Dejaron Chile portando una maleta llena de ilusiones. Imaginaron días felices, portadas en los diarios y elogios cada fin de semana.

Pero nada de eso. Ni días felices, ni portadas ni elogios. Todo lo contrario: fueron sumando críticas —algunas despiadadas— y al cabo de poco tiempo no les va a quedar más camino que regresar al país que los formó o cambiar de club.

El caso más emblemático, quizás, sea el de Óscar Opazo. El lateral derecho tenía un acuerdo de palabra con Blanco y Negro (ByN), según dijo cuando emigró a Buenos Aires, pero Racing de Avellaneda se movió más rápido y lo incorporó con un pacto hasta diciembre de 2024. Seis meses después, el “Torta” tiene todo acordado para volver a Colo Colo.

“El paso de Opazo por Racing será recordado, con suerte, por su escaso aporte las pocas veces que le tocó jugar”, dice Matías Ruffet, de Crónica TV, de la capital argentina. Y detalla: “Más allá de haber convertido un gol en la Copa Argentina, ante San Martín de Formosa, del Federal A, la tercera categoría, el defensor no tuvo constancia para atacar en los partidos que disputó, donde además mostró falencias para la marca y falta de dinámica. Esos problemas se potenciaron con un equipo cuya versión es una sombra respecto de 2022, por lo que se generó un círculo vicioso entre los malos rendimientos del jugador y las bajísimas producciones colectivas de la ‘Academia’. Además Fernando Gago, el técnico, insistió en tenerlo como alternativa por el lateral izquierdo, zona en la que Opazo mostró aun mayores carencias. El entrenador no lo había pedido, algo que quedó de manifiesto al no considerar al chileno en varios encuentros pese a que el resto del plantel no ofrecía opciones mejores”.

El resumen de lo que trabajó Opazo fue pobre: siete partidos de 17 en el torneo local (apenas 433 minutos), una aparición en la Libertadores (6’ de 360 posibles) y una participación en la Copa Argentina.

Gonzalo Cardozo, periodista de Olé, confirma el bajo nivel del porteño: “Jugó bastante poco y no lo hizo bien. No fue un pedido del DT, por eso no lo tuvo muy en cuenta, sobre por la derecha, su su posición natural. Lo puso algunas veces por izquierda y el rendimiento fue aún peor”.

En cosa de horas Opazo firmará su vínculo con ByN, tras una experiencia que solo dejó un ticket de aprobación, el factor económico: en Chile recibirá el mismo sueldo que en Argentina, aproximadamente $30 millones.

Tomás Alarcón también hizo maletas cargadas de ilusión cuando en 2021 el Cádiz de España pagó a O’Higgins US$2,5 millones por el 80% de su carta. La primera temporada fue relativamente positiva, pues participó en 23 de los 38 partidos. Enseguida, sin embargo, entró en un pozo: el cuadro amarillo solo lo consideró en el primer semestre (222’ en cuatro partidos), porque después lo cedió al Zaragoza, de la Segunda División, donde tampoco anduvo mucho mejor.

“La última temporada la dividió entre el Cádiz, desde que comenzó hasta el Mundial, y de ahí pasó al Zaragoza. Terminada la Liga debe volver al Cádiz, pero su rendimiento, la verdad, ha sido muy malo. Y como se invirtió bastante dinero en él, es un problema”, analiza Alfonso Carbonell, del diario La Vanguardia de la ciudad portuaria.

Por si fuera poco, en mayo pasado no soportó quedarse sin minutos en la victoria sobre Cartagena y tuvo un encontrón con el técnico, Fran Escribá, y sus compañeros.

O’Higgins ha preguntado por él. Y Universidad de Chile lo está tentando con un sueldo cercano a los $25 millones.

Diego Valencia no pudo en la Salernitana de Italia: en su primera experiencia europea, el atacante formado en Universidad Católica sumó, apenas, 219’ en 12 partidos por la Serie A, más uno en la copa local, y no anotó ningún gol. “Me reuniré con él, porque es un profesional muy válido, para definir cuál es la mejor solución respecto a su futuro. Es un jugador patrimonio del club”, declaró Giulio Miglaccio, responsable técnico de la institución.

Una alternativa para el atacante es emigrar al Parma, equipo que está disputando los playoffs para lograr el ascenso a la máxima categoría, como moneda de cambio de Adrian Benedyczak, polaco de 22 años.

Pablo Galdames también vivió una experiencia para olvidar. Comenzó la temporada en el Genoa de la Serie B, pero en 2023 fue cedido a préstamo al Cremonese, de la máxima categoría: jugó más (12 partidos y un gol), pero terminó descendiendo. La UC lo ha contactado, pero el mediocampista insiste en torcerle la mano al destino en Europa.

“No sé qué será de mí, todavía tengo un año de contrato con el Genoa y no sé si el club querrá contar conmigo el año que viene. Estoy esperando jugar el último partido en Italia, ver si me llaman de la selección y en junio sabré mi futuro. Solo sé que debo volver a Genoa”, comentó el jugador surgido en Unión Española.

Clemente Montes fue otro de los que salieron a comienzos de año. Ni la UC ni Ariel Holan, el técnico, estuvieron de acuerdo en su partida al Celta B. Ha tenido 10 apariciones y un gol, pero el rendimiento futbolístico no da como para que los españoles compren su carta.

Así las cosas tendría que volver a la UC para el segundo semestre. “Acá es querido, él se ve feliz, pero futbolísticamente no ha rendido como se espera”, sentencia Miriam Vásquez, de La Voz de Galicia. El cuadro gallego disputará desde este fin de semana los playoffs para buscar el ascenso a la Segunda División.

Joan Cruz dejó Colo Colo entre gallos y medianoche para fichar en el Real Oviedo B. Eso en abril. Alcanzó a disputar 132’ en cinco partidos en la campaña que terminó con su equipo en el séptimo lugar de la tabla.

El talentoso volante dice estar feliz… en la Cuarta División del fútbol español.