Optimización de costos, clave para mejorar la rentabilidad
Considerando que los márgenes del negocio se han ido acortando cada vez más —puesto que los precios pasaron de US$4,9 por kg en 2014 a US$1,7 por kg en 2022— es fundamental realizar un buen análisis de la situación actual, buscar fórmulas para aumentar la producción y disminuir gastos que no afecten lo productivo.
Rolando Araos Millar
Los márgenes de hace 10 años se han ido estrechando cada vez más,lo que lleva a que cada temporada haya menos espacio para cometer errores.
“El retorno a productor del año pasado (2022) fue el más bajo en los últimos 20 años. Es difícil dar cifras, pero este tiene que haber estado entre 1,6 a 1,7 dólares por kilo productor. ¿El peak? Se alcanzó en 2014 con 4,9 a 5 dólares por kilo productor”, dice Edmundo Valderrama, expresidente de Chilenut y especialista en frutos secos.
Esto se debe, entre otros factores, a un mercado internacional deprimido debido a la gran cantidad de oferta de nueces del hemisferio norte, sobre todo California (EE.UU.), las que si bien lograron un gran volumen, fueron de baja calidad, lo que generó un descenso de los precios. A ello se suma que Europa continúa con la incertidumbre de la guerra en Ucrania.
Por lo mismo tanto, ahora los manejos deben ser mucho más precisos y específicos, buscando evitar errores y ahorrar lo más posible.
Por ello, dicen los expertos, lo primero es ver cuánta fruta se está produciendo por hectárea. En este sentido, hay consenso: El piso mínimo para ser rentable, considerando el escenario interno, externo y el costo de los insumos, implica producir entre 6 a 6,5 toneladas por hectárea. A partir de ahí recién se pagan todos los costos y se comienzan a percibir utilidades.
“Debido a lo ajustado que está el negocio de la nuez y al alza de los insumos, los rendimientos por hectárea deben estar por sobre las 6 a 6,5 t/ha para que los márgenes sean mayores. Huertos con rendimientos menores será difícil que se puedan mantener en el tiempo”, dice Giovanni Lobos, investigador de INIA Intihuasi.
Si el productor está por sobre ese valor puede pasar al siguiente paso que implica realizar un buen “control de gestión” tanto dentro como fuera del campo, lo que conllevará esfuerzos desde distintas áreas.
“Para esto, a nivel de huerto se debe detectar cuáles son las labores que implican mayor gasto y analizar el tiempo de proceso, con el objetivo de definir qué, cómo y cuánto ejecutar respecto de cada labor, y optimizar el proceso”, dice Lobos.
1.- Analizando los costos directos e indirectos
Uno de los principales puntos a analizar son costos directos e indirectos del negocio y aplicar cambios que se puedan monitorear con el tiempo, permitiendo alcanzar un ahorro de forma constante a través de la excelencia operacional.
Los costos directos del nogal, dice Giovanni Lobos, corresponden a la mano de obra que se utiliza en todas las labores. Esto es “aplicación de fitosanitarios, podas, riegos y fertirrigación, y cosecha; e insumos como fertilizantes, fitosanitarios, fitorreguladores, análisis de suelo, el secado de las nueces, el uso de gas, arriendo de maquinaria, electricidad, agua, etc”.
Los indirectos, por otra parte, se relacionan con el pago de contribuciones, impuestos, costos financieros, pago de créditos y administración.
“Los costos directos e indirectos tienen relación e incidencia directa en los márgenes finales. Ninguno se puede eliminar del proceso, ya que son fundamentales para obtener los kilos y calidad de la nuez deseada”, dice Lobos.
Por lo mismo, el especialista dice que es clave analizar y desglosar cada uno de estos costos para optimizar aquellos que son más elevados, lo que permitirá mejorar los márgenes de la industria.
“Si bien preocuparse de los costos es correcto, al hacer gestión hay que eliminar la ‘grasa’, sin cortar ‘músculo’. A veces por bajar costos el productor corta ‘músculo’ el que será necesario para producir bien. Ahorrar en fertilización o en el asesor no es lo adecuado”, dice David Valenzuela, co-fundador y director de exportadora La Invernada.
El especialista de La Invernada añade que no es posible sacrificar la calidad de la fruta por ahorrar recursos, ya que la fruta de buena calidad siempre será escasa y siempre se pagará mejor que otra de menor aptitud.
“La diferencia entre un productor bueno y uno malo puede llegar a ser de 50 centavos e incluso más. En un negocio tan acotado esto puede marcar la diferencia”, dice Valenzuela.
2. Aumentar la producción
En general, dicen los especialistas, la suma de los costos directos e indirectos por hectárea debería sumar entre 10 mil a 11 mil dólares. Un valor muy inferior a este podría implicar que hay aspectos que no se están considerando dentro de la operación, mientras que un valor exageradamente superior podría sugerir que hay gastos excesivos en ciertas partidas del presupuesto.
Por ello, si el margen del productor sobrepasa por mucho estos valores y, por ejemplo, llega a 13 o 15 mil dólares por hectárea, ¿es posible reducir estos costos?
El asesor Jean Paul Joublan, especialista en frutos secos, asegura que sí y que una forma es mejorando el rendimiento por hectárea, lo que permite disminuir el costo de un kilogramo de nueces.
“Este es el aspecto que implica un mayor número de estrategias de campo que deben ser llevadas a cabo de una manera sustentable”, dice Joublan.
Para ello, recomienda el especialista, es clave entender la fórmula de producción en nueces y que está compuesta por tres elementos:
Componentes de la fórmula de producción en nueces: |
Abreviatura del componente |
Nombre del componente |
Características del componente |
NF |
Número de plantas/ha |
Es definido al principio de la plantación por características del suelo, genética, tipo de conducción, entre otras |
NF |
Número de frutos por planta |
Se define a través de la inducción floral, polinización, aborto de frutos, genética, entre otros |
ND |
Número de centros frutales sanos por planta |
Factor que depende de NF |
FD |
Número de frutos por dardo |
Factor que depende de NF |
PP |
Peso promedio de frutos |
Se define según el tipo de manejo que se le ha dado al cultivo, principalmente riego, fertilización, poda, entre otros |
Crédito: Información brindada por Jean Paul Joublan |
Todos estos elementos se conjugan en la siguiente fórmula:
Producción (kg/ha) = NP x NF (ND x FD) x PP (Kg/ fruto)
3. Cómo modificar los factores de producción
Dentro de todos los factores de producción, Joublan asegura que el NF (Número de frutos por planta) es el que se ve más influido por las condiciones sanitarias, edafoclimáticas, de manejo y conducción.
“Para mejorar el NF se debe mejorar o mantener el ND (número de dardos) de buena calidad. La conducción del árbol y las enfermedades de la madera son los factores que hoy por hoy afectan de mayor manera la producción”, asegura el especialista.
Para ello, entre otros manejos, será clave realizar un crecimiento y renovación de dardos durante la temporada, buscando siempre mantener una buena iluminación sin afectar la sanidad del árbol.
A ello se suma mantener un buen estado sanitario de la madera, buscando disminuir la muerte de dardos y el desarrollo de hongos de la madera, donde destaca la amenaza denominada Botryosphaeriaceae, la que puede aparecer sobre todo tras fertilizaciones nitrogenadas excesivas.
También, dice el especialista, es necesario aumentar el PP (Peso Promedio de frutos) donde será clave mejorar la homogeneidad de brotación. Este es el factor más relevante para mejorar, ya que no solamente mejora la producción al aumentarlo, también aumentará significativamente el valor medio de las nueces obtenidas.
“Se debe buscar la homogeneidad de brotación sobre todo en zonas donde los requerimientos de frío invernal no se logran de buena forma, como en la Región Metropolitana”, advierte Joublan.
Realizar un buen análisis del entorno
Otro aspecto o sistema de control clave para el manejo de costos se relaciona con analizar el entorno de precios sobre el que se está moviendo el productor.
Por ejemplo, saber si a la exportadora que se le venderá ha pagado buenos precios en el pasado o no, comparado con otra.
“Es necesario averiguar quiénes están pagando mejor por las nueces, porque el productor podría estar vendiéndolas a otras exportadoras que pagan peor. Para ello lo mejor es hacer comparativos y establecer un piso mínimo, es decir, identificar el valor promedio mínimo al que debería vender el producto”, recomienda Juan Pablo Subercaseaux.
Así, por ejemplo, el productor podría entregar su fruta a la exportadora bajo la modalidad de libre consignación, en esta, la liquidación que reciba la exportadora y/o el productor dependerá de la gestión comercial que realice el importador. Por lo mismo, la idea es que este último consiga el mayor precio posible.
O también se podría ir por la modalidad de libre consignación con mínimo garantizado, donde el productor puede exigirle a la exportadora un mínimo de dinero garantizado de la operación, más allá del precio de venta que logre sacarle el importador a la mercadería.
“De esta forma, el productor no sabrá cuánto le liquidará la exportadora. Pero puede exigir que la liquidación no puede ser inferior a cierto monto”, dice Subercaseaux.
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4. Estableciendo huertos en alta densidad
Otra forma de ahorrar costos es apostar por huertos de alta densidad, pero que tengan una cantidad razonable de plantas por hectárea.
El especialista pone de ejemplo un huerto desarrollado en SapSystem en Los Ángeles, plantado en 2018 y que posee un total de 572 plantas por hectárea de variedad Chandler.
“Los rendimientos en tercera hoja (2021) fue de 4.096 kg/ha y en cuarta hoja (2022) fue de 7.200 kg/ha”, dice Joublan, lo que permite alcanzar mejores volúmenes.
De hecho, destaca Joublan, cerca de Melipilla existen huertos que han logrado rendimientos récord en alta densidad gracias a la alta inducción floral del árbol, lo que lleva a una mayor fructificación.
“Hay huertos cerca de Melipilla que han logrado récords de 13 t/ha, evaluaciones preliminares hablan de hasta 3.000 a 4.300 frutos por árbol en huertos plantados a una densidad de 286 plantas/ha, es decir, un volumen mucho más abultado que las 7 t/ha que, en promedio, se logran en otros predios cercanos a Buin y Paine”, dice Joublan.
5. Realizando un proceso de secado adecuado
Uno de los elementos que más puede llegar a impactar al bolsillo del productor es el secado, ya que un sobre secado o un secado deficiente pueden reducir considerablemente la rentabilidad de la fruta.
“El secado de la nuez es uno de los procesos de mayor importancia dentro de los manejos de cosecha. Si este no se efectúa bien, el costo por kilo de fruta secada se puede elevar. Para ello, primero se debe programar bien la cosecha; definiendo con qué porcentaje de pelón quebrado partirá la cosecha, porque de esto depende con qué humedad ingresa la nuez al secador”, dice Giovanni Lobos.
El especialista del INIA asegura que, norma general, las primeras nueces entran con un porcentaje de humedad cercano al 20%, lo que genera que el tiempo de secado sea mayor, ya que la nuez debe llegar a humedades de 8% a 10%.
“El monitoreo del secado también es importante para evitar el sobre secado, ya que por cada punto menos de secado por debajo del 8% de humedad de la nuez, se pierden entre 10 a 12 kilos de nueces por tonelada de fruta”, advierte Lobos.
Por ello, insiste, es necesario ajustar los tiempos de secado y saber bien el flujo de aire ideal para el secado (m3/min/m3 de nueces).
6. Fertilización, un elemento clave
Tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, el precio de los fertilizantes experimentó una fuerte expansión llegando a máximos históricos donde, por ejemplo, la urea llegó a los US$925 por tonelada métrica (Tm), mientras el fosfato diamónico alcanzó los US$954 por Tm y el cloruro de potasio los US$562,5 por Tm.
Si bien estos valores han ido a la baja y a marzo de este año la urea está en 313,15 USD/Tm,el fosfato diamónico 625 USD/Tm y el cloruro de potasio se mantiene en 562,5 USD/Tm, siguen siendo valores muy altos respecto de la realidad previa a la pandemia o al estallido del conflicto bélico.
Por ello es que los fertilizantes suelen ocupar gran parte del presupuesto de los agricultores. Por lo mismo, su uso debe ser lo más racional y medido posible, evitando aplicaciones innecesarias, pero sin descuidar las necesidades de la planta.
En este sentido, los especialistas recomiendan analizar qué sectores podrían requerir más o menos fertilizante, dependiendo de su realidad productiva.
“Por ejemplo, se debe tener claro que en cierto sector se producen 6 t/ha donde se gasta “X” y donde se producen 4 t/ha se gasta lo mismo. Esto no tiene lógica porque la fracción productiva de los árboles es distinta. Entonces se debería tomar la decisión de acortar la fertilización acorde a los kg que se estén produciendo”, recomienda Valderrama.
O, por el contrario, si lo que se busca es recuperar el potencial productivo de un cuartel que antes rendía bien, se podría llevar la fertilización a un punto más alto.
“Lo importante es tener un control comparativo que permita ahorrar responsablemente. Si se ahorra en nutrición y cuidado del huerto de forma indiscriminada caerá la producción y calidad de la fruta”, advierte Valderrama.
En este sentido, el especialista recomienda utilizar softwares SAP —un programa computacional de gestión de recursos que ayuda al procesamiento de datos y al flujo de información en las empresas— para administrar este tipo de costos de forma eficiente.
7. Compararse dentro del sector
Otro aspecto que es de utilidad para los productores es ver cómo lo está haciendo “el de al lado”. En este sentido, emplear un benchmark le permitirá al productor saber si se encuentra dentro de los agricultores que más o menos gasta.
Para realizar dicho ejercicio es fundamental que los productores realicen un balance al final de cada temporada para conocer los márgenes obtenidos tras la venta de las nueces y saber con exactitud dónde se generaron los mayores costos productivos; para no volver a cometer los mismos errores la siguiente temporada.
El diagrama de Ishikawa, también conocido como diagrama de pez, facilita identificar las causas o efectos de un posible problema dentro de la producción.
“El análisis de costos por cada labor productiva permite definir dónde se generaron los mayores cargos. Sin este análisis no se pueden optimizar los procesos y reducir los costos”, dice Giovanni Lobos.
Con este análisis será posible identificar cuántos kg se está produciendo por hectárea, con qué calidad y cuánto cuesta eso por hectárea.
“Esa información se puede comparar con otros productores cercanos y así saber si se encuentra dentro del promedio superior o inferior”, ejemplifica Juan Pablo Subercaseaux, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile y especializado en economía agraria.
Eso sí, para que la información recabada sea fidedigna, el académico recomienda obtenerla a través de Grupos de Transferencia Tecnológica o GTT, los que corresponden a agrupaciones de entre 8 a 12 o más productores que generan una relación a largo plazo.
“De hecho, en la Universidad hemos generado proyectos que han buscado esto en la industria, porque hay parámetros que las empresas consideran como estratégicos, como es el tema de los costos, y son información que no entregarán a menos que sean personas de confianza. Por eso el GTT es una opción real”, dice Subercaseaux.