Santiago de Chile.   Vie 26-04-2024
19:51

La felicidad de Messi y Argentina tenía estación obligada: el martirio de Lusail

Partidazo de colección. Los trasandinos gozaban un trámite cómodo hasta que Van Gaal les metió dos tanques y se les vino la noche: 2-2. El alargue fue emotivo y épico. Los penales agregaron más emociones. “Dibu” Martínez emuló a Goycochea y atajó dos: 4-3. El capitán argentino cargó contra el técnico rival y el arbitro. Inolvidable paso a la semifinal.
Foto: AP
Equipo Deportes09 de diciembre, 2022
Argentina es Messi, pero también los demás: Diego Maradona, presente en banderas y evocado en cantos interminables, el “Matador” Kempes (estaba en el palco de Lusail), también Sergio Goycochea, el arquero que jugó de casualidad el Mundial 1990 y ganó fama eterna como atajador de penales.

El “Goyco” pareció reencarnarse cuando el meta Emiliano Martínez se propuso meter al seleccionado albiceleste entre los cuatro mejores de la Copa del Mundo y dejarlo a dos partidos de un título que espera por 36 años. El “Dibu” se agigantó en un momento en que muchos tiemblan: en la tanda de penales atajó de manera brillante los primeros dos envíos de Virgil van Dijk y del zurdo Steven Berghuis. Suficiente. Argentina metió cuatro y fin de un parto.

Sí, porque Argentina sufrió lo indecible para sortear a Países Bajos, dirigido con maestría por Louis van Gaal en relación a los recursos con que cuenta. Un inicio de partido con los niveles de concentración alto en los albicelestes, de lo mejor del Mundial, porque esta vez el rival era de verdad. Se tornó un puzzle de muchas parejas en la cancha, con dos sistemas tácticos espejo, donde el único que no tenía zona fija era Messi.


Si bien los señuelos estaban en los costados, encorsetados Acuña con Dumfries y Molina con Blind, la zona decisiva estaba por los pasillos del medio, donde había muchas piernas y densidad, y también desmarques. En ese barullo se metió el cordobés Molina, empujado por una diagonal que detectó Messi con una asistencia brillante para provocar en el primer gol: el lateral definió con clase, controló de izquierda y remató con la punta del botín derecho, ante el achique del meta Noppert y sus 203 centímetros de humanidad.

Argentina no perdió el talante y siguió gestionando el partido con autoridad. Penal de Dumfries a Acuña y Messi aseguró el 2-0, emulando a un tal Gabriel Batistuta como máximo goleador argentino en mundiales (10). Pero Van Gaal, un viejo ladino, no se iba a ir del Mundial sin meter un zarpazo de sabiduría: movió las piezas para ir por el milagro, enviando un ‘doble 9’ de envergadura: Luuk De Jong (1,88 metro) y Wout Weghorts (1,97), acompañados por dos extremos a perfil cambiado, Gapko en la izquierda y Berghuis en la derecha. Y llegaron los mil centros.


Anotó el descuento Weghorts con un testazo, anticipando a Lisandro Martínez, y asomaron los fantasmas de Argentina. Una decena de minutos de tiempo agregado para temblar y en la última jugada del partido Países Bajos sacó un torpedo de estrategia: Koopmeiners le movió un tiro libre desde el borde del área al inmenso Weghorts y empató un partido terrible.

Argentina, petrificada y con brotes de impotencia (Paredes le lanzó un pelotazo al banquillo europeo y encendió la mecha), iba directo al barranco, porque emocionalmente estaba fuera de sintonía. Hubo conatos varios y el juez Mateu Lahoz enervó a todos. Pero la charla antes del suplementario pareció serenar. Los que miraron a Messi vieron en el rostro del astro que la pesadilla tenía vuelta. Otra vez todos juntos a empujar. El equipo mereció ganar en el segundo tiempo del alargue: Lautaro Martínez y Pezzella casi aciertan y ni decir Enzo Fernández, que remeció al poste en el último suspiro.

En los penales, apareció “Dibu”, también Messi y Lautaro, que lanzó el definitivo. Y todos los próceres empujando desde algún lugar. La "Pulga", en modo desahogo, fue a encarar a Van Gaal al final y Edgar Davids, el técnico auxiliar, lo frenó. Bien caliente. Argentina, martirio de por medio, va rumbo a una cita que tenía pactada con antelación el cuadro del Mundial. Brasil ya avisó que no llegará.

MESSI EN LLAMAS: "¿QUÉ MIRAS BOBO?"


La figura: Lionel Messi fue determinante otra vez. Asistió en el primer gol a Molina, marcó de penal su cuarta conquista en la Copa del Mundo y en la tanda de penales aseguró el primer lanzamiento para los trasandinos. Remató seis veces a portería, operando a espaldas de Frenkie de Jong y lejos de la custodia de Ake. Timber debió ser expulsado en el suplementario por golpear al zurdo. “¿Qué mirás bobo?” le dijo molestísimo en la trastienda al neerlandés Wout Weghorst. Insólito. "¿Van Gaal? Vende que juega al fútbol y después te llena de pelotazos al área”, salpicó luego.

El técnico neerlandés, que se otra vez del Mundial sin perder un partido, dijo: “Los jugadores estaban muertos en el vestuario. Duele increíblemente cómo fuimos eliminados nuevamente después de los penales. Hicimos todo lo que pudimos para evitar eso”.

El héroe: Emiliano Martínez tenía ganas de llegar a la definición por penales, su especialidad desde que torció la semifinal de la Copa América 2021 ante Colombia, atajando tres envíos. Y el marplatense resultó fundamental, atrapando los disparos de Van Dijk y Berghuis, ambos tiros cruzados. "Es un arrogante ese arbitro, como quedó fuera España para mi que quería que nos quedáramos fuera nosotros (…)Atajé dos pero pude atajar alguno más”, dijo "Dibu".

El incansable: Marcos Acuña Jugó un partido tremendo, logrando reducir la influencia del carrilero neerlandés Dumfries. El jugador del Sevilla defendió bien y atacó mejor, forzando el penal del 2-0 en un descuelgue. Cuando salió, y Nicolás Tagliafico pasó a marcar su banda, Argentina lo pasó mal y le terminaron empatando, justo con un gol desde banda que cubría el “Huevo”. Una amonestación lo privará de la semifinal, lo mismo a Montiel.





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