Ximena Opazo respira profundo y responde: “Ninguna… La investigación fue mal hecha; jamás han buscado a mi hermano. Nosotros, los hijos, su familia, hemos salido a recorrer cerros, laderas y canales. Desde el primer día y hasta hoy”, asegura.

“Esa información la consiguió un amigo a través de la cuenta de Gmail que mi hermano tenía en el teléfono. De acuerdo a eso hizo un recorrido desde Lampa hasta Estación Central y de ahí se quedó un tiempito; después volvió por la Ruta 68 y la señal se pierde casi a la entrada de El Noviciado. Pusimos ese antecedente a las autoridades respectivas, pero el barrido en esa zona se hizo solo seis meses después”.

“Fue la PDI… Me dijeron que habían ido antes, pero en la carpeta de la investigación aparece el barrido a los seis meses. Hablamos de que hay terceros involucrados, claramente. ¿Por qué le digo eso? Porque en este trayecto que indica el celular revisamos todas las cámaras entre Lampa y el terminal, y mi hermano jamás apareció en alguna. Pensamos que ese recorrido lo hizo otra persona con su equipo. Nadie dice haberlo visto el sábado que desapareció”.

Ximena Opazo se disculpa por su tos reiterada. Le cuesta hablar, pero igualmente comenta: “No hemos tenido apoyo en la búsqueda en terreno. La investigación partió una semana después de la denuncia y todos sabemos que las primeras 48 horas son las críticas, las que ayudan a resolver los casos. Hubo negligencia, demora, pericias que no se hicieron. Nos sentimos muy abandonados por el sistema, ni siquiera tenemos apoyo sicológico. Mi madre tiene 81 años y está en un mundo paralelo; no se da cuenta de la magnitud de lo que pasa y no sé si eso es peor o mejor”.

Es momento de recordar al exlateral derecho: “Mi hermano era deportista, nunca fumó, nunca tomó. Era un ejemplo. Se molestaba si yo fumaba y siempre estuvo enfocado en el fútbol, por eso llegó a la selección. Hoy su mundo era el fútbol. Trabajaba en la corporación del deporte en la Municipalidad de Lampa. Tenía niños a cargo. Le gustaba trabajar en las poblaciones más peligrosas, donde había jóvenes en riesgo social. Esos niños y sus papás han salido a buscarlo por donde vivía. Y no es que me lo contaran; lo supimos cuando hacíamos recorridos por la zona y nos encontrábamos”, comenta la hermana del desaparecido exfutbolista.

Y sigue: “Más que hermanos, nuestra relación era de padre a hija, porque soy la menor. Mi referente de padre es él. Todos mis proyectos los compartía con él. Y él tenía planes, proyectos con niños, pretendía llevarlos a probarse a clubes deportivos; quería buscar una nueva casa, porque estaba en mala situación con la pareja: se quería separar. Estábamos buscando arriendo para salir”, asegura.

Por lo mismo, Ximena descarta que haya sido su hermano el que tomó una drástica decisión. “Cuando me contaron lo de Marco, recordé lo último que me dijo: ‘Te amo mucho, siempre te voy a cuidar… Agradezco todo lo que hiciste por mí’. Ahí pensé ‘mi hermano se quitó la vida’, pero después pensé ‘no, no es así’. Tenía proyectos en la escuela; recolectaba dinero para quienes no tenían zapatillas. Sacaba plata de su bolsillo para comprar zapatillas e implementos deportivos. Es contradictorio eso de quitarse la vida. Aquí algo pasó, le hicieron algo… Es un duelo que no se puede cerrar hasta no encontrar la verdad”.

“A mi hermano lo asesinaron y tienen oculto el cuerpo. Una persona que se quita la vida aparece; si lo hubiesen asaltado lo encontrábamos. Quizás vio algo, entonces obviamente la van a ocultar. He ido a médium, tarotistas”.

“A su pareja nunca la hemos visto. Desde que desapareció jamás se acercó, ni a mi madre, ni a mí, ni a mi familia. Nunca entendimos por qué avisó el domingo, vía mensaje de texto, que mi hermano no había llegado a dormir. Hablamos de una persona que jamás se quedó afuera… Si tienes una pareja que se queda fuera porque le gusta el trago, la bohemia, uno espera; pero si esa persona se acuesta a las nueve de la noche, que hasta le da miedo ver las películas de terror, era una alarma importante”.

“A través de él he podido comunicarme con mi hermano y me dice quién es la persona sospechosa. También me dice qué pasó. Pero no puedo comentar nada. Además, necesito tener pruebas, porque para la justicia uno debe tener pruebas. Eso necesito, buscar pruebas. Nadie lo sabía, pero presenté una querella por secuestro y homicidio contra todos los involucrados. Acá no hay solo una persona involucrada”.

“Porque escuchó, vio o supo de algo y lo quisieron callar”.

“Con la querella empezamos la investigación desde cero. Se han solicitado diligencias que antes no se hicieron, también pericias nuevas. Estamos a la espera de los resultados. Estoy representado por Pedro Díaz, un abogado especialista en casos similares. Representó a Fernanda Maciel, la niña que estuvo desaparecida 500 días. Me asesoré de un experto forense, además”.

La hermana del exseleccionado chileno de los ochenta confesó, en la despedida, que “hay que estar en mis zapatos para entender el dolor. Es una pesadilla que no termina; es despertar y tener el mismo sueño. Ha sido terrible. Toqué fondo, quedé abajo del suelo y ahora me estoy poniendo de pie”.

“A las personas involucradas que por favor confiesen. Que no sigan viviendo con este cargo de conciencia, que puedan dormir tranquilos. El mal lo hicieron, la maldad está hecha. Solo queremos encontrar a mi hermano, darle un lugar tranquilo donde pueda descansar en paz, no que esté como cualquier animalito. Ese el dolor