La búsqueda de nuevas zonas de plantación para el almendro en Chile
En los últimos años se han establecido varios huertos experimentales entre las regiones de Coquimbo y la de Los Ríos, donde se está probando nonpareil pero también otras variedades más nuevas.
Florencia Polanco
La superficie de almedros en Chile se encuentra fuertemente
concentrada entre las regiones Metropolitana
y de O´Higgins. Crédito: Rodrigo Rivadeneira.
El almendro es un frutal tremendamente sensible a las condiciones climáticas, lo que ha llevado a que su superficie de plantación en Chile, que en la actualidad llega a alrededor de 9.000 hectáreas, esté centrada, en gran medida, en lugares específicos de las regiones Metropolitana y de O´Higgins.
“Como esta especie florece en pleno invierno, nos encontramos con que queda bastante expuesta a las heladas, especialmente en agosto y septiembre. Como en todos los frutales, cada flor que brota se convierte luego en un fruto, por lo que si se dañan, el volumen y la calidad de la producción se verán disminuidos”, asegura Carlos Anes, asesor y académico de la Universidad de La Serena.
Conscientes de esta realidad, son varios los actores del sector que en los últimos años han establecido huertos de prueba a lo largo del país, con el fin de identificar y validar nuevos lugares de producción para esta especie.
Mirando hacia el norte
En ese sentido, una de las zonas que más expectativas genera entre los especialistas es la Región de Coquimbo, debido a que cuenta con varios lugares específicos, especialmente valles, que teóricamente podrían ser compatibles con la producción del almendro.
De hecho, en la actualidad buena parte de las evaluaciones se están llevando a cabo en las cercanías de Ovalle, provincia de Limarí, que tiene una temperatura media que supera los 12 grados en agosto y septiembre.
“Esto, en la práctica, favorece varios procesos como la cuaja, la retención de fruta, el crecimiento de la semilla y el trabajo de las abejas polinizadoras. Además hay poca incidencia de lluvias y de heladas, lo que la hace una zona bastante atractiva para el almendro”, explica Carlos Anes, quien conoce de cerca la mayoría de los proyectos que existen en la región.
Pese a ello, advierte que como se trata de una zona más calurosa existe el riesgo de que las plantas experimenten complicaciones para alcanzar las horas de frío necesarias para asegurar un buen desarrollo. Por lo mismo, se está evaluando la aplicación de un fitorregulador que permita compensar esta situación durante la salida de dormancia.
“En los experimentos también se están evaluando aspectos como la sincronización y aumento de la curva floral (mayor cantidad de flores por árbol), aumento de cuaja y calibre, manejo de sales, caliza activa y estructura de suelo”, indica Carlos Anes.
El especialista comenta que con el fin de tener un panorama más claro acerca del potencial de la almendra en la zona, se están probando seis variedades diferentes: nonpareil, la favorita de los productores y del mercado; fritz, wood colony, carmel, independence y guara.
Aunque todavía es muy pronto para tener datos definitivos, Carlos Anes advierte que a la fecha nonpareil, fritz y wood colony —todas variedades de origen californiano—, son las que han mostrado mayor potencial de rendimiento de pepa/ha.
“Wood colony, que es una muy buena variedad pero que se conoce poco, ha tenido una producción por hectárea superior a nonpareil”, asegura. Por lo mismo, advierte que esta —o incluso fritz— podría ser un excelente complemento para nonpareil, que requiere de una segunda variedad genética y cronológicamente compatible para producir polinización y cuaja del fruto.
Respecto de independence, variedad autofértil, Carlos Anes comenta que esta temporada recién se tendrá una cosecha comercial que permita medir su potencial.
Plantación de almendros en Angol,
Región de La Araucanía. Crédito: Agromillora.
Las opciones en el sur
Pese al potencial que demuestra la Región de Coquimbo, buena parte de la atención se la está llevando el trabajo que viene realizando hace casi dos años Agromillora en distintas zonas de la zona centro sur de Chile.
Los ensayos, cuya superficie total no supera las 10 hectáreas, se están realizando en las localidades de San Rafael, en la Región del Maule, Bulnes, en la Región de Ñuble; Los Ángeles, en la Región del Biobío; Traiguén, Angol, y Collipulli; en la Región de La Araucanía; y Paillaco, en la Región de Los Ríos.
“Esos lugares se caracterizan por tener veranos con alta suma térmica y con primaveras que usualmente aportan milímetros de lluvia en la salida del receso invernal. Además, la orografía de la zona nos permite plantar en lomajes, donde la posibilidad de daño por heladas cae. Uno de los ensayos en Angol está en un lomaje que históricamente perteneció al eucaliptus”, comenta Antonio Fuentes, encargado de la zona sur del vivero de Agromillora.
Los requerimientos del almendro
Antes de embarcarse en un proyecto tradicional de almendros los productores deben conocer algunos requerimientos básicos de esta especie.
Así, por ejemplo, Carlos Anes destaca que a nivel climático el almendro necesita una sumatoria mínima de 350 horas de frío (entre 2,5 y 12 grados) entre el momento en que se produce el 50% de la caída de hojas y 10 días antes del inicio del botón rosado. En el periodo de flor, en tanto, requiere temperaturas medias de 14 grados y ausencia de heladas y lluvias.
“Los suelos que cobijen a esta especie debe ser suaves y tener un drenaje de al menos un metro de profundidad, debido a que al momento del botón rosado se necesita un 85% de capacidad de absorción de agua”, agrega.
En materia de riego, Carlos Anes comenta que el almendro necesita contar con 0,8 a 0,9 litros de agua por segundo por hectárea.
Las pruebas se están realizando en formato de alta densidad para lo cual se están utilizando algunas variedades españolas como guara, soleta, isabelona, vialfas y avijor, sobre el portainjerto rootpac 20, cuya principal característica es tener bajo vigor.
“El portainjerto sobre el que están injertadas las variedades es importante, porque los suelos de las plantaciones son profundos y de mucha fertilidad, por lo que deberán controlar el vigor”, agrega Fuentes.
El representante de la empresa comenta que la que viene será la primera primavera que experimenten estas nuevas plantaciones, por lo que la reacción que tengan las plantas a potenciales heladas será un tema que recién se empezará a analizar en los próximos meses.
“Queremos aprovechar las floraciones tardías de estas variedades, y chequear in situ las fechas en todos los lotes”, dice.
Desde la empresa comentan que por ahora los esfuerzos están centrados en evaluar los manejos del huerto y las primeras producciones en términos de cantidad y calidad. Por lo mismo, para tener resultados más definitivos tendrán que pasar al menos un par de años más.
Ampliar la zona tradicional
Por estos días también se están evaluando algunas zonas específicas de las regiones de O´Higgins, Metropolitana y de Valparaíso, las que se ubican en lugares más cercanos a la costa.
Así, por ejemplo, en la localidad de Rapel, en la zona de Ucuquer, Rodrigo Rivadeneira, asesor experto en el cultivo del almendro, comenta que se hace dos años se empezó a establecer un proyecto que, en el mediano plazo, espera —si todo sale bien— llegar a 150 hectáreas.
“Los estudios climatológicos y de suelo son favorables para el cultivo y la referencia que tenemos es una plantación muy cerca en Litueche”, asegura.
Más al norte, en localidades como Curacaví, Cabildo y Limache, también se están desarrollando algunos ensayos que han mostrado un buen potencial, aunque todavía es muy pronto para tener resultados definitivos.
“Hay que poner mucha atención a la zona costera de Melipilla y alrededores, ya que puede resultar muy interesante”, afirma Carlos Anes.
Según Gamalier Lemus, investigador del INIA Rayentué, en estos lugares existen microclimas aptos para el almendro, aunque para que se transformen en lugares con potencial productivo y económico se debe contar con agua para riego.
“En lugares sin limitaciones climáticas y agua suficiente, el almendro puede producir más de 2,5 toneladas de semilla/ha”, asegura.
