Una mirada a las enfermedades que afectan a los arándanos
Pese a que las enfermedades de poscosechas son las que más preocupan a los productores en la actualidad, existen otras que también pueden causar importantes daños a este negocio. A continuación, el fitopatólogo Andrés France analiza los alcances de las más importantes.
Rolando Araos M.
El plateado es una de las grandes amenzas para
el arándano. Crédito: Andrés France.
Calificada como “la parte triste del cultivo”, las enfermedades que afectan al arándano son diversas y pueden manifestarse en cualquier momento: apenas se realiza el contagio o días, meses y hasta años después. En ese contexto, el manejo que realice el agricultor en su huerto será clave para mantenerlas a raya o controlarlas en caso de que se manifiesten.
El gran problema de esto es que cada variedad de arándano es más o menos sensible, dependiendo del patógeno, del clima del lugar en que se encuentre la plantación —temperatura y humedad relativa— y de sus factores genéticos.
Enfermedades de poscosecha
Según Andrés France, fitopatólogo, consultor internacional e investigador del INIA Quilamapu, las enfermedades que han tendido a concentrar la atención de los productores de esta especie en los últimos años son principalmente las de poscosecha.
Dentro de las de poscosecha, la dificultad que representa la identificación de la pudrición grisásea, que es causada por Stemphylium, radica en que es muy similar a Botrytis, a tal nivel que para diferenciarlas es necesario el laboratorio o utilizar lentes con aumento. Se sabe que esta enfermedad tiene una predilección por atacar a leguminosas y malezas de hoja ancha. Su presencia es notoria cuando comienza a desarrollar micelios de color plomizo a verde oliva.
Entre los lugares que favorecen la presencia y proliferación de la pudrición grisásea, destacan las cubiertas a base de trébol o leguminosas. Su presencia se da sobre todo en plantaciones cercanas a alfalfa contaminada.
En el caso de la enfermedad conocida como plateado —causada por Chondrostereum purpureum—, su identificación se centra en buscar una coloración plomiza a plateada en las hojas, intensificada en las zonas superiores, donde sus epidermis se desprenderán con facilidad, lo que derivará en la exposición del mesófilo que estará sano, pero que a causa de la luz solar, terminará con lesiones de carácter necrótico. Así, si no se le aplica ningún tratamiento, el arándano podría morir entre tres y cuatro temporadas después de la manifestación de la enfermedad.
En Oregon, Estados Unidos, por ejemplo, el plateado ha atacado de manera importante a variedades nuevas como Top Shelf o Blue Ribbon, las cuales son altamente sensibles a esta enfermedad. En el caso de Chile, las variedades más susceptibles son Duke, Brigitta, Bluecrop, Liberty, Drapper, Corona, Misty y Blueheaven.
Las heridas en la madera, como las producidas por la poda, son la vía por la que esta enfermedad se transmite, sobre todo en otoño e invierno, que es cuando los basidiocarpos (cuerpos frutales del hongo) liberan esporas que son diseminadas por el viento. Estos cuerpos frutales, que están adheridos a la corteza y con un ligero levantamiento en los bordes, tienen una coloración rosada a púrpura cuando están liberando sus esporas.
Respecto de la cancrosis del cuello, que es generada por Fusicoccum parvum, se puede decir que sus síntomas incluyen la clorosis de las hojas y enrojecimiento de la lámina foliar. Esto, según Andrés France, evoluciona a una rápida marchitación del follaje, lo que se puede confundir con falta de riego. Además, la muerte de las ramas, que es repentina, tiende a generarse a mediados del verano. Así, sin un control adecuado, la planta se debilitará de forma progresiva hasta perecer.
Las grandes amenazas
Pese a que estas enfermedades son las que más preocupan a los productores en la actualidad, existen otros patógenos que, según Andrés France, representan un tremendo peligro para el negocio. Entre ellos se encuentran los que producen las enfermedades de la madera y otros que también afectan la poscosecha.
Enfermedades de la madera
Las enfermedades de la madera, las cuales son provocadas principalmente por hongos, requieren de madera que haya sido cortada para producirse en la planta. Por lo mismo, resulta importantísimo llevar a cabo un adecuado control de cualquier agente potencialmente dañino antes de la época de poda.
Para ello, según Andrés France, utilizar polisulfuro aplicado al cuello de la planta resulta la mejor alternativa. Sin embargo, existen otros fungicidas como Iprodione, Fenbucnazole o Fluazinam que también controlan a estos patógenos, principalmente a los hongos.
En relación al contagio, uno de los elementos que ayuda a esparcir los patógenos que afectan a la madera de las plantas, como el hongo que causa el plateado, es el uso de la cosechadora mecánica. Y es que esta puede producir daño con su bandeja en la base y ramas laterales del arbusto.
“Si se pasa a herir una rama lateral enferma, la siguiente puede ser inoculada. Así se han visto huertos cosechados mecánicamente donde el plateado termina enfermando al 100% de las plantas. Hay que saber solucionar este problema del raspón. Para ello se puede pulverizar esa zona con algún fungicida”, advierte el consultor internacional.
Otra opción extrema para controlar enfermedades de madera es, en variedades que rebrotan fácilmente, aplicar la poda piso, lo que permitirá que el arbusto quede sin tocones. La idea, dice el experto, es que en este se vea una sola corona.
“Nosotros necesitamos hacer rebrotar a la planta desde la periferia porque así dejamos al hongo en el centro, expuesto a la radiación solar y el viento, que lo matan. Si la brotación es por la periferia, es completamente sana. De hecho, así se han podido recuperar huertos con plateado”, comenta el fitopatólogo.
-Cancro del cuello
En el caso del cancro del cuello, donde los síntomas comienzan tras la poda, la clave será proteger los cortes, que son los puntos de infección.
“Normalmente, lo que se hace, es pintar estos cortes. El problema es que muchas de esas pinturas están mal hechas. No se pintan correctamente o sencillamente no se pintan todos los cortes. Y, por tanto, la madera queda expuesta”, sostiene Andrés France.
El experto comenta que el tipo de pasta que se use es un tema secundario, pues el ingrediente activo, cualquiera que este sea, no durará más de 15 días.
“Lo que sigue funcionando es la barrera física. Por lo tanto, si el corte no está lo suficientemente cubierto, el hongo podrá entrar”, complementa el fitopatólogo.
-Pestalotiopsis / Pestalotia
Otro hongo que suele afectar a la madera de los arándanos es el Pestalotiopsis, o Pestalotia como algunos lo conocen, el cual produce anillados a la altura del cuello y seca la planta. Este patógeno vive en ambientes tropicales y se suele encontrar en viveros.
“Las plantas que se infectan ahí (viveros), normalmente lo hacen por esta enfermedad. Este hongo cicla en los restos de hojas que van cayendo al suelo. Si el vivero no se preocupa de eliminar las hojas después de que saca las plantas contaminadas, el próximo grupo de plantas que llegue se infectará”, dice el investigador de INIA Quilamapu.
Pestalotia produce esporas grandes y pesadas, por lo que su diseminación no es tan efectiva. Además, se suele hospedar dentro de las plantas a la espera de una condición de estrés. El problema es que como en los viveros prácticamente nunca se da tal condición —se riega todos los días y hay buena temperatura—, las personas son incapaces de saber si esa planta puede o no estar enferma.
-Phomopsis
Si bien la presencia de Phomopsis en ramillas de arándanos era un problema que se creía solucionado, la realidad ha sido otra. Y es que en las últimas temporadas se ha dejado de podar las ramillas negras, sobre todo en las que dieron fruta en la temporada anterior, y el problema volvió a aparecer.
Según Andrés France, quienes no poden esas ramillas, tienen la posibilidad de que este hongo colonice el material y se disemine durante la siguiente temporada, sobre todo a partir de las ramillas que ya dieron fruta. Esto se debe, en gran medida, a que el patógeno ataca el tejido más susceptible de ser colonizado. Posteriormente las lluvias pueden hacer escurrir las esporas hasta la fruta, infectándolas y produciéndoles lesiones que se detectan en poscosecha. Así, en poscosecha, se generará deshidratación y pudrición de los frutos, además de un daño significativo en el arbusto.
Por lo demás, diversos patógenos utilizan a las ramillas negras como reservorios, entre ellos Colletotrichum y Botrytis. Para el consultor internacional, lo que el agricultor debe hacer está más que claro: “Si quieren tener menos problemas, deben derribar esas ramillas que ya no dieron fruto. No las pueden dejar así de una temporada a otra”.
-Agrobacterium tumefaciens
Otro problema importante para el arándano, es la agalla del cuello, enfermedad causada por Agrobacterium tumefaciens, una bacteria que fue importante cuando la multiplicación se hacía por estaca, pero que perdió fuerza una vez que se empezó a usar el sistema de cultivo a tejido.
Andrés France comenta que hay variedades de arándanos más susceptibles que otras a esta bacteria.
De igual forma, explica que existen agallas verdaderas —causadas por la enfermedad— y otras falsas: “Es muy importante diferenciar la agalla verdadera de la falsa. La verdadera será lateral, tiene forma de cerebro, su consistencia es relativamente blanda, fácil de cortar y se puede desprender por completo”.
En contraste, France explica que si uno intenta extraer la agalla falsa, será mucho más difícil o imposible, ya que la madera a la que se adosa estará completamente dura. En caso de que se pueda sacar, el tejido interno de esta agalla parecerá sano, debido a que no es producido por un patógeno sino que por un exceso de hormonas utilizadas durante el cultivo de tejidos o durante el desarrollo de la planta a través del uso de estimulantes de crecimiento. Estos elementos, según France, a veces estimulan demasiado la formación de callos, sobre todo cuando hay heridas en la zona del cuello o en las raíces de la planta.
Por otra parte, el tejido que genera la agalla falsa es atractivo para la bacteria que produce la agalla verdadera. Por lo tanto, es plausible encontrar en un arbusto de arándano una mezcla de agalla verdadera con una hormonal.
Los hongos ocultos tras la cosecha
La inoculación con agentes fúngicos suele ocurrir en época de pre y poscosecha, aunque los síntomas se harán evidentes principalmente después de la recolección. Sin embargo, hay algunos patógenos que pueden llegar a infectar en épocas tan tempranas como la floración. Por lo tanto, si el agricultor no realiza un manejo adecuado a principios de temporada puede verse, al final de la misma, muy perjudicado, ya que las consecuencias asomarán una vez que el fruto llegue a destino.
“Después de la cosecha se pueden ver los residuos que quedaron de la temporada, donde destaca fruta que puede actuar como reservorios de Botrytis, Alternaria, Phomopsis o Colletotrichum, entre otros. Es decir, la principal fuente de infección está bajo la planta, sobre todo si la cosecha fue incompleta”, explica Andrés France.
-Alternaria
Dentro de estos patógenos podemos encontrar a Alternaria, un organismo que se encuentra en abundancia en el ambiente, sobre todo en lugares con altas temperaturas, excesos de polvo o residuos de cosecha.
-Aspergillus
Otro hongo que tiene presencia en arándanos es Aspergillus, el cual necesita de altas temperaturas para desarrollarse. De hecho, su crecimiento óptimo se produce a los 37°C. Suele vivir en ambientes secos, polvorientos y donde abundan rocíos de cosecha. El principal síntoma en fruta contaminada corresponde a un depósito de color negro.
Es importante tener en cuenta que para que un fruto contraiga al hongo Aspergillus, debe tener heridas. Según Andrés France, es muy común que los frutos lleguen dañados a destino cuando el manejo en el transporte es ineficiente y descuidado.
-Mucor y Rhizopus
La pudrición mohosa causada por Mucor y Rhizopus, organismos que se desarrollan en lugares con mucho polvo y restos de fruta, tiene su génesis en el almacenaje o lugares donde se procesa fruta. Por tanto, el responsable de la contaminación, en este caso, es quien procesa la fruta y que no realiza una adecuada limpieza.
-Cladosporium
En arándanos, el Cladosporium es responsable de la pudrición verde oliva. Este hongo, cuya presencia se relaciona con la presencia de polvo en el huerto, es muy abundante en el ambiente. De hecho, se encuentra en flores, restos de flores, estigmas y frutos. Cuando estos últimos se encuentran contaminados suelen expeler líquidos.
-Penicillium
El hongo Penicillium, causante de la llamada pudrición verde, suele producir esporas de color verde. Su desarrollo, en general, se asocia a huertos con alta presencia de polvo y lugares de acopio.
Atención a la resistencia de los hongos
“Es común que los agricultores utilicen fungicidas sin tomar en cuenta que los hongos tienen memoria y son capaces de generar una gran resistencia a ellos. Los productos químicos más frontales son los que generan más resistencia. Los orgánicos o biológicos, por el contrario, no son tan eficientes, pero dan un control prolongado en el tiempo”, advierte Andrés France.
Ante este escenario, lo ideal será ocupar ingredientes activos pertenecientes a distintas familias y con diferentes mecanismos de acción. En ese contexto, Andrés France, recomienda utilizar los códigos FRAC del Comité de Resistencia a los Fungicidas.
“Por ejemplo, si vamos a usar Difenoconazole, no deberíamos aplicar Fenbuconazole ni Tebuconazole, debido a que todos ellos pertenecen a la misma familia. Así, evitamos crear problemas de resistencia”, dice.
El experto también comenta que los productos frontales o de mayor efectividad como pueden ser Boscalid, Ciprodinil, Fenbuconazole, Fenhexamid y Piraclostrobin, entre otros, son utilizados de manera frecuente. Por ello, aconseja incorporar otra familia de productos de acción moderada, como Captan, extractos de plantas y otros productos biológicos como Bacillus y Trichodermas.
“Lo ideal, cuando uno tiene infecciones severas, es utilizar alguno de los productos frontales. Cuando son moderadas, hay que darle preferencia a este grupo moderado”, indica France.
Otra alternativa es acudir a los productos orgánicos, los cuales deberían ser utilizados en tiempos cercanos a la cosecha.
“Ahí es interesante utilizar mezclas con extractos de plantas, Zinc, Manganeso y Cobre. Otros productos como los extractos de planta de algas, como Stimplex, son una opción válida al igual que Polioxina. Entre las opciones biológicas, tenemos a los Bacillus, levaduras y los Trichodermas. La paleta es bastante amplia y podemos hacer múltiples combinaciones, buscando lograr el mejor efecto”, precisa France.
Una estrategia de control
En ese contexto, Andrés France recomienda establecer una estrategia de control, pensando en las bacterias, que comience a inicios de brotación, con los productos cúpricos, y continúe a inicios de floración con productos de doble propósito, con el fin de que en plena floración se puedan aplicar productos frontales contra Botrytis. Al término de la floración, se deberían usar productos de acción moderada.
“Si tenemos problemas de heladas durante el fruto verde, acudimos a los extractos de cítricos que ya vienen combinados con Cobre o Zinc”, agrega Andrés France.
Una vez que se llega a la cosecha, se pueden aplicar fungicidas de corta carencia como Fenhexamid o productos orgánicos como extractos de plantas. El experto, eso sí, advierte que los Trichodermas y Bacillus, en la época de cosecha, no responden muy bien en la zona centro norte y central, debido a que tienen problemas con las altas temperaturas y la radiación.
Luego, pensando en la poda, los productores deberían proteger a la planta de los hongos de madera, para lo cual France recomienda, como complemento a las pinturas, pulverizar.
“Hace tiempo que estamos diciendo que durante la caída de hojas no ingresan patógenos por esas heridas, como sí pasa en los frutales mayores, por tanto, no se debieran realizar aplicaciones de fungicidas. Si aplican cobre durante la caída de hojas, además de gastar plata, estarán perjudicando el ambiente. La aplicación de cobre no es gratuita para el suelo considerando que afecta a la microflora del suelo. Además el exceso de este elemento produce resistencia de las bacterias a este tipo de producto”, agrega el experto.
Finalmente, el fitopatólogo recomienda realizar las mantenciones y mantener limpias las unidades de frío, debido a que estas son las que recibirán la fruta.