En busca de la combinación perfecta
Dependiendo de la elección de la variedad y del portainjerto o de la combinación de ambas opciones, los resultados productivos y de calidad de la fruta pueden ser mejores o peores. A continuación, distintos expertos entregan su mirada y recomendaciones sobre el tema.
Luis Muñoz G.
Kordia es la variedad preferida por el mercado chino.
Crédito El Mercurio
Lograr el equilibrio perfecto entre productividad en el huerto y calidad con aceptabilidad en destino, es uno de los requisitos más importantes para lograr una alta rentabilidad en el negocio de las cerezas. Sin embargo, es un objetivo difícil de conseguir, debido a que en él influyen diversos factores, los cuales muchas veces no se encuentran debidamente alineados.
Pese a ello, en los últimos años los esfuerzos del sector se han centrado en tratar de acercarse lo más posible al modelo perfecto. Para ello, le han dedicado bastante tiempo a un aspecto que resulta clave en el desempeño de un huerto: la elección de la variedad y el portainjerto. Y es que dependiendo de la elección de una u otra opción o de la combinación de ambas, los resultados productivos y de calidad de la fruta pueden ser mejores o peores.
“Pese a que es un tema sumamente complejo, debido a que existen muchas variables que influyen —entre ellos el diseño y la ubicación del huerto, el tipo de suelo y las necesidades propias del productor, entre otras cosas— existen algunos aspectos generales que es necesario que conozcan los productores que ya llevan años en el negocio y aquellos que quieren ingresar”, indica Matías Kulczewski, director técnico de Asesorías K&R.
Elegir la variedad correcta
En la actualidad existen más de ochenta variedades de cerezas disponibles en Chile, aunque los expertos coinciden en que sólo un puñado de ellas ha demostrado ser útil para el modelo exportador chileno.
Juan Pablo Subercaseaux: "Puede que esta (Summit) sea una muy buena variedad, pero lamentablemente no es valorada para nada por los consumidores”.
Por lo mismo, Juan Pablo Subercaseaux, economista agrario y académico de la Universidad Católica, hace un llamado a los productores a tener mucho cuidado a la hora de elegir, especialmente si se están asesorando por un vivero.
“Ahí existe un tema complejo, porque el negocio de esas empresas es vender plantas, por lo que en general les da lo mismo si al productor le va bien o mal”, dice.
En ese contexto, la mejor opción, dicen los especialistas, es apostar por lo que se conoce o lo que a la vista de la experiencia aparece como más seguro. Así, por ejemplo, Matías Kulczewski, luego de pasar varios años asesorando a productores, en la actualidad sólo se atreve a recomendar cinco variedades: Santina, Lapins, Bing, Kordia y Regina.
Santina, por ejemplo, es una variedad autofértil para zonas tempranas, que ha mostrado a lo largo de los años una valiosa aceptabilidad en el mercado y razonable regularidad de productividad, que se mueve entre 8.000 y 15.000 kg/ha.
“Pese a que en la última temporada se pegó una baja debido a la falta de horas frío en invierno, en general es bastante constante”, indica Daniel Vieira, asesor experto en cerezas.
A juicio de Matías Kulczewski, el lugar de plantación es el factor que más debería pesar a la hora de elegir una variedad. Así, a la fecha, no ha resultado conveniente económicamente plantar una variedad como Santina en una zona tardía, aun cuando algunos productores lo han hecho, con la idea de capturar mano de obra anticipada para asegurarla en sus variedades principales más tardías.
“En ese caso, los retornos no son buenos porque su cosecha en zonas tardías coincidirá con Bing de la zona más temprana, que es ampliamente más preferida que Santina en el mercado”, comenta.
Lapins, por su parte, aparece para los expertos como un caso especial, debido a que es una variedad que en el último tiempo no ha tenido una gran aceptación en los mercados de destino, especialmente en China, donde suele llegar con más pitting que otras. Sin embargo, no se pueden desconocer sus méritos a lo largo de la historia, donde se ha caracterizado por ser sumamente productiva (12.000 a 20.000 kg/ha) y generar buenos calibres. Y uno de los puntos más importantes: a la fecha, no es una variedad que se pague más mal que las otras. Por lo mismo, se está plantando en buena parte de la zona de producción nacional.
Daniel Vieira: “Es muy difícil que (Lapins) tenga una baja producción de un año para otro, debido a que es menos dependiente del clima, en términos de acumulación de frío y otras cosas, respecto a otras variedades que se manejan en el país”.
“Es muy difícil que tenga una baja producción de un año para otro, debido a que es menos dependiente del clima, en términos de acumulación de frío y otras cosas, respecto a otras variedades que se manejan en el país”, asegura Daniel Vieira.
A juicio de los expertos, Bing también aparece como una variedad interesante por su aceptación en el mercado, pero sólo si se planta entre la zona sur de Rancagua y Curicó.
“Más al norte suele presentar problemas de cuaja, debido a la escasez de horas-frío, mientras que más al sur muestra alta sensibilidad a cáncer bacterial y partiduras”, agrega Matías Kulczewski.
Con la Kordia ocurre algo peculiar, según el director técnico de Asesorías K&R, pues a menudo se muestra poco productiva, llegando a volúmenes que promedian las 6 a 8 ton/ha, sin embargo tiene la ventaja de que es la preferida por el mercado chino, debido a su buen sabor y presencia.
“Hoy, afortunadamente se produce un equilibrio entre la poca productividad que presenta y los altos precios que se pagan en China. Por lo mismo todavía hay algunos productores que la plantan, aunque siempre pensando en complementar a otras variedades y no como la principal”, comenta Kulczewski.
Regina, por su parte, aparece en la actualidad como la reina de las variedades tardías por sus buenas llegadas y aceptabilidad en China, encontrando su lugar de Curicó al sur, donde además de resistir bien las lluvias, ofrece productividades que promedian las 12-18 toneladas por hectárea. Por estos atributos, pero sobre todo por su resistencia a la lluvia, es la variedad más recomendada para la zona austral (Angol al Sur). Sin embargo, debido a su valoración en el mercado chino y su buena productividad, en el último tiempo también se han plantado unas primeras hectáreas en ciertos lugares de la Región de O´Higgins, con resultados bastante positivos, aunque aún incipientes.
En un segundo escalón se encuentran otras variedades nuevas, las cuales aún se encuentran en fase de prueba, por lo que a juicio de Matías Kulczewski aún no existe evidencia suficiente para recomendarlas.
“Estas son variedades que prometen altas productividades, épocas de cosecha más tempranas y tardías, firmeza, dulzor, capacidad de almacenaje y transporte y una serie de cosas más. Sin embargo, las pruebas todavía están en pañales”, asegura.
Lapins, a menudo, presenta buena productividas
y calibre de fruta. Crédito: El Mercurio
No utilizar
Hasta hace poco una de las variedades tempranas que estuvo de moda fue Royal Dawn. Sin embargo, con el tiempo comenzó a evidenciar muchos problemas relacionados con su producción, calidad y sensibilidades en poscosecha.
Uno de los aspectos que más complica de esta variedad es su alta sensibilidad a partiduras, ya sea por lluvias en el huerto o por el contacto con agua en el packing o en el hidrocooler. De hecho, los rendimientos que se pueden dar en packing llegan a 75%, un porcentaje inferior al que se da en otras variedades, las cuales pueden alcanzar el 90%-95%.
“Por lo mismo, si no se maneja bien el tema de las temperaturas, se pueden partir incluso en el trayecto, debido a la condensación que se produce en la bolsa”, explica Daniel Vieira.
En ese contexto, los expertos coinciden en que no es una variedad para seguir plantando.
Otra de las que genera dudas es Sweetheart, una variedad tardía que a la fecha cuenta con una amplia superficie en el país. Sin embargo, con el tiempo se ha ido desprestigiando debido a que a menudo muestra pitting en la llegada a destino. A esto se agrega que evidencia una alta sensibilidad a las partiduras, a cáncer bacterial y que en los últimos años ha mostrado una productividad menos regular que en sus primeros años de plantación en el país.
“Así, por ejemplo, en algunos huertos estamos desplazando a la Sweetheart por Regina, que se cosecha en una fecha similar pero con mucha mayor rusticidad y aceptación en China”, dice Matías Kulczewski.
Otras alternativas para Sweetheart, incluso un poco más tardías, son Staccato y Centennial, las cuales si bien son nuevas han demostrado a la fecha llegar relativamente bien a destino.
“En ese contexto, se transforman en una alternativa viable para zonas realmente tardías con empleo de carpas (Angol al sur), permitiendo extender la oferta. Más al norte, el calor de fin de año hace que maduren antes, sin que puedan expresar su diferencia con Sweetheart”, agrega Matías Kulczewski.
Juan Pablo Subercaseaux, por su parte, dice que en ningún caso se atrevería a recomendar la variedad Summit, cuyos retornos han sido negativos varios años seguidos en el último tiempo.
“Puede que esta sea una muy buena variedad, pero lamentablemente no es valorada para nada por los consumidores”, agrega.
En la misma lista ubica a la New Star, variedad que en algún momento se plantó bastante, y que por estos días también exhibe retornos mediocres en relación a otras variedades que se dan en la misma época.
Kulczewski agrega que ambas variedades han dejado de plantarse, debido a que son demasiado blandas para el requerimiento de durabilidad que impone la lejanía de Chile de los mercados.
En los últimos años, Royal Dawn está mostrando
problemas de calidad y sensibilidad en poscosecha.
Crédito: El Mercurio
El mundo de los portainjertos
Tal como ocurre con las variedades, la elección del portainjerto correcto para un proyecto de cerezos dependerá de varios factores.
A juicio de Daniel Vieira, hoy la tendencia apunta a que los productores que se encuentran en zonas de menores acumulaciones de frío invernal, como las regiones Metropolitana y de O´Higgins, y que tengan variedades de altos requerimientos de horas-frío, busquen portainjertos menos vigorosos. Entre las combinaciones más comunes aparecen Gisela 6 o Maxma 14 con Regina y Kordia.
“Al menos, estas combinaciones en la zona central, especialmente en la Región de O´Higgins han andado súper bien”, asegura.
Matías Kulczewski, por su parte, apunta que en zonas más calurosas, es decir, en las inmediaciones de la Región de O´Higgins y la Región Metropolitana, el patrón que se comporta mejor es el Maxma 14. Para los suelos más pedregosos y de baja fertilidad, en tanto, los productores deberían elegir uno más vigoroso como Maxma 60.
“Al contrario, en estos casos se debería descartar el uso de patrones de la gama Gisela, debido que muestran bastante estrés ante el calor. Así, a menudo las plantas sufren falta de crecimiento, lo que finalmente las lleva a tener problemas sanitarios, como cáncer bacterial y otras enfermedades vasculares y de madera que van destruyendo los huertos”, comenta.
En la zona de San Fernando y de Curicó al sur, en tanto, una buena opción es apostar por portainjertos de la gama Maxma para variedades más cuajadoras como Lapins, mientras que para otras con menor tendencia a sobre cuajar como Regina y Kordia, Gisela 6 y más recientemente Gisela 12 son adecuados por su mayor precocidad y fructificidad. En las zonas aptas para Santina, Maxma 14 y 60 serían los más aconsejables de la Región de O´Higgins al norte, mientras Maxma 14 y Gisela 12 son los preferidos en las regiones de O´Higgins y del Maule.
Según Matías Kulczewski, más al sur, en suelos trumaos, el Maxma 14 no se ha desempeñado bien, mientras que los patrones de mejores resultados han sido los Gisela, especialmente el Gisela 6 en combinación con variedades como Regina y Kordia. Para la zona más austral, de Temuco al sur, probablemente el Gisela 5 es la mejor opción para variedades como Regina y Kordia.
Kulczewski advierte además que uno de los patrones más vendidos del mercado ha sido Colt, el cual genera fruta de buena calidad, pero ha evidenciado —especialmente en los últimos años— problemas de baja cuaja en el árbol y lentitud de entrada en producción. Pese a ello, dice que es el más probado y recomendado actualmente en condición de replante, lo que resulta relativamente común en este cultivo debido a la alta mortalidad de árboles que se da en los huertos.
Matías Kulczewski: “Hoy, afortunadamente se produce un equilibrio entre la poca productividad que presenta (Kordia) y los altos precios que se pagan en China. Por lo mismo todavía hay algunos productores que la plantan, aunque siempre pensando en complementar a otras variedades y no como la principal”.
“De todas formas, en ocasiones el Colt produce bien, aunque no es la generalidad”, asegura.
Otro de los portainjertos que se usó bastante hace algunos años fue el CAB 6P, el cual con algunas variedades, como Lapins, ha funcionado razonablemente bien. Con otras, en tanto, ha mostrado problemas de incompatibilidad (Royal Dawn, Rainier) y sanitarios. De hecho, los buenos resultados —producción de fruta de buena calidad (más firme)— se han dado sólo en buenos suelos y climas poco propensos a cáncer bacterial.
Por otra parte, Daniel Vieira señala que con sistemas de conducción KGB, se están buscando combinaciones con patrones de mayor vigor. En variedades como Lapins, que es autofértil, se busca un patrón de alto vigor como Colt.
“De esta forma se diluye el vigor del patrón y se tiene productividad por el lado de la variedad, a una altura de 1.80 o 2,5 metros, con el fin de que la cosecha se pueda hacer desde el suelo, sin la necesidad de usar escalera”, explica Daniel Vieira.
Errores típicos
Uno de los errores que más se cometía al principio en algunas plantaciones era establecer la variedad Bing sobre Gisela 6, polinizadas con Lapins también sobre patrones Gisela, lo que en la práctica generaba que no hubiera vigor y las plantas se endardaran y se debilitaran muy rápido.
También existen incompatibilidades de patrones derivados de Mahaleb con variedades como Lapins y otras descendientes genéticamente de la variedad Van. Por lo mismo, en esos casos hay que hacer un manejo durante el verano con el fin de romper la barrera que se forma en el tronco con la ayuda de una sierra.
“La idea es trazar unas rayas verticales para unir las dos zonas y generar mayores áreas de contacto”, recomienda Daniel Vieira.