El delicado manejo del calcio en los arándanos
Pese a que los frutos de esta especie requieren bajas concentraciones de mineral para asegurar firmeza y buena duración de poscosecha, es normal encontrarse con deficiencias. A continuación, el consultor internacional en berries, Jorge Retamales, ahonda en este tema.
Rolando Araos M.
El calcio le brinda firmeza al arándano. Crédito: El Mercurio.
Firmeza adecuada o mejores tasas de maduración son parte de los beneficios que el Calcio (Ca) puede entregar a los arándanos. Si bien este ha sido un tema recurrente entre investigadores y agricultores, sobre todo en aquellos que se centran en la exportación, su uso desmedido puede generar a efectos contrarios a los deseados.
Si bien el Ca propicia la estabilización de tejidos y membranas, es cofactor de algunas enzimas, influye en el crecimiento del tubo polínico –es relevante en la fecundación de la flor– y regula el envejecimiento celular, una de sus funciones más importantes es que puede actuar como un mensajero dentro de la plántula.
“La planta recibe continuamente diversos estímulos: salinidad, toxicidad, hongos, pH. Entonces, tiene que reaccionar ante tales estímulos para sobrevivir. ¿Cómo lo hace? A través de una señal movilizadora de calcio, mecanismo que al activarse, envía mensajes a distintos órganos”, afirma Jorge Retamales, consultor internacional en berries.
Pese a que el nivel de Ca que requieren los arándanos para realizar este proceso es bajo, no es fácil conseguirlo. Esto se debe, en gran medida, a que esta especie no posee pelos radicales, lo que lleva a que su capacidad de absorción se vea muy limitada. De hecho, las plantas sanas suelen presentar entre 0,3% y 0,8% de este elemento a nivel foliar.
“Así, más allá de que los niveles foliares indiquen que existe un adecuado suministro del mineral para dichos tejidos, la nutrición de Ca al fruto puede ser insuficiente y afectar su calidad, es decir, su textura, firmeza y tasa de maduración”, advierte el asesor.
Lo curioso es que, según diversos estudios, el mineral es abundante en el suelo, representando 3,6% de la corteza terrestre. En las regiones Metropolitana, de O´Higgins y del Maule, por ejemplo, se ha llegado a determinar que existen cerca de 2.000, 1.400 y 1.00 kilos de Ca por hectárea, respectivamente.
Es más, los estudios también señalan que la mayor parte de las especies frutales requiere entre 5 y 40 miligramos de Ca por litro de solución suelo, cifra que es superada con creces por la disponibilidad de calcio existente en el suelo (80-140 miligramos por litro de solución suelo).
Con tal abundancia, ¿por qué los arándanos pueden presentar deficiencias a nivel de frutos?
Esto se debe, entre otras razones, a que el Ca puede interactuar con otros minerales. Por ello, Retamales aconseja, en términos de nutrición, evitar los excesos de amonio, magnesio y potasio, especialmente a inicios de temporada, que es cuando la mayor cantidad de Ca será absorbido por las raíces para ser traslocado a los frutos.
Además, aconseja evitar el exceso de nitrógeno debido a que puede provocar una sobre acumulación de calcio en los brotes en desmedro de los frutos. Este manejo de la nutrición incluye mantener un nivel adecuado de boro, lo que permitirá mayor formación de semillas y, en consecuencia, mayor acarreo de Ca hacia el fruto en desmedro de las hojas.
La clave está en las raíces
El arándano, según comenta Jorge Retamales, define un orden de prioridades al entregar carbohidratos a sus diferentes partes.
“Primero está la fruta, luego los brotes y finalmente las raíces. Si hay suficientes carbohidratos, alcanzarán para todos. Pero si hay escasez, los componentes con menor prioridad (raíces) se verán severamente afectados. E incluso, si la carga frutal es excesiva, puede verse afectada la concentración de calcio, ya que las raíces van a crecer poco y no podrán absorber lo suficiente. En consecuencia, habrá poca acumulación del mineral en la fruta”, explica.
Como ejemplo el experto cita un estudio desarrollado en Osorno, el cual demuestra que los arándanos de la variedad Emerald acumulan todo el Ca necesario en los primeros 20 días pos-floración, para luego comenzar a perderlo en la medida que avanza la temporada. Los niveles en las hojas, en tanto, siguen aumentando.
Esto se debe a que, en la floración y cuaja, la acumulación de Ca efectivamente es breve por parte de la fruta. Luego de esto existe poca acumulación adicional. Por ende, un fruto pequeño puede tener una buena cantidad de Ca en proporción a su tamaño. Sin embargo, en la medida que crezca, si no es capaz de absorber lo suficiente temprano en la temporada, la dilución del mineral generará problemas en la firmeza y disminuirá notoriamente su vida de poscosecha.
Con esta complicación en el horizonte, es relevante comprender que la absorción del Ca es realizada preferentemente por raíces jóvenes (blancas) que translocarán el mineral al fruto por medio de la transpiración. Pero el hecho de que las hojas tengan una tasa de transpiración más alta que el fruto —y que este último transpire menos a medida que se desarrolla—, hace que se acumule mayor cantidad de mineral a nivel foliar. Por esto es vital que el Ca sea proporcionado cuando las raíces son más nuevas.
Pero, ¿cuándo se producen las raíces nuevas? Según diversos análisis, tienden a crecer con temperaturas medias de entre 12°C y 18°C.
“Si tenemos temperaturas sobre o bajo eso, la tasa de crecimiento va a ser menor. En resumen, las raíces nuevas tendrían dos o tres peaks de crecimiento en la temporada, según zona y tipo de arándano. Y solamente podrán producirse raíces nuevas si la carga frutal no es excesiva porque los frutos tienen prioridad en recibir los carbohidratos”, explica Retamales.
Distintas formas de aplicar calcio
Para analizar la efectividad de las distintas formas de aplicar calcio, Jorge Retamales cita el estudio de 2004 realizado por Hanson y Berkheimer en Michigan (USA), quienes contrastaron la aplicación de este elemento como carbonato y sulfato de calcio en variedades AAA Jersey, durante 5 años.
“Ellos aumentaron el pH entre 0,2 (sulfato) y 0,6 (carbonato) y los niveles de calcio en el suelo entre 29% (sulfato) y 132% (carbonato). Pero esos aumentos en el Ca sólo ocurrieron a nivel de suelo. A nivel de fruto y hoja no hubo un efecto significativo. Por tanto, no necesariamente subir los índices del mineral a nivel de suelo va a generar que estos suban en la planta. Tampoco se vieron afectados los rendimientos, el tamaño del fruto ni la firmeza”, sostiene el experto.
En el caso del estudio de Hanson, realizado en 1993, que apuntó a ver los efectos de la inmersión de los frutos en cloruro de calcio, en concentraciones que oscilaron entre 0,25% y 4%, los resultados fueron distintos. Si bien los niveles no variaron independiente de si la inmersión duraba 30 o 240 segundos, se pudo comprobar que en la medida que mayor era la dosis, la fruta adquiría un gusto salino.
Pero eso no es todo. Según Retamales, la inmersión de la fruta en calcio podría afectar también el “bloom” o cubierta cerosa del fruto, cuya presencia es un factor de calidad.
En su análisis, el consultor internacional también menciona a Pablo Angeletti, quien junto a su equipo aplicó Ca al suelo a los 7, 14 y 21 días después de la cosecha en un huerto con variedades O’Neal y Bluecrop. Esto generó disminuciones significativas en la pérdida de peso en relación a las plantas control (a las que no se les aplicó Calcio).
Respecto de la aplicación foliar, Jorge Retamales comenta los resultados de diversas investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos, las cuales han terminado generando daños a hojas nuevas. Lo curioso, dice, es que esto ha sucedido con cloruro de Calcio al 0,08%, es decir, una cifra mucho más baja que la que existe en Chile (0,16%), donde no ha ocurrido nada.
Para el experto, realizar aplicaciones foliares con una humedad ambiental con valores cercanos al 70% u 80% puede llevar a que se generen los daños vistos en Estados Unidos. Esto, a su vez, permitiría explicar por qué en Chile, donde hay una humedad relativa baja, no se han producido.
“Además, aplicar Ca foliar cuando las temperaturas se sitúan sobre los 25ºC también puede generar daños sobre el follaje, especialmente cuando las hojas son jóvenes”, advierte.
Al respecto, el consultor asegura que hay algunas contradicciones entre los ensayos, lo que a su juicio se debe a que la fruta representa menos del 3% del total de la superficie expuesta de la planta.
“Esto, en la práctica, significa que es muy difícil acertarle a ese blanco tan pequeño. Si aplicas el Calcio foliar es probable que la gran mayoría llegue a las hojas. Además, se debe considerar que este es un elemento poco móvil y no se translocará de la hojas al fruto”, advierte.
Ante tal conclusión, el asesor internacional indica que si se realizan aplicaciones tempranas, cuando la fruta tiende a representar más del 10% de la superficie expuesta de la planta, la posibilidad de que el Ca se vaya a las hojas será algo menor. Por lo mismo, recomienda que la aplicación de este elemento se realice temprano en la temporada, más específicamente entre 20 y 30 días después de la cuaja.
|
Con respecto al testigo (%) |
Autores, año |
País |
Variedad |
Productos |
Dosis kg Ca/ha |
Niveles de Ca en la hoja |
Niveles de Ca en el fruto |
Firmeza |
Otros |
Hanson, 1995 |
USA, AAA |
Bluecrop |
Cloruro, x5 Nutrical |
0-3,8 Año 1
0-24,2 Año 2 |
+8-10 |
-3 a +5 |
Sin efecto |
Mayor dosis, más daño |
Ochmian, 2012 |
Polonia, AAA |
Duke |
Nitrato, Cloruro, Formato
Forte x4 |
0,95
0,88 a 1,76
2,9
1,3 |
+30 a +132 |
+32 a +79 |
+13% a +52% |
Mayor Fenoles, más vitamina C |
Smith, 2016 |
USA, AOC |
Alapaha, Powder blue |
Carbonato, Quelato, nitrato x2 |
0 - 0,22
1,21-1,39 |
+18 Alapaha,
a -26
Powder Blue |
-21 a +38 |
+5% a -3% |
Más firmeza, más peso |
Vance et al., 2017 |
USA, AAA |
Spartan, Liberty, Draper, Legacy |
Cloruro (Cl)
CL + Boro
Silicato Quelato
Acetato 3-4x |
0 - 0,336 |
-4 a +4 |
-33 a +100 |
Sin efecto |
Bomba espalda o electroestática no cambió efectos |