Cómo elaborar un programa nutricional exitoso para huertos de arándanos
El surgimiento de nuevas zonas de producción en el país y la cada vez más exigente demanda internacional, han terminado por complejizar la elaboración de los programas nutricionales para los huertos de arándanos. A continuación, el especialista en nutrición Juan Hirzel, analiza los principales desafíos que tienen por delante los productores en esta materia y entrega las claves para elaborar un programa exitoso, que asegure fruta de calidad.
Luis Muñoz G.
Arándano con exceso de nitrógeno. Crédito: Juan Hirzel.
Conseguir fruta de buena calidad, que se ajuste a los requerimientos de los cada vez más exigentes mercados internacionales, es en la actualidad uno de los principales desafíos que tienen por delante los productores de arándanos en Chile. Para ello resulta fundamental definir un buen programa de fertilización, que le brinde a las plantas toda la nutrición que requieren, es decir, ni más ni menos.
El problema, dicen los expertos, es que a la fecha son pocos los estudios sobre esta temática que se han llevado a cabo en el país, por lo que a menudo los agricultores deben armar sus programas basándose sólo en las pautas referenciales.
“Esto no es lo ideal, si tomamos en cuenta que la realidad de donde se tomaron esas cifras no son las mismas que las que enfrentará un productor acá en Chile. Es más, las condiciones climáticas y de suelo que verá en la zona centro-norte no tendrán similitud con las que existen en el sur”, afirma Juan Hirzel, experto en nutrición y suelos.
Por lo mismo, sugiere que, en la medida de lo posible, cada productor sea capaz de avanzar hacia un sistema de autosuficiencia, que le permita contar con sus propias mediciones y datos. Esto le permitirá conocer mucho mejor las necesidades de su campo (contará con datos extraídos de ese mismo lugar) y, a la vez, proyectar mucho mejor su negocio de cara al futuro.
La importancia de las mediciones
De cualquier forma, el especialista advierte que más allá de los antecedentes con los que se cuente, antes de definir un plan de fertilización para un huerto de arándanos, un aspecto de suma relevancia será realizar un completo análisis de suelo. Aunque esto muchas veces no será suficiente, debido a que existen elementos que son tremendamente difíciles de manejar. Uno de ellos es el nitrógeno, cuyos valores al ser medidos en un análisis de suelo tradicional muchas veces no son concordantes con los que presenta el suelo del huerto. Así, una buena alternativa para alcanzar una mayor certeza y especificación en los resultados, será realizar un análisis que contemple la incubación de las muestras, simulando la situación que ocurre en campo en presencia de humedad y temperatura, lo cual activa a la biomasa microbiana del suelo liberando nitrógeno disponible al cultivo.
“La idea es realizar un análisis en condiciones similares a las que existen en el campo”, indica Juan Hirzel.
En ese contexto, indica, será importante que el productor busque cualquier laboratorio que cuente con una incubadora. Y es que para llevar a cabo este procedimiento, se necesita que las muestras sean incubadas por cuatro semanas a 25°C y al 80% de la capacidad de máxima de acumulación de humedad, lo que a su vez permitirá que la biomasa trabaje al máximo y entregue datos más certeros acerca del potencial de entrega de nitrógeno.
Ahora, si lo que se busca es mejorar aún más la precisión de las necesidades nutricionales de una planta de arándano, lo ideal será llevar a cabo un análisis de fruta. Sin embargo, esto, en el caso de esta especie, no se puede hacer en cualquier momento, debido a que dependiendo de la semana de cosecha, los índices pueden variar. Así, lo mejor será definir un momento específico en esa ventana y llevar a cabo las mediciones en los mismos momentos todos los años, de modo de estandarizar los datos.
Es importante que todo este trabajo se determine a partir de la variedad y portainjerto usado, debido a que a partir de aquello, la concentración de los nutrientes variará.
En ese contexto, hay algunos índices que interesan más debido a que están más asociados a la calidad de la fruta. Estos son las relaciones nitrógeno-potasio y nitrógeno-calcio.
Hojas con exceso de nitrógeno. Crédito: Juan Hirzel.
La acidez y compactación
Otro aspecto que se debe tomar en cuenta a la hora de definir un programa de fertilización, y al que se le debe poner mucha atención en el análisis, es a la acidez del suelo. Y es que no se debe olvidar que el arándano es una especie acidosa.
Según Juan Hirzel, una de las formas más baratas para acidificar el suelo es aplicar azufre elemental, el cual es tremendamente efectivo para los fines que se persiguen en este caso y que se relacionan con que el arándano logre su nivel óptimo de acidez y pueda expresarse bien.
A la inversa, si lo que se requiere es subir el pH, debido a que el suelo es muy ácido, una buena opción es realizar —pese a que los arandaneros no sueles utilizarlo— un encalado leve hasta alcanzar un pH mínimo, sobre todo en suelos donde pudiera haber toxicidad de aluminio.
“Si estamos hablando de un lugar que muestra un suelo muy ácido, este método debería usarse sí o sí”, advierte Hirzel.
Un problema recurrente que por estos días se está viendo en los huertos de arándanos del país, es la compactación del suelo. En ese contexto, hay que tener en cuenta que el principal mecanismo de compactación no es la maquinaria como se suele creer, sino que la lluvia. Y es que hay zonas donde anualmente precipitan más de 1.200 mm, lo que es una enormidad. De esa cantidad, una pequeña parte corresponde a agua que escurre, mientras que la mayoría es líquido que ingresa al suelo y arrastra partículas finas, las cuales van siendo depositadas en los límites de las estratas.
“Esas capas de sedimentación finalmente terminan por impedir el drenaje interno y lleva a que el agua se empiece a acumular. Cuando la situación es muy grave, la raíz sufre un daño mecánico, que frena el crecimiento de la planta”, explica Juan Hirzel.
El experto indica que cuando se trabaja en suelos pesados, los cuales no tienen las aptitudes para que el arándano se desarrolle bien, hay dos caminos: cambiar el suelo o invertirlo para propiciar las mejoras físicas para que exista el espacio poroso y la adecuada filtración que se requiere.
“Cabe destacar que cuando el huerto no se maneja bien desde el principio, se afecta el diámetro de los tejidos vasculares, es decir, la capacidad de conducción de agua, que es el potencial para la fotosíntesis”, agrega.
Es importante tener en cuenta que no todos los suelos requerirán del mismo tiempo para compactarse. De hecho, algunos, principalmente las arenas, requerirán sólo de dos años, a diferencia de otros, como los volcánicos, que necesitarán incluso más de 10.
Cómo mejorar la firmeza
Hoy, muchos productores quieren saber cómo mejorar la firmeza de su fruta. Si bien este atributo tiene relación directa con la variedad, también existen una serie de factores que si son bien manejados pueden contribuir a lograr este objetivo.
Es en este caso donde entra a jugar la aplicación al huerto de ácidos carboxílicos, los cuales normalmente son aplicados por vía foliar. Sin embargo, se ha podido demostrar que al ser aplicados a través fertirrigación y en conjunto con calcio, son capaces de aislar el calcio del suelo —para que este no se disuelva inmediatamente— y ayudan a la generación de biomasa, la que a su vez beneficia el buen crecimiento de la raíz de la planta. Todo esto, desemboca en la obtención de fruta más firme.
“Pero eso no es todo. Además de generar frutos más firmes, llevar a cabo un tratamiento de este tipo estará reduciendo el nivel de patógenos en nuestro huerto”, asegura Juan Hirzel.
El único problema que existe a la fecha con este tratamiento, según el experto, es que no se tiene claridad respecto de la dosis que se debe usar.
Otra de las herramientas conocidas para mejorar la firmeza de los arándanos, es aplicar a través de fertirrigación una mezcla de aminoácidos de origen vegetal y animal junto con zinc, cada semana durante los meses de octubre y noviembre.
“Al productor, en general, le gustaría lograr todos los atributos de la fruta, es decir, alto tamaño y firmeza. Sin embargo, se sabe que estos factores son inversamente proporcionales. Así, entre más grande sea la fruta, si tiene el mismo número de células, perderá firmeza. Por lo mismo, hay que buscar el punto de equilibrio”, explica Juan Hirzel.
Hojas con deficiencia de magnesio y azufre.
Crédito: Juan Hirzel.
Nutrición por variedad
Hasta hace un tiempo se creía que las plantas de arándanos alcanzaban su mayor grado de reserva de nitrógeno y calcio en floración, aunque esta idea con el tiempo ha ido variando. Hoy, se sabe que en algunas variedades, la máxima acumulación en el caso del nitrógeno, se logra mucho antes de comenzar la cosecha, lo que lleva a que el productor deba ir reduciendo la entrega de este elemento hasta llegar a cero en la medida que se acerca la cosecha.
“Un exceso de nitrógeno puede afectar negativamente la calidad de la fruta”, asegura Juan Hirzel.
Pero eso no es todo. Existen otras variedades, como O´Neal, que son nitrógeno dependientes y, por ende, acumulan este elemento hasta la cosecha. Esta situación queda en evidencia al momento de hacer un análisis foliar.
En el caso del potasio, todas las variedades, en general, suelen tener un consumo creciente. Cabe destacar que este elemento está asociado directamente con la firmeza que se pueda lograr en la fruta, pero también con el calibre y la población de sólidos solubles de los azúcares que permiten que se tenga mayores reservas para la poscosecha. Así, se tiene que existe una muy escasa acumulación de este elemento al momento de la floración, la que va creciendo a lo largo del ciclo. Por lo tanto, se entiende que el arándano responde a la fertilización potásica.
“Si se quiere mejorar la calidad de la fruta, aquí tenemos un elemento que nos podría ayudar”, asegura Juan Hirzel.
El problema es que si se abusa de este elemento, especialmente cuando esto se mezcla con un mal manejo de riego, se podrían generar partiduras en algunas variedades.
Si bien aún faltan trabajos para demostrarlo fehacientemente, el calcio es un elemento que está relacionado con la calidad del fruto. De hecho, se sabe que gran parte del elemento que se acumula en la fruta viene de la temporada anterior. Por lo tanto, si el productor quiere incrementar su presencia sólo con el manejo de precosecha, estará cometiendo un error.
“Se debe comenzar antes. Es más, en el caso del arándano se sugiere aplicar calcio en poscosecha, a través de fertirrigación. Y es que las aplicaciones foliares, a la fecha, no han logrado demostrar que tengan buenos resultados”, advierte Juan Hirzel.
Por otro lado, si lo que se busca es que la planta pueda absorber el calcio suficiente, lo primero que se debe hacer es mejorar el manejo hídrico, debido a que este elemento se absorbe por flujos de masas, a través de la corriente transpiratoria.
“Así, en la medida que haya cualquier estrés relacionado al agua, la absorción y la acumulación de calcio en la fruta, se verá reducida”, sostiene Hirzel.
De igual forma, el experto indica que también se debe cuidar el aspecto de la luz que entra al huerto. Y es que a menudo, cuando este se encuentra iluminado, existe mayor concentración de calcio en los frutos. Al contrario, cuando el huerto está sombrío, hay mayor crecimiento vegetativo y, con ello, mayor competencia por el crecimiento de los brotes. De hecho, estos últimos suelen ser muy activos en la atracción del calcio. Así, la concentración de este elemento comienza a bajar en los frutos y a incrementarse hacia los brotes nuevos.
Dosificación de nutrientes
Si lo que se busca es dosificar los nutrientes, Juan Hirzel recomienda a los productores poner especial atención con lo que ocurre con el nitrógeno.
“Así, si el millón de nitrógeno mineralizado es menor a 20 partes por millón, significa que el suelo es muy pobre en este elemento, por lo que hay que aplicar al máximo”, indica.
Por otra parte, si la variedad en cuestión es dependiente del nitrógeno —como ocurre con O´Neal o Duke— se podría aplicar del orden de 5.5 kg de nitrógeno por tonelada a producir.
“Si el suelo le presta a la planta tantos kg de nitrógeno por temporada, hay que devolverle la misma cantidad. Si se le devuelven más nutrientes, se producirá una contaminación porque se estará alterando la magnitud de los mecanismos de pérdida de nitrógeno”, explica Juan Hirzel.
Así, por ejemplo, en un huerto en arándanos en plena producción de la variedad O´Neal, donde se cuenta con un rendimiento de 15 ton/ha y un N mineralizable de 35 mg kg-1, la dosis a aplicar será de 75 kg N/ha-1.
Dosis de N (kg por ton de fruta a producir) |
Cultivar |
Nitrógeno mineralizable (mg kg -1) |
< 20 |
21 - 40 |
41 - 60 |
> 60 |
O´Neill |
5.5 |
5 |
4.5 |
4 |
Brigitta |
3.5 |
3 |
2.5 |
2 |
Others |
5 |
4.5 |
4 |
3.5 |
Ejemplo para el cultivar O´Neill con rendimiento de 15 ton ha-1 y N mineralizable de 35 mg kg-1, la dosis de N es 75 kg ha-1 (5 kg por ton ha-1 = 75 kg ha-1). |
En el caso del resto de los elementos, hay que fijarse en el valor de las tablas de referencia y determinar si el huerto se encuentra en un nivel deficiente, óptimo o muy alto. A partir de ello, se debe sacar el cálculo para llevar a cabo la aplicación.
Dosis de nutriente (kg por ton de fruta a producir) |
Nutriente |
Niveles en el suelo |
Deficiente |
Óptimo |
Muy alto |
P2O5 |
3 |
2 |
1.5 |
K2O |
8 |
6 |
4 |
CaO |
3 |
2 |
1.5 |
MgO |
2 |
1.5 |
1 |
Zn |
0.05 |
0.02 |
0 |
B |
0.03 |
0.01 |
0 |
Ejemplo para rendimiento de 12 ton ha-1 en un suelo deficiente en K, la dosis de K2O es 96 kg ha-1 (8 kg por ton * 12 ton ha-1 = 96 g ha-1). |
Es importante tener en cuenta que la distribución porcentual de nutrientes se lleve a cabo a partir de las características productiva de cada variedad, es decir, si esta es temprana, de media estación o tardía.
Distribución porcentual de nutrientes en variedades tempranas |
Meses |
N |
P2O5 |
K2O |
CaO |
MgO |
S |
Octubre |
65 |
10 |
10 |
30 |
10 |
10 |
Noviembre |
0 |
20 |
40 |
40 |
20 |
20 |
Diciembre |
0 |
30 |
20 |
20 |
30 |
30 |
Enero |
25 |
20 |
10 |
10 |
20 |
20 |
Febrero |
10 |
10 |
10 |
0 |
10 |
10 |
Marzo |
0 |
10 |
10 |
0 |
10 |
10 |
Total |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
Nota: En la zona norte puede comenzar 1 o 2 meses antes de lo indicado en este cuadro. |
Distribución porcentual de nutrientes en variedades de media estación |
Meses |
N |
P2O5 |
K2O |
CaO |
MgO |
S |
Octubre |
25 |
10 |
10 |
20 |
10 |
10 |
Noviembre |
35 |
15 |
20 |
25 |
15 |
15 |
Diciembre |
10 |
30 |
30 |
25 |
30 |
30 |
Enero |
25 |
25 |
25 |
20 |
25 |
25 |
Febrero |
5 |
10 |
10 |
5 |
10 |
10 |
Marzo |
0 |
10 |
5 |
5 |
10 |
10 |
Total |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
Nota: En la zona norte puede comenzar 1 o 2 meses antes de lo indicado en este cuadro. |
Distribución porcentual de nutrientes en variedades tardías |
Meses |
N |
P2O5 |
K2O |
CaO |
MgO |
S |
Octubre |
25 |
10 |
10 |
10 |
10 |
10 |
Noviembre |
40 |
15 |
10 |
15 |
15 |
15 |
Diciembre |
25 |
20 |
20 |
30 |
25 |
25 |
Enero |
10 |
25 |
30 |
30 |
25 |
25 |
Febrero |
0 |
20 |
20 |
15 |
15 |
15 |
Marzo |
0 |
10 |
10 |
0 |
10 |
10 |
Total |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
Consideraciones generales por zona
Si bien Juan Hirzel es enfático en señalar que en este tipo de procedimientos es imposible generalizar, reconoce que existen ciertos parámetros que pueden servir de guía para los productores, especialmente cuando se enfrentan a distintas zonas productivas.
-Zona norte y centro-norte
-Falta de acidez (pH alto, presencia de carbonatos y bicarbonatos): Se deben aplicar ácidos vía riego, determinando efecto sobre pH y conductividad eléctrica de la solución de fertirrigación (Lo óptimo es tener un pH menor a 6,0 y CE menor a 1,5 dS/m).
“No podemos aplicar ácidos de forma indiscriminada, debido a que cada vez que ocurre esto se produce conductividad eléctrica”, sostiene Juan Hirzel.
-Falta de acidez (pH alto, presencia de carbonatos y bicarbonatos): Se pueden usar fertilizantes de reacción ácida como sulfato de amonio, fosfato monoamónico y fosfato monopotásico.
“Este último es uno de los que tienen una de las menores conductividades eléctricas y produce una reacción de acidez que baja mucho el pH. Es uno de los productos más caros del mercado”, advierte Juan Hirzel.
-Exceso de sales: Se puede aplicar calcio soluble y ácidos fúlvicos vía riego, para generar precipitados de boratos de calcio, sulfatos de calcio, desplazar sodio y generar complejos orgánicos con ácidos húmicos que luego precipitan. Estas aplicaciones se deben realizar en un riego largo inyectando el producto en la primera hora.
-En suelos compactados o muy densos, se recomienda formar camellones usando enmiendas orgánicas de alta relación C/N (mayor a 60) en una dosis proporcional al 40% o 50% del volumen total del camellón final. De igual forma, se debe hacer subsolado lateral de camellones a la salida de verano.
-Zona centro sur y sur
-Deficiencias de bases (calcio, magnesio, potasio): Se debe realizar fertilización de corrección antes de la plantación y sobre establecer el camellón en plantaciones existentes (realizar esta aplicación en periodo de otoño para que las lluvias permitan la solubilización de los fertilizantes aplicados).
-Exceso de acidez (pH menor a 4,8 y en algunos casos inferior a 5,0): Se recomienda aplicar cales líquidas a través del riego o moderadas dosis de cales en polvo sobre todo en el camellón de las plantaciones establecidas (realizar esta aplicación en otoño).
-En caso de que se tengan suelos con alto contenido de materia orgánica (mayor a 10%) en huertos en producción, se debe ajustar la dosis de nitrógeno en función del análisis de nitrógeno mineralizable.
-En suelos compactados o muy densos, lo mejor será formar camellones usando enmiendas orgánicas de alta relación C/N (mayor a 60) en una dosis proporcional al 40% o 50% del volumen total del camellón final. También se debe hacer subsolado lateral de camellones a la salida de verano.
Las aplicaciones foliares
En términos de aplicaciones foliares, los estudios que se han hecho a la fecha, indican que hay algunas aplicaciones que se pueden hacer, dependiendo del estado de la temporada:
-Floración: Zinc y boro.
-Inicio de cuaja: Zinc y boro.
-Crecimiento de frutos: Aminoácidos, algas y potasio.
-Previo a cosecha: Potasio.
-Poscosecha: Aminoácidos y algas para estimular la tasa fotosintética de la planta. A esto se debe agregar nitrógeno y magnesio.
-Removilización de reservas: Zinc (no está muy demostrado) y boro (está muy demostrado).
-Condiciones de estrés: Aminoácidos y algas. Si el suelo está frío y anegado el alga será mejor que el aminoácido. Por su parte, si se quiere hacer crecer más rápido el huerto, el aminoácido será mejor que el alga.