vayan. Reconozcan que dieron la hora con castañuelas.

Danilo Díaz
es un comentarista, periodista deportivo y escritor chileno. En 2009 obtuvo el premio de Premio Nacional de Periodismo Deportivo de Chile.