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Irresponsables

Ojalá Novak Djokovic no pueda jugar el Abierto de Australia. A los fanáticos del tenis les privará la posibilidad de que “Nole” rompa el empate de 20 títulos de Grand Slam con Federer y Nadal, pero sería un estupendo ejemplo para el mundo.
Foto: FRANCE PRESSE
Andrés Solervicens12 de enero, 2022
Quince mil contagios diarios de covid-19 podría haber a mediados de febrero en Chile, según un cálculo de la Universidad de Chile. A estas alturas de la pandemia tratar de proyectar un escenario con exactitud es un ejercicio inútil, pero lo que sí está claro es que la ola que trajo la variante Ómicron tendrá una cresta más alta que todas las precedentes y, aunque no sea tan letal como su antecesora Delta, su asombrosa capacidad de propagarse traerá estragos a todo nivel: en Europa y Estados Unidos la cantidad de contagios está disparada y muchas funciones críticas, como los sistemas de salud o educacional, enfrentan severos problemas por la enorme cantidad de personas que ha debido aislarse.

La OMS sostuvo que en Europa la mitad de la población se infectará con covid-19 al final del invierno septentrional. Una brutalidad.

En Chile, las presentes autoridades y las que asumirán el 11 de marzo deberán tomar una serie de decisiones difíciles ante este nuevo embate de un virus que disparó muertes y hospitalizaciones y que todo indica que no será erradicado, como sí pasó con otros coronavirus. Entre esas determinaciones están los protocolos que regirán el regreso a clases, que hoy considera presencialidad total sin distancia mínima, y la impopular y probablemente impracticable opción de reinstalar restricciones a la movilidad.

La actividad deportiva también enfrentará esa difícil coyuntura. El fútbol chileno, sin ir más lejos, debe determinar en las próximas semanas cómo reglamentará las suspensiones de encuentros cuando las infecciones y contactos estrechos se disparen en los planteles profesionales, como ya ocurrió en las últimas olas del covid-19, con Colo Colo como ejemplo palmario.

Implantar un calendario con cierto grado de flexibilidad y holgura en las fechas debería ser un imperativo para la ANFP, para intentar salvaguardar la integridad del torneo y que cesen las voces que reclaman que el último certamen quedó desvirtuado por el uso de formaciones casi infantiles en algunos duelos.

Pero con los clubes chilenos aguardar cordura y seriedad a veces es arrojarse al inútil deporte de pedirle peras al olmo. Colo Colo, por ejemplo, se fue a una pretemporada a Argentina, donde se registran más de 100 mil casos al día y la positividad supera el 67%. Inentendible desde el punto de vista sanitario. Estamos ante una mutación que se expande tan velozmente como el sarampión y creer que las burbujas servirán es simple ingenuidad.

Lo que no es aceptable es ser antivacunas. No lo era antes de la pandemia y menos hoy.

Ojalá Novak Djokovic no pueda jugar el Abierto de Australia. A los fanáticos del tenis les privará la posibilidad de que “Nole” rompa el empate de 20 títulos de Grand Slam con Federer y Nadal, pero sería un estupendo ejemplo para el mundo que el irresponsable no pueda defender su corona: no puedes arriesgar al resto, como el serbio hace con desparpajo, reuniéndose con niños y periodistas sabiendo que estaba infectado, y negarse a recibir la inmunización esgrimiendo esa libertad abyecta que enamora a algunos. La libertad de ser un miserable.
Andrés Solervicens

es coordinador de Deportes El Mercurio. Egresado de la Universidad de Chile, trabaja desde 2000 en "El Mercurio". Fue enviado especial del diario a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Río de Janeiro 2016, así como a Juegos Panamericanos, Grand Slams de tenis y fechas del Mundial de Rally, entre otros.

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