Ya metió nueve goles en 19 jornadas con el escudo del Club Atlético Independiente. Leandro Benegas (33 años) acertó ante Colón, Tigre, Godoy Cruz, San Lorenzo y Argentinos Juniors, y en la Copa Sudamericana festejó ante General Caballero y La Guaira (2). El lunes agregó un cabezazo furioso entre las dos torres que tiene Estudiantes en el centro de la zaga (Agustín Rogel y Fabián Noguera) y desarticuló el invicto “pincharrata” (2-1).

“Fue clave para vencer a Estudiantes, y ojo que se trata de un rival al que no cualquiera le hace un gol de cabeza. Tiene historia en esa faceta, durísimo defensivamente. Benegas cayó bien en el equipo, se ve cómodo, cumple. Es muy inteligente, nunca está quieto ni se queda clavado con los centrales, siempre está generando movimientos, desmarques. Entiende bien a sus compañeros, sabe que cuando vienen en carrera, lanzados, el centro saldrá largo, son detalles que él maneja. Es verdad que acá la gente pide algo más (técnicamente hablando), prefiere jugadores dotados, pero depende de la posición, y mientras anote será suficiente”, expone Ricardo “Chivo” Pavoni, defensor emblemático en cinco conquistas de la Copa Libertadores con el “Rojo”.

Tras finalizar su vínculo con Curicó Unido, el mendocino apareció en febrero firmando en Independiente, con el aval del técnico Eduardo Domínguez, que lo tuvo de compañero en Huracán. El vacío que dejó Silvio Romero —emigró a Fortaleza— y una economía enflaquecida obligó al “Rey de Copas” a fichar lo que estaba a la mano. “Llegó como un desconocido absoluto, un refuerzo de relleno dentro de una realidad pobre y precaria del club, hubo prejuicios cuando llegó, pero revirtió esos conceptos, se mostró un jugador potente, útil, en un equipo cuyo contexto para los delanteros no es favorable, no le llega tanto juego y él con poco se las arregla muy bien. Ha sido una de las revelaciones no solo de Independiente, diría que de la liga argentina”, expone Claudio Mauri, redactor jefe del diario La Nación bonaerense.

Favio Verona, que sigue el día a día en Avellaneda para el diario Olé, completa el rompecabezas: “Benegas se sumó a un plantel que no tenía ningún centrodelantero natural, sobre la hora del cierre del mercado de pases. Generó dudas al inicio, pero siempre estuvo a la altura. Aporta sacrificio, retrocede para ubicarse por detrás de la línea de la pelota cuando el partido lo pide, muy buen juego aéreo, se faja con los centrales, mucha voluntad y tesón, la gente se lo reconoce. Se volvió un jugador fundamental. El técnico no quiere desprenderse de él de ninguna manera”.

Esta última alusión está ligada al interés de Colo Colo de fichar al exatacante de Universidad de Chile, que tiene seis meses más de contrato en la “Doble Visera”. Blanco y Negro habría ofertado un monto por resarcir el término anticipado del vínculo. “La semana pasada sé que llegó una oferta, pero yo le dije a mi representante que tiene que ser algo que no se pueda rechazar. Disfruto mucho estar en Independiente”, afirmó en las últimas horas el ariete en Radio La Red.

Benegas, que en la máxima categoría del fútbol trasandino apenas tenía 17 presencias y un gol en Huracán hace 12 años (en el Ascenso defendió a Independiente Rivadavia de Mendoza y la CAI de Comodoro Rivadavia, donde fue compañero de Leonardo Gil), sabe que varios levantaron cejas cuando asomó como inquilino de Avellaneda. “Se habló mucho y es imposible que uno haga oídos sordos, pero estoy grande y tengo experiencia para saber qué críticas escuchar y cuáles tomarlas de donde vienen. Esto lo estoy disfrutando al máximo, me agarró en un momento de mi vida bueno en todo sentido”, puntualizó.

En sus andanzas por La Calera, la U, Audax Italiano, Palestino y Curicó, Benegas fue puliendo un estilo no siempre comprendido. Superó una rotura de ligamentos cruzados y el desprecio de puristas. El preparador físico Ítalo Traverso lo tuvo en La Cisterna: “Para sorpresa de muchos está rindiendo en un grande de Argentina, hablamos de un jugador que tiene un potencial físico tremendo, que siempre pedía trabajos extras desde lo físico, con él no se podía hacer diferenciados. Estoy seguro de que su GPS registra mucho más recorrido que cualquier delantero. En Palestino algunos decían que debía jugar de contención por lo que corría. Ivo (Basay) se quedaba con él corrigiéndole movimientos y sobre todo los controles, ahí tenía mucho por aprender, él lo hacía, pero después en los partidos volvía a lo suyo: pura potencia”, reseña.

El “Toro”, que cuenta con pasaporte chileno —fue nominado para el juego de clasificatorias ante Perú en Santiago por Reinaldo Rueda—, emerge otra vez, a punta de goles y esfuerzo sublime. Casi el renacer de un artillero que nunca estuvo en el cajón.