Los alcances del uso de cobertores en uva de mesa
Pese a que es una de las especies que tiene mayor experiencia en el uso de estas tecnologías y a que la superficie protegida en los últimos años está creciendo, los expertos sostienen que aún existen una serie de desafíos por delante.
El Mercurio Campo
Muchos de los nuevos proyectos de uva de mesa están
usando film de polietileno de baja densidad.
Crédito: Subsole.
*El siguiente artículo está escrito a partir de la presentación realizada por Gabriel Marfán en el seminario "Fruticultura Protegida", organizado por el INIA y que se llevó a cabo el pasado 5 de octubre.
Una de las especies que más experiencia tiene en el uso de coberturas plásticas en Chile es, sin duda, la uva de mesa. De hecho, las primeras pruebas en el país se comenzaron a realizar en la Región de Atacama a finales de los años ochenta, con la idea de adelantar la cosecha de Flame, una de las variedades insignes de la zona.
Luego, con la llegada de los noventa, los trabajos poco a poco se fueron extendiendo más hacia al sur, llegando a la zona central. Sin embargo, contrario a lo que se esperaba, los resultados conseguidos en todo ese tiempo no fueron para nada concluyentes.
Afortunadamente, los resultados más prometedores comenzaron a llegar a partir de 2010, cuando los expertos lograron con éxito establecer un sistema de protección antilluvias para la uva de la Región de O´Higgins y adelantar la cosecha de la fruta de la Región de Coquimbo, brindándoles a los productores de esa zona una interesante ventaja comercial.
Hoy, según los expertos, los conocimientos en torno al uso de las coberturas en uva de mesa han crecido de manera importante, lo que a su vez ha ido motivando al resto de los productores. De hecho, por estos días la gran mayoría está conciente de que existe esta tecnología.
Esto se ha expresado en un aumento de la superficie de uva bajo coberturas, la cual según estimaciones se acerca en la actualidad a las 1.000 hectáreas.
Múltiples beneficios
Tal como se ha logrado establecer a la fecha, el uso de coberturas plásticas permite alcanzar diversos objetivos ligados a la protección. Así, aparecen como una buena alternativa para proteger a la fruta de la lluvia, las heladas, los granizos, el exceso de radiación, y hasta la acción de pájaros.
Para entender, por ejemplo, cómo estas herramientas disminuyen el daño de la fruta frente a una helada, es necesario entender que actúa como una especie de relantizador de las temperaturas. Esto queda claro al medir la temperatura de los tejidos bajo protección al momento de una helada y analizar qué tan rápido baja.
“Si te paras bajo la cubierta, te darás cuenta que el viento es cero, a diferencia de lo que ocurre afuera, donde sopla a 4, 5 o 6 km/h. Por lo mismo, de esto se puede desprender que bajo la cubierta el descenso de la temperatura es mucho más gradual”, indica Gabriel Marfán, gerente técnico de Subsole, una de las empresas que más ha contribuido al desarrollo de esta tecnología en Chile.
Otro de los objetivos que tradicionalmente se persigue al usar estos instrumentos es adelantar o atrasar los distintos estados fenológicos de la uva de mesa. Pese a que en algunas partes de Europa los expertos son capaces de adelantar la cosecha de una determinada variedad en hasta un mes y medio, en Chile lo usual es adelantar la floración en 15-20 días.
Pero esto no es todo. Según Gabriel Marfán en los últimos años se han logrado establecer algunas conclusiones interesantes para el sector.
Así, por ejemplo, algunos experimentos prácticos realizados en el país han logrado comprobar que el uso de coberturas plásticas permite reducir la utilización de reguladores de crecimiento y mejorar la eficiencia de los mojamientos.
De igual forma, si el manejo es el adecuado, con su uso se puede aumentar el volumen de producción del huerto —se han documentado cifras cercanas a 20%— y el calibre de algunas variedades.
“Hemos visto que algunas son capaces de aumentar varios milímetros su tamaño, lo que en la práctica le permiten al productor negociar su fruta en otra categoría y, por ende, verse beneficiado”, señala el ejecutivo de Subsole.
Pero los beneficios no sólo se quedan allí. En los últimos años se ha comprobado que las coberturas son capaces de mejorar la apertura estomática de las plantas, lo que a su vez lleva a que esta haga un uso más eficiente del agua.
Temas a considerar
Lo cierto es que cualquier potencial beneficio que se pueda lograr con el uso de coberturas dependerá, en gran medida, del manejo de una serie de variantes.
Uno de los aspectos que más influye es el diseño de la cobertura, la cual debe ser capaz de adaptarse bien al huerto en cuestión. En ese sentido, cobran relevancia aspectos como la altura de los ángulos y las ventilaciones que se establezcan.
En ese contexto, el sistema retráctil Open Gable —una de las alternativas de conducción más nuevas que se está usando en el sector— presenta varias ventajas que permiten mejorar el funcionamiento de las coberturas.
“Una de las más importantes es que permite mover las cortinas sin problemas, ya que la posición de los racimos y de la fruta es mucho más baja que la de los sistemas más tradicionales”, indica Gabriel Marfán.
Otro factor que tiene relevancia en el resultado final es la densidad de la plantación y el vigor de las plantas que conforman el huerto.
“Por ejemplo, si tenemos un huerto súper vigoroso, con plantas que dificultan el paso de luz, seguramente tendremos un sistema bajo el cobertor con temperaturas más bajas, lo que a su vez determinará los manejos que se puedan o no hacer de la fruta”, explica el ejecutivo de Subsole.
Tan importante como lo anterior, será la variedad y la zona de plantación en la cual se encuentre el proyecto.
“Esto resulta fundamental, ya que no es lo mismo producir bajo cobertura una flame que una scarlotta. La primera ante una lluvia sigue teniendo peligro de partidura, mientras que la segunda es mucho más dura”, complementa Marfán.
El color de las mallas no es lo más importante,
según los expertos. Crédito: Subsole.
La clave
Uno de los aspectos más relevantes en los resultados que se puedan obtener es, sin duda, el tipo de plástico o malla que se use.
Entre los tipos de plásticos que se usan en la actualidad, destacan las mallas de polietileno (monofilamento o tejido); la rafia (polietileno de alta densidad); y el film de polietileno de baja densidad. Luego, en un lugar más secundario, aparecen otras alternativas como el PVC –igual que los tubos—, el cual posee buenas características lumínicas, aunque es sumamente caro; y el EVA, el cual es muy utilizado para dar tecnicidad a los invernaderos.
“El meollo del asunto es tener claridad acerca de qué tan rápido se calientan los sistemas en la mañana, y qué tanto calor pierden en la tarde, en la medida que se abra o se cierre la cobertura”, advierte Gabriel Marfán.
Hoy, por ejemplo, se sabe que las plantas de uva de mesa bajo mallas se afectan más por la densidad de estas que por su color.
“Si una malla corta el 10% o 20% de la luz, los resultados serán muy visibles. Si bien el color tiene algún efecto sobre el huerto, estos son muy difíciles de apreciar en el campo”, sostiene Marfán.
De hecho, por lo mismo esta alternativa se utiliza mucho más en especies como el cerezo.
“En parrones hay algunas experiencias, y definitivamente funciona. El tema es que el resultado dependerá de lo que se busque. Si se quiere que el huerto no se llueva, sirve. Si se quiere no adelantar mucho la cosecha, también. El problema es que con esta tecnología la radiación muchas veces no será suficiente, especialmente en la segunda, tercera y cuarta temporada”, indica el experto de Subsole.
Lo cierto es que por estos días en el país muchos de los nuevos proyectos están usando film de polietileno de baja densidad y alta transmisión de luz, el cual se ubica sobre una estructura de centrales, que tienen diferentes alturas dependiendo del objetivo.
¿Cuándo instalar?
Otro de los temas que se relaciona con los resultados que se obtengan en el huerto es la instalación y retiro de las coberturas.
La experiencia italiana decía que había que instalar las coberturas en brotación y sacarlas cuando la fruta estuviera creciendo, debido a que a esa altura de la temporada ya hacía calor bajo y fuera de la herramienta. Sin embargo, esto no dio los resultados que se esperaban en Chile, debido a sus particularidades climáticas.
Por lo mismo, luego de varias experiencias realizadas en el país, se ha llegado a la conclusión de que para adelantar el estado fenológico de la planta, el film se debe instalar en periodo de pre brotación, mientras que para retrasarlo, este se debe instalar entre brotación y el pre ablande de la fruta.
Sin embargo, esto no es sólo una sugerencia y no una verdad definitiva. Y es que en Chile hay parrones que han tenido las coberturas puestas por seis años seguidos, sin que estos hayan sufrido un solo problema de fertilidad de yema ni de lignificación de cargadores.
“De todos modos, hay que decir que esta temporada ha habido algunos casos específicos, donde se han dado algunas brotaciones más irregulares. Claro que eso puede estar más relacionado con el enorme vigor que se dio en los huertos el año pasado. Igual, esto es algo que se está analizando por estos días”, indica Gabriel Marfán.
De todas maneras, el experto sostiene que un buen periodo para realizar un cambio de plástico es cada tres años.
“No obstante, todo dependerá del manejo que le dé el productor y de las condiciones climáticas de la zona, pues todo va generando desgaste del material”, dice.
Desafíos por delante
Si bien existen muchos desafíos por delante en lo que respecta al uso de coberturas en uva de mesa, hay algunos que resultan más urgentes. En ese contexto, Gabriel Marfán resalta la necesidad de analizar la viabilidad de crecer en la superficie de este producto más hacia el sur.
“En Italia hay lugares de producción que están en latitudes similares a Angol e incluso más al sur, lo que me hace pensar que no es imposible extender la superficie de uva en esa dirección. Después de todo, creo que hay lugares atractivos, donde el acceso a la tierra no es para nada imposible”, asegura.
Análisis de costos de Agrícola Los Acacios
Costo por hectárea (USD), Los Acacios, RM |
Cuartel |
Costo Materiales |
Costo M.O. |
Costo Plástico + Tubetes + Accesorios |
Costo/Ha |
24 |
2.910 |
3.519 |
12.100 |
18.529 |
25 |
2.683 |
3.519 |
11.609 |
17.811 |
17 |
2.947 |
3.519 |
11.878 |
18.343 |
18 |
3.011 |
3.519 |
12.195 |
18.725 |
19 |
3.079 |
3.519 |
12.197 |
18.796 |
|
|
|
|
18441 |
-Plantación a 3,0x3,0 m : USD 18.400
-Plantación a 3,5x3,0 m : USD 17.300
-Plantación a 3,5x3,5 m : USD 16.800
-Costo materiales : Estructura de soporte
-Costo mano obra : Construcción estructura de soporte + instalación del plásticos
-Costo plástico : incluye film, tubetes, cubre palos, costos operacionales |
Ingresos por hectárea, Los Acacios, RM |
|
Cajas/há |
USD |
Cubierta |
14-15 |
15-16 |
Promedio |
Valor Kilo |
Valor Caja |
Ingreso/ha |
SI |
3.438 |
2.870 |
3.154 |
2 |
12,63 |
39.829 |
NO |
2.826 |
2.272 |
2.549 |
1 |
11,48 |
29.263 |
Diferencia |
612 |
598 |
605 |
0,14 |
1,15 |
10.566 |
¿Qué coberturas se usan en el mundo?
En Italia, por ejemplo, normalmente se utilizan film de polietileno, con el fin de adelantar o atrasar la cosecha, y mallas antigranizos. Situación similar se vive en España, aunque con una salvedad.
“Los españoles siempre buscan la forma de hacer las cosas más baratas. Por lo mismo, las instalan de otra manera, lo que no necesariamente significa que duren lo que deberían”, señala Marfán.
En California, Estados Unidos, en cambio, el objetivo principal de los productores al usar film de polietileno es evitar que las lluvias afecten la calidad de su fruta tardía. De hecho, por ahora no les interesa manejar los estados fenológicos de las plantas.