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Los depredadores

Encontrar tipos de esta raza no es fácil. Pero nunca lo ha sido. Ni con estructuras técnicas que privilegiaban ideas súper ofensivas, ni ahora cuando se habla más de idearios que de figuras individuales. Pero los goleadores siempre han existido. Seguirán existiendo. Nadie podrá nunca quitarles su protagonismo.
Foto: AP
Sergio Gilbert03 de octubre, 2022
No es cierto, como afirman con tanta seguridad algunos, que los grandes goleadores, aquellos de raza, se estén extinguiendo como si de dinosaurios se tratara.

Amparados en la siempre dudosa teoría de que la “modernidad” en los principios táctico-estrátégicos ha inhibido la aparición de grandes artilleros (como antes también mataron a los punteros y a los “10”), muchos aseguran que el goleador casi es un ser raro, que no se forma y que pronto deberemos ubicar en Google para saber de quién se trata.

Error grave. Los depredadores del gol siguen vivos. Es una raza eterna, que no muere. A lo más, se transforma. Pero no perece.

Si no, es cosa de tomar como ejemplos tres nombres que, con solo mencionarlos, nos llevan hoy, en pleno siglo XXI, irremediablemente a la imagen de una celebración eterna: Karim Benzema, Robert Lewandowski y Erling Haaland.

Ninguno de los tres es un “bicho” raro. Son, más bien, los herederos de leyendas como Guillermo Stabile, Leonidas, Sandor Kocsis, Vavá, Just Fontaine, Eusebio, Gerd Müller, Paolo Rossi, Gabriel Batistuta y Ronaldo que, como aquellos, exhiben la virtud de la definición no por simple instinto sino que, fundamentalmente, por el trabajo que han hecho para elevar sus porcentajes de acierto.

No son actores de reparto ni menos están a la sombra de los que tienen mayores habilidades. Son protagonistas.

El francés Benzema, si no hay movimientos políticos ocultos ni intereses comerciales de por medio, debería ser el próximo ganador del Balón de Oro, tras su fenomenal campaña 2021-2022 que llevó a Real Madrid a la consecución de la liga española y de la Champions. También, por cierto, es candidato a ser el goleador del próximo Mundial y así reivindicarse tras su ausencia obligada en Rusia 2018.

El polaco Robert Lewandowski también debería estar en esa pelea, aunque hay que convenir que la potencia competitiva de su selección es bastante menor a la que acompañará a Benzema.

De todas formas, Lewandowski demuestra que su capacidad para perforar redes, su instinto innato y su inteligencia para estar en el lugar preciso en el momento apropiado siguen siendo valores incalculables como lo indica el que haya llegado a Barcelona a los 34 años.

¿Y Haaland? Un verdadero artista del gol. Lamentablemente, no podremos ver en acción en Qatar, pero ya con observarlo semanalmente en la Premier League el gusto se llena. No le costó nada, ni un partido, ensamblar en esa maquinita guardioliana que es Manchester City. El noruego desmitificó aquello de que el equipo importa más que un solo jugador. En realidad, lo que importa es que el equipo tenga a este tipo de jugadores. Los que son decisivos, brillantes, son los que hacen que una escuadra funcione.

Sí, encontrar tipos de esta raza no es fácil. Pero nunca lo ha sido. Ni con estructuras técnicas que privilegiaban ideas súper ofensivas, ni ahora cuando se habla más de idearios que de figuras individuales.

Pero los goleadores siempre han existido. Seguirán existiendo.

Nadie podrá nunca quitarles su protagonismo.
Sergio Gilbert

es periodista titulado en la UC, especializado en fútbol. Profesor universitario y redactor en El Mercurio. En Twitter: @segj66

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