En enero de 2010 el irlandés Richard Fitzpatrick se radicó en Cataluña y a los pocos meses decidió hurgar sobre la rivalidad entre Fútbol Club Barcelona y Real Madrid. “Ese año España ganó el Mundial con siete jugadores del Barça y tres del Madrid, pero me llamó la atención que en Barcelona la gente no tenía tanto interés por la Copa del Mundo y la selección. Incluso conocí hinchas catalanes que lucían camisetas de Holanda en la final, eso me pareció interesante de investigar, porque el antagonismo es gigante. Otra cosa que me impulsó fue la presencia de Mourinho en el Madrid, por su forma de ser sabía que iba a causar problemas y agrandaría la rivalidad, él lo propagó a los jugadores, a la prensa, era un momento muy picante”, dice el periodista, que en 2013 publicó "El Clásico", uno de los libros que mejor documenta el derrotero y los alcances del derbi español.

“Hay muchos clásicos, pero ninguno tan grande a nivel de clubes. Se puede hablar del Celtic-Rangers (Escocia), que fueron fuertes en el pasado, pero ya no tienen presencia europea; puede ser River-Boca, el cual pude presenciar en la final de la Libertadores en el Bernabéu con un ambiente increíble, pero la marca del Barça-Madrid es más grande. Si le preguntas a un aficionado del fútbol en Nueva York sabrá de este clásico, de Messi, pero no sé si sabrá tanto de un River-Boca. Quizás se puede comparar al antagonismo de Argentina y Brasil, pero ellos nunca jugaron una final del mundo, por ejemplo”, detalla Fitzpatrick.

“La rivalidad tiene muchas razones”, ordena el escritor. “Por un lado, son equipos que tienen casi siempre a los mejores jugadores del mundo, están los dos últimos ganadores del Balón de Oro: Luka Modric y Lionel Messi. Además, (Antoine) Griezmann, Busquets, Piqué, al frente el mediocampo de Casemiro, Kroos y Modric, que fueron unas bestias ante Liverpool (3-1). Después, desde el punto de vista de política e historia, Cataluña siempre ha buscado la independencia, eso le da sabor. Hablamos de dos de los tres equipos más ricos del mundo, junto al Manchester United”.

“El Madrid nace hace más de 100 años (1902) y el Barça es todavía más antiguo (1899), y representan a las dos ciudades más grandes de España. Hay un condimento ideológico: durante la dictadura de Franco (desde 1939 a 1975) los arbitrajes tendían a favorecer al Real Madrid, en un partido del 66 existe evidencia que los réferís lo ayudaron (…) Después, Johan Cruyff fue buscado por ambos clubes, pero él prefiere el Barça. Cuando nace su hijo, en 1974, la dictadura tenía prohibido utilizar el nombre Jordi, había un proscrito al respecto, pero Cruyff igual lo bautiza así, fue un momento revolucionario. Después dirige al “Dream Team” y se transforma en un dios de Cataluña”.

“Claro, desde que Cruyff asume como entrenador el Barcelona sigue un estilo, deriva en el tiki-taka. Con mucha posesión y posición, impregnado en las categorías de base y en el primer equipo. Esa forma logra con Guardiola después un nivel impresionante, mientras la filosofía del Real Madrid es simplemente ganar, más vertical”.

El escritor habla sobre la arrogancia que patentó el Madrid en algún periodo. “Pasó en los años de Cristiano Ronaldo, la chulería le llaman en España, Sergio Ramos sigue con eso, es un futbolista polémico, distinto a Modric que es un hombre humilde. Messi es el faro del Barça, pero es introvertido, ahí está la diferencia de esteriotipos. Hubo olas de superioridad por épocas: hasta el 50 el Barcelona era mejor, pero todo cambia en 1953 cuando llega Alfredo Di Stéfano al Madrid, que en 11 años gana ocho Ligas y cinco Copas de Europa, luego asoma Cruyff y todo cambia para el Barca”.

“Cristiano, por carácter y goles, es un crack, ellos tenían una rivalidad picante, hablamos de los dos mejores futbolistas desde los tiempos de Maradona. En los primeros años de Cristiano en el Madrid se topa con el equipo de "Pep" y el vestuario del Madrid termina llamando al portugués “El Ansioso”, era su sobrenombre porque sentía odio hacia los éxitos de Messi. Sin él, ahora la rivalidad perdió un ingrediente”.

“Siempre es fascinante. Hoy son tres equipos peleando la liga, el Atlético está arriba por un punto (66, contra 65 de los blaugranas y 63 de los merengues), la baja de Sergio Ramos es importante. El que gane el clásico gana la Liga, eso creo, porque el Atlético viene mermado. El resultado también marcará la continuidad de Messi (su contrato finaliza el 30 de junio), porque si el Barça gana el título, él se volverá a encantar con el nuevo proyecto, de lo contrario se abre a la opción cierta de buscar otro club”.

Más allá de las bajas (el Madrid no tendrá a Sergio Ramos, Varane, Eden Hazard y Carvajal; Neto, Ansu Fati y Coutinho en el rival) los escoltas del líder Atlético llegan con gasolina: Barcelona trae seis triunfos en línea en la Liga, mientras los blancos suman tres, con el añadido de desplomar al Liverpool a mitad de semana en la Champions League.

“El Madrid no cambiará lo que viene jugando, (Zinedine) Zidane encontró el sistema y los jugadores. Y Koeman es de la escuela de Cruyff, siempre sorprende con algo, es un entrenador más intervencionista que Zidane, ahí me reservo algún margen para ver algo nuevo. Me gusta el mediocampo de Barça, porque De Jong y Pedri le dan mucho fútbol. Messi siegue siendo el mejor del mundo, ahora juega un poco más arriba, con libertades junto a Dembelé. El que gane reforzará su moral de cara a ganar la Liga”, dice Jesús Seba, exjugador español y actual scouting de Roberto Martínez en el seleccionado belga.

Una de la interrogantes es saber la ubicación de Frenkie De Jong, que viene jugando en la línea defensiva de tres hombres, pero con el alta de Piqué, el neerlandés pasaría a la línea media, saliendo del equipo Griezmann.

Las estadísticas favorecen por estrecho margen al local: en partidos oficiales se midieron en 245 ocasiones, con 97 triunfos merengues y 96 catalanes (52 empates). Lionel Messi está en la mira: igualará el récord de 45 presencias de Sergio Ramos en el derbi y de sus 26 tantos al archirrival, el último fue en la temporada 2017-2018, con seis jornadas sin anotar entremedio.

Las casas de apuestas entregan un leve favoritismo al anfitrión, porque Bet365 y Betfair pagan 2,80 al triunfo madrileño y 2,30 a la victoria del rival (3,80 el empate). Bwin va con 2,95 y 2,20 respectivamente.